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Marcas

Hace poco, en un partido de fútbol, el locutor del estadio donde se jugaba, mientras anunciaba el nombre de los jugadores, dijo con rotundidad: «Olegario Presas». Era una grandísima falta de respeto y un acto incívico, una agresión españolista y caciquil. Ese jugador se llama Oleguer, y así está registrado y así consta en su documento nacional de identidad. Tuvo problemas al ser convocado para jugar con la selección española que dirige el tal Luis Aragonés porque se dijo que no quería ir por sus ideas políticas, es decir porque se dice que es independentista catalán. Fue a una concentración, pero jamás fue convocado para ningún partido, ni oficial ni amistoso.

Oleguer juega en el Barcelona Club de Fútbol, no es ni de la cantera, ni de contrato millonario, pero el hombre es licenciado, y eso es una cosa muy mal vista entre individuos como Capello o Clemente. Si ha estudiado, es sospechoso. Y si escribe, la cosa ya es expediente. La cuestión es que ahora mismo por escribir un artículo en el que cuestionaba la justicia en el Estado español refiriéndose al caso de Iñaki de Juan Chaos, ha saltado la polémica. Los de siempre, han dicho lo de siempre. Insultos, ridiculizaciones y cosas de su castizo y chulesco estilo, pero ha saltado otro elemento en la actitud censora: una marca de zapatillas.

Los jugadores de fútbol, además de recibir sus salarios, sus primas, sus fichas, tienen esponsorizaciones o articulares y una de ellas es a través de las botas. Este hombre tenía un contrato con un marca que patrocinaba un equipo de ciclismo que ha sido el más sospechoso, el que más escándalos ha aportado en casi todos los asuntos de dopaje. Entonces callaba, es más desprestigio para sus dueños que un joven jugador opine sobre una situación de injusticia, que varios de sus ciclistas se estén matando a base de drogas de las que no se conocen sus efectos posteriores con el fin de que su marca aparezca unos minutos en la televisión subiendo un puerto. Esto se llama cinismo. O mercadotecnia patriotera, política y ultra. Por si quedaba alguna duda ya sabe el propietario de esa marca que en muchos lugares de Catalunya y Euskadi ya ha vendido todas sus zapatillas.

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