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Mañana actúa en el BEC de Barakaldo junto a los rockeros Turbonegro

Gótico Marilyn Manson

Marilyn Manson inició en Portugal su gira por la península Ibérica el pasado 19, recorrido que cierra este viernes en el amable escenario del BEC de Barakaldo. Lugar donde presentará su nuevo y joven álbum «Eat me, drink me», donde el pálido vampiro, en contraste con sus carnosos labios rojos y el negro rímel de sus ojos, nos pide que le comamos, que le bebamos. Ejercicio de amor y devoción para el que utiliza los mejores recursos ambientales del rock oscuro.

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Pablo CABEZA | BILBO

A mediados del año pasado Marilyn Manson cayó en una profunda depresión: «Me vi sumido en un agujero negro. Estuve paralizado, sin poder hacer nada. Había perdido la esperanza». Los artistas y la industria navegan entre la verdad y la mentira, entre el vacío y la necesidad de llamar la atención. Nunca estuve debajo de la cama de Manson, ni me llamó para que le pasara el teléfono de mi sicólogo, pero es posible que un artista que juega entre la vida real y las ropas de su personaje termine tocado por algún resto de cualquiera de sus abusos, de sus dudas o, simplemente, por un diagnóstico que colocaba a su madre frente a una enfermedad mental y a él, además, con el corazón roto por la ruptura con su mujer, la bailarin y modelo Playboy Dita Von Teese. En verdad, un buen cúmulo de hechos lo suficientemente agudos como para creer en la angustia del artista.

«Me dijo que había tolerado mi estilo de vida porque esperaba que yo cambiaría y me amenazó con dejarme si no lo hacía. Estaba durmiendo en el sofá en mi propia casa. Se suponía que no tenía que ser una estrella del rock. Lo cierto es que no estaba preparado para estar solo. Salí de esto como un pájaro sin plumas», declaró Manson.

La situación, de hecho, llegó a tensarse de tal forma, que en un momento sin ventanas, una amiga cogió un cuchillo de carnicero y le dijo: «Venga, te lo pongo fácil, apuñálame». Manson reaccionó. «Estaba dispuesta a hundirse conmigo. Así que en ese momento me dí cuenta de que tenía que salir del pozo y reaccioné», comenta un Manson esperanzado por haber conseguido saltar por encima del abismo y haber escrito un álbum como «Eat me, drink me». «De repente me sentí liberado, escribía una canción, me daba una vuelta por casa, y la grababa inmediatamente. Finalmente, de la desesperación y la esperanza surgió este disco, como una herida abierta». Y abierto, sin demasiadas cercas, transcurre el disco que presentará en el BEC, álbum que mantiene los característicos toques siniestros de su histórico sonido, como la apertura «Si yo fuera tu vampiro», donde el aire lóbrego, la desolación y la esperanza convierten sus cinco minutos en puro teatro hecho de sombras.

«Mis nuevas canciones están claramente escritas para seducir a alguien», describe el larguirucho Marilyn, quien ha construido un castillo de ásperas melodías repletas de ambientaciones básicas donde, por debajo del aire gélido, se esconde puro rock and roll liderado por la púa de Tim Skold, guitarrista con clara vocación de pecador, además de culpable de un buen puñado de solos restauradores, efectivos. Resuelto trabajo que se percibe con claridad en cortes como «The red carpet grave», «Just a car crash away», «Evidence» o «Mutilation is the most sincere form of flattery". No obstante, la ambientación de «Eat me, drink me» es, ante todo, tenebrosa e inquietante.

El álbum se cierra con un remix de «Heart-shaped glasses (when the heart guides the hand)» a cargo de Jade E. Pudget, quien concluye unas mezclas a las que dota de una nueva luminosidad bailable llevada a los mejores momentos de los nuevos románticos ingleses de principios de los ochenta, por lo que en el BEC también se bailará con Marilyn Manson.

DE NEGRO

Lo oscuro vuelve a llevarse, por lo que Marilyn Manson continúa en la onda. Regresa siniestro y mortificado después de una depresión común a todo artista de primera. De otra parte, el negro también es el color preferido de los noruegos Turbonegro, reyes de la parodia, la escaramuza y el gran rock and roll.

Ficha

Fecha: Viernes 23 de noviembre.

Lugar: BEC (Barakaldo). Junto parada Metro.

Hora: Apertura puertas, 19.30 h.; Turbonegro, 20.45 h. y Marilyn Manson, 22.00 h.

Precio: 39 euros.

Desde Noruega unos invitados excepcionales, Turbonegro

Los escandinavos han aprendido los trucos del rock con tanta precisión que desde hace más de tres décadas que son capaces de crear grupos y canciones con tanta o más clase que los británicos o los estadounidenses. En Noruega, al margen de practicar un profundo, sentido y pagano death metal, viven bandas como Turbonegro, una comuna con diez años de vida, otros tantos de locura y toda una serie de soberbios discos de tenso rock and roll de alta energía. Turbonegro son guitarreros, les gustan los estribillos poderosos y telonean, sorprendentemente, al gótico MarilynManson. P. C.

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