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Zabaldi, un lugar de encuentro para la solidaridad internacionalista que cumple diez años

La casa de la solidaridad Zabaldi se sitúa en la calle Navarrería, en pleno Casco Antiguo iruindarra. Desde allí, diversos colectivos feministas, antirracistas e internacionalistas promueven iniciativas sociales que se rebelan contra el sistema neoliberal y globalizado. Acaba de cumplir diez años.

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Asier VELEZ DE MENDIZABAL

Zabaldi es un lugar de encuentro donde se reúnen a diario diferentes grupos, plataformas, colectivos y ONGs que trabajan en el campo de la cooperación y el internacionalismo. Este centro social nació en 1997, cuando diferentes ONGs y colectivos decidieron crear un espacio crítico e independiente de las instituciones. En él se reúnen a diario grupos internacionalistas, feministas e integradores, colectivos que reivindican la abolición de la deuda externa o que impulsan una lucha contra la globalización neoliberal. Zabaldi, cuyo nombre ya es significativo, también sirve como espacio de encuentro y reivindicación de los colectivos de inmigrantes. Actualmente, la casa de la solidaridad esta formada por nueve colectivos: Emakume Internazionalistak, Komite Internazionalistak, Ixim, Mugarik Gabe, SOS Racismo Nafarroa, ALDEA Alternatiba-Desarrollo, ANARASD, RCADE y Eguzki Bideoak.

Su sede se encuentra en la calle Navarrería del Casco Viejo iruindarra, y cuenta con varias salas de trabajo: una sala funcional -en la que se realizan charlas, reuniones y asambleas de grupos, proyecciones y cursillos-, otra sala de reunión para el uso de Zabaldi y de otros colectivos, y una oficina para la gestión y administración del propio centro. En cuanto a la financiación, cabe remarcar que los ingresos proceden casi en su totalidad (75%) de las aportaciones de los grupos, de las cuotas de los socios y de las actividades de autofinanciación, dado que uno de los objetivos fundamentales del centro es ser económicamente independiente.

Los grupos que forman Zabaldi han creado además el espacio Kalaska, un proyecto que fomenta las resistencias culturales frente al modelo cultural uniforme que conlleva la globalización, donde se mezclan el arte, la cultura y el internacionalismo. Los representantes de cada colectivo organizan reuniones semanalmente para preparar diferentes actividades culturales y artísticas, como conciertos, exposiciones o emisión de vídeos y documentales. El coordinador del proyecto, Xabi Santakiteria, afirma que el objetivo de Kalaska es que «los diferentes grupos que integran Zabaldi puedan tener otra manera de concienciar a la gente a través de actividades culturales o artísticas». «Lo que pretendemos en Kalaska es proponer un espacio de cultura alternativa, en contraposición con la cultura institucional que se fomenta desde el centro Baluarte», señala Santakiteria.

Semana tras semana, los responsables del proyecto organizan diversas actividades como conciertos, exposiciones artísticas, documentales o presentación de libros. «El jueves y el viernes son los días en los que se llevan a cabo más actividades, ya que se reúne más gente de cara al fin de semana. Exponemos una sección de `cine pobre' que organiza el colectivo Eguzki Bideoak. Se trata de una serie de documentales en los que se analizan los movimientos sociales que se llevan a cabo en todos los continentes. Hemos emitido diversos documentales sobre América Latina o Africa. Nuestra idea es la de ofrecer una programación estable para que las personas que se acerquen a Zabaldi puedan conocer y aprender como son las diferentes culturas que pueblan este planeta», expone el coordinador del proyecto Kalaska.

De todos modos, este centro social y cultural va mucho más allá del proyecto Kalaska y los grupos que lo componen. Zabaldi es un espacio abierto a todos los grupos o colectivos de personas que forman un movimiento social concreto, y que, por diversas razones, no disponen de un lugar donde poder reunirse y planificar sus actuaciones. «Hay que tener en cuenta que estos últimos años la política represiva que se lleva a cabo desde el Ayuntamiento de Iruñea ha acarreado el cierre de muchos centros de autogestión, donde los grupos alternativos llevaban adelante sus iniciativas. Por eso, éste también se ha convertido en un lugar de encuentro para diversos grupos que no tienen otro sitio para reunirse», concluye.

Objetivos en común

A pesar de que los diferentes colectivos que toman parte en el centro llevan a cabo iniciativas en torno a diferentes problemáticas, todos ellos hacen una apuesta clara y contundente en favor de la solidaridad internacionalista y de la lucha contra la globalización. «Todos los grupos que nos reunimos en Zabaldi tenemos como objetivo en común la solidaridad internacional, que no es otra que la de proponer resistencias alternativas al sistema neoliberal que impera actualmente en nuestro planeta. Creemos que el sistema globalizado que potencian desde el norte es lo que genera más pobreza en el sur, y por eso pensamos que es necesario luchar y movilizarse en contra de la globalización. Eso es lo que nos une a todos los grupos de personas y colectivos que frecuen- tamos este centro», explica Begoña Zabala, integrante del colectivo Emakume Internazionalistak.

Zabala, que ha vivido muy de cerca los comienzos y el desarrollo de Zabaldi, añade que además de esos objetivos comunes, cada grupo tiene «su espacio de desarrollo y participación. Algunos grupos, como el nuestro, realizamos esas actividades en Zabaldi, dado que no poseemos nuestra propia sede. Sin embargo, otros grupos que poseen otra sede centran allí su actividad diaria». Zabala también es integrante de la Asamblea del Derecho al Aborto, que estos días se reúne en el centro para programar diferentes iniciativas y actividades en torno a esta problemática que ha vuelto a primera plana informativa. Lo mismo ocurre con el grupo Kontuz, que realiza una labor de denuncia en contra de la corrupción en Nafarroa, y que en las últimas semanas se reúnen en la casa de la solidaridad para llevar a cabo acciones puntuales y concretas. Son dos claros ejemplos que demuestran que Zabaldi es también un espacio abierto a todo tipo de movimientos e iniciativas sociales.

En el caso de SOS-Racismo, una asociación que promueve una sociedad en la que no existan ni el racismo ni la xenofobia. El colectivo posee su sede principal en la calle Zapatería, donde realizan generalmente su actividades. Sin embargo, también forma parte de Zabaldi, y allí lleva a cabo iniciativas conjuntas con el resto de colectivos. «SOS-Racismo participa en muchas actividades que se organizan en Zabaldi, y somos participes del proyecto Kalaska. No obstante, en algunas fechas también procuramos impulsar iniciativas concretas. Por ejemplo, en la semana en contra del racismo, que se celebra alrededor del 21 de marzo, además de las iniciativas que llevamos a cabo en nuestra sede, siempre intentamos realizar actividades dentro de este centro social», comenta Airara Santakiteria, miembro de SOS Racismo-Nafarroa e integrante del proyecto Kalaska

Este año se cumple el décimo aniversario de la fundación de Zabaldi. En todo ese tiempo, los diferentes grupos y colectivos que han formado parte de la casa de la solidaridad no han dejado de organizar numerosas actividades e iniciativas. Como recuerda uno de los fundadores, Sabino Cuadra, el centro se creó a raíz de que varios colectivos de ciudadanos que se movían en el terreno de la solidaridad internacionalista, la cooperación y la tolerancia decidieron que era necesario tener un lugar concreto donde reunirse. «Miembros de diferentes grupos pensamos que sería muy conveniente tener un espacio para reunirnos, charlar, intercambiar opiniones y de esa manera poder organizar actividades conjuntas. Esta propuesta partió principalmente desde Komite Internazionalistak, y, tras charlar con otros grupos como Ixim, Mugarik Gabe o SOS-Racismo, finalmente nos juntamos ocho colectivos con la intención de sacar adelante ese proyecto», señala Cuadra.

De la tetería a los bailes flamencos

Como es lógico, la creación de Zabaldi no supuso que los diferentes colectivos dejaran de realizar sus actividades diarias en sus respectivas sedes, sino que compatibilizaron su trabajo dentro del centro con sus proyectos por separado. Sin embargo, otros grupos, la minoría, tenían su sede en Zabaldi. Como señala este veterano miembro, todos ellos se reunían con la idea de «aprender unos de otros y poder mezclar todas las ideas y propuestas».

Cuando se creó el centro hace diez años, Euskal Herria todavía no había recibido mucha inmigración, y por eso Zabaldi fue un lugar pensado para aquellas personas llegadas al país y que no tenían un lugar para reunirse. «En los inicios, el espacio fue distribuido en diversas salas. Por un lado, había una tienda de comercio justo, y por otro, un espacio intercultural que arrancó como una tetería y donde se juntaban sobre todo personas de origen marroquí. Además, el local también contaba con salas de reunión y un centro de documentación conjunto para todos los grupos», señala Luis Condearena Geppeto, que fue otro de los fundadores de Zabaldi. Con el paso del tiempo, las funciones de algunas salas han ido cambiado, y lo que en su día fue tetería abierta al público es hoy lugar donde se emiten vídeos, muestran exposiciones o realizan conciertos.

«Cuando comenzamos con este proyecto hace unos diez años, la realidad de la inmigración era muy diferente a la que tenemos actualmente, y por eso creímos necesario que Zabaldi fuera un espacio para la gente que venía de otros lugares y no tenía dónde reunirse con personas que vivían la misma experiencia que ellos. Ahora la situación ha cambiado, y los inmigrantes tienen sus propias asociaciones y lugares de encuentro. Quizá por ese motivo, en estos años hemos ido evolucionando y ahora a Zabaldi ya no acuden tantos colectivos de inmigrantes», señala Condearena. Pese a todo, aclara que hoy en día todavía se siguen llevando a cabo iniciativas con colectivos de sectores desfavorecidos, como «bailes flamencos en los que han participado gitanos».

En cuanto a la financiación del centro, la mayoría de los fondos proceden de las cuotas de los socios, las aportaciones anuales que realizan los diferentes colectivos y las iniciativas que se llevan a cabo en el centro. «Desde un principio hemos pretendido que no más del 25% de los gastos de funcionamiento dependan de ayudas institucionales, dado que hemos querido ser completamente independientes a la hora de llevar a cabo nuestras actividades», concluye.

colectivos

son los que forman parte activa de Zabaldi, aunque en el centro también se reúnen grupos sociales que no disponen de una sede o local propio.

El centro celebrará la semana de la solidaridad del 5 al 10 de noviembre

Como todos los años, Zabaldi organiza la Semana de la Solidaridad, en la que se llevan a cabo actividades de muy distinta índole. Los actos se celebrarán del 5 al 10 de noviembre, y se tratarán temas tan variados como la sexualidad o las revoluciones en Centroamérica. Por otro lado, el sábado día 10 se celebrará una comida para conmemorar el décimo aniversario de la inauguración del centro.

Los actos comenzarán hoy a las 20:00 horas con la emisión del documental titulado «San Ernesto nació en La Higuera», en el que se analiza la figura del Che Guevara. El martes a la misma hora se realizará una mesa redonda en la que se hablará de la revolución zapatista y bolivariana. Asistirán el miembro de del colectivo Col-lectiu de Solidaritat amb la Rebelió Zapatista de Barcelona Iñaki García y Alberto Cruz, que es integrante del Centro de Estudios Políticos Internacionales y el Desarrollo de Madrid. El miércoles, los asistentes tendrán la oportunidad de escuchar una charla de Nicolás Qualander, que forma parte del movimiento de Indígenas de la República. El jueves y el viernes se tratarán temas como la corrupción inmobiliaria en Iruñea y el erotismo. A.V.M.

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