MEXICO
Calderón, en apenas tres minutos, asumió la presidencia de la República ante el pleno del congreso, resguardado por agentes del Estado Mayor Presidencial y legisladores del Partido Acción Nacional (PAN).El nuevo gobernante de México se vio forzado a entrar por la parte de atrás del Palacio Legislativo, conocida como el Salón de Trasbanderas, debido a que desde hace tres días diputados y senadores del PRD y PAN tenían tomada la tribuna del plenario. Tras entonar las notas del Himno Nacional, Calderón se retiró con su banda presidencial, mientras unos gritaban «espurio» y otros abogaban por México.
En un acto televisado en la medianoche del jueves desde la residencia presidencial de Los Pinos, que el diario “La Jornada” tildaba ayer de «ominoso y extraño ritual nocturno», el mandatario mexicano ya había asumido el poder, aunque de forma ciertamente irregular. Fue una ceremonia inédita en la historia de traspaso de poderes de esta nación americana.
Intercambio de golpes
Quedaba lo más difícil, llegar al Congreso. A eso de las ocho de la mañana, cuando concluía su pacto de no agresión, diputados del PAN y del PRD comenzaron a forcejear e intercambiar golpes. Minutos antes, los perredistas habían colgado una pancarta de unos 20 metros de largo que decía «México no merece a un traidor a la democracia como presidente», con los colores de la bandera, verde, blanco y rojo, en el fondo. A su vez, un grupo de legisladores colgó una pancarta, en fondo blanco y letras negras, que rezaba: «Ulises Ruiz, asesino», en referencia al gobernador priísta de Oaxaca.Las legisladores forcejearon y empezaron a gritar consignas. Los diputados izquierdistas procedieron a la colocación de asientos ante las puertas principales de acceso al salón de plenos. Sólo era posible ingresar por un acceso que se encuentra detrás de la tribuna, que mantenían tomado los panistas y que terminó siendo la entrada que utilizó Calderón.
Los perredistas hicieron sonar silbatos y corearon consignas como «Sufragio efectivo, no Calderón». Los panistas respondieron con aplausos y gritaron «Protesta, protesta...» y «No, sin violencia...». En las imágenes que transmitió el Canal del Congreso, se pudo apreciar que dos diputados, uno vestido de traje y otro informalmente, comenzaron a pelear entre sí. El pacto de no agresión entre los legisladores había terminado a las ocho.
Calderón se puso la banda presidencial dos veces, pero para buena parte del país el «presidente legítimo» no es él. Andrés Manuel López Obrador, al frente de una manifestación de miles de simpatizantes, afirmó al mediodía que la intención del movimiento que encabeza no es buscar una simple reforma política, sino también dar impulso a una «nueva república, a nuevas instituciones, que hagan efectivo el derecho a la democracia, la justicia social».
«No estoy pensando nada más en una reforma política para cambiar al partido en el poder. No estoy pensando en un mecanismo de quítate tú para que quede yo. Estoy pensando en el derecho del pueblo a elegir a sus autoridades, a la justicia social, a un salario justo; estoy pensando en el derecho a la salud», afirmó López Obrador en la manifestación realizada en el Paseo de la Reforma.
Intervención policial
Los manifestantes tenían la intención de llegar hasta el Auditorio Nacional, pero cientos de policías, apoyados con vallas, vehículos y equipos de comunicación, les cerraron el paso. López Obrador criticó, como había hecho tres horas antes en el Zócalo, la «manipulación y el control que ejercen los medios de comunicación, que deciden quién debe gobernar nuestro país, y no sólo en la Presidencia, sino también en los estados, en los municipios».Después de hacer un recuento sobre las luchas políticas que han marcado la historia de México, López Obrador dijo que el pueblo aún espera una verdadera democracia. Recordó que por mandato de la convención nacional democrática realizada en setiembre pasado, recorrerá el país y dijo que uno de los objetivos de la iniciativa es dar «un sentido ético a la política».
En su primer discurso como presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa reconoció que México vive momentos de tensión política y, aunque reiteró su invitación al diálogo, advirtió que «dialogaré con quien quiera dialogar».
Sólo le arropó un presidente
sudamericano
Los mandatarios extranjeros invitados estuvieron a punto de no asistir al Congreso, aunque finalmente llegaron a la Cámara. Entre las figuras foráneas destacaron el ex presidente de EEUU George Bush, padre del actual gobernante, y el colombiano Alvaro Uribe, el único jefe de Estado de Sudamérica que arropó al panista. -
