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el gobierno de ibarretxe «expulsa» a la mayoría sindical

ELA y LAB acusan a Lakua de «expulsar a la mayoría sindical» de Hobetuz

Lakua publicó este lunes la convocatoria de Hobetuz para la formación continua. Se ha saltado la decisión del patronato de esa fundación que negó tal posibilidad, porque supone condenar a Hobetuz a su dependencia con Madrid.

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Juanjo BASTERRA | BILBO

Los secretarios generales de ELA y LAB, José Elorrieta y Rafa Díez, respectivamente, junto a los representantes de ambos sindicatos en el patronato de Hobetuz, Luis Manuel Agirre y Josu Bilbao, rechazaron de manera tajante la decisión del Gobierno de Ibarretxe de posicionar al patronato vasco, esencial para la puesta a punto de los trabajadores en los nuevos sistemas y procesos productivos, en una «mera sucursal» de las decisiones que se adoptan en Madrid.

«El Gobierno de Ibarretxe ha aceptado las reglas de la Fundación Tripartita española para la Formación Continua, pese al posicionamiento contrario del patronato de Hobetuz», lamentaron los secretarios generales de ELA y LAB. La acusación sindical la dirigen de manera directa al cabeza del Ejecutivo de Lakua, Juan José Ibarretxe, pero critican también que haya sido Tontxu Campos, consejero de Educación, y Joseba Azkarraga, de Empleo, ambos de EA, quienes hayan potenciado «esa hoja de ruta a la española para terminar con Hobetuz».

El líder de LAB expresó, con la aquiescencia de José Elorrieta, que «no nos vamos de Hobetuz, el Gobierno de Gasteiz expulsa a la mayoría sindical». En una nota afirman que «no es una paradoja. Es la crónica de una muerte anunciada. El Departamento de Educación, en manos de EA, ya decidió renunciar a la defensa de la transferencia tal y como estaba recogida en el vigente Estatuto; nos anunciaron que aceptaban recibir una financiación condicionada por Madrid para hacer aquello que la mayoría sindical española adopte lejos de aquí».

Este hecho es insólito desde que en 1995 se logró el Acuerdo Vasco para la Formación Continua, que dio origen a la Fundación Vasca para la Formación Profesional Continua, Hobetuz. El desencadenante de esta situación se encuentra, a juicio de Rafa Díez, en que el Gobierno de Ibarretxe «no ha defendido ni el ámbito de decisión, ni el contenido, ni las decisiones de la mayoría. Ha optado por liquidar Hobetuz, bajo la fórmula de que sea una sucursal del modelo español».

El máximo responsable de LAB denunció que el Gobierno de Lakua «ha traicionado el acuerdo vasco. Se ha dado la espalda a la mayoría sindical de este país». En este caso, José Elorrieta, secretario general de ELA, afirmó con rotundidad que «no hay democracia en lo que respecta al diálogo social sin respeto a las mayorías sociales. Eso es lo que ha pasado en este caso».

ELA y LAB consideran que el acuerdo de 1995, que desembocó en el nacimiento de Hobetuz, fue «un ejemplo de diálogo social entre la patronal, los sindicatos y la administración y que, entonces, el Departamento de Trabajo de Gasteiz estaba dirigido por Ramón Jáuregui, del PSE», precisó Rafa Díez. Fue, a su juicio, un «embrión» y un «primer paso» del marco vasco de relaciones laborales.

De ejemplo, a boicot

Sin embargo, reconoció que «enseguida» llegó «un proceso de involución. Tras analizar la realidad de ese paso que habíamos propiciado, surgieron las estrategias de bloqueo y de sabotaje desde Madrid, desde los diferentes gobiernos y las centrales sindicales. Sin duda, pensaron que era un mal ejemplo. Un modelo que podría ser contagioso ante otros temas sociales y laborales que la sociedad vasca podría impulsar».

ELA y LAB recordaron que «han sido doce años combatiendo el modelo vasco de formación continua» y, sin embargo, José Elorrieta y Rafa Díez se felicitaron porque ambas centrales sindicales «hemos mantenido con fidelidad la filosofía y los contenidos que inspiraron Hobetuz, al contrario de lo que ha ocurrido en el modelo español que es ejemplo de corrupción y escándalo en materia de formación continua».

Por ese motivo, los máximos responsables de ELA y LAB recordaron al Gobierno de Gasteiz que «ya sabrá dónde se ha metido», pero se lamentaron de «haber sido ingenuos, porque pensábamos que el Ejecutivo de Gasteiz iba a mantener el compromiso del acuerdo logrado y del que la mayoría sindical no nos hemos salido». En este caso, Rafa Díez acusó de manera explícita a Lakua porque «no ha defendido ni el ámbito, ni el contenido, ni a la mayoría sindical. Después llama a la sociedad para la defensa del derecho a decidir y que se respeten a las mayorías. El Gobierno de Ibarretxe nos está vendiendo humo. Esos mismos que dicen que hay que ir a la confrontación democrática, se pliegan a las decisiones de Madrid en un tema trascendental como es la formación continua y en el que se había logrado un acuerdo fruto del diálogo social en 1995».

ELA y LAB tienen claro que «no es cierto lo que nos dice Juan José Ibarretxe que el ámbito vasco no es un espacio subordinado al Estado. Aquí, en este tema, sí. Ha tenido oportunidad de avanzar, porque la mayoría social defiende este ámbito, pero no se nos ha tenido en cuenta. Se ha retratado una vez más y ha elegido como compañeros de viaje a CCOO y UGT y la patronal en dependencia con el modelo español que da la espalda a la mayoría de este país».

Denunciaron que «el Gobierno de Lakua ha roto las reglas de juego en cuanto a las mayorías» y avanzaron que «desde luego, nos tendrán en frente en este tema emblemático».

Guión, capítulos y libro

José Elorrieta afirmó que esa actuación del Gobierno de Ibarretxe «tiene guión, capítulos y hasta un libro» en la manera de actuar. «El Gobierno vasco ha decidido aceptar el flujo financiero y, a cambio, sitúa la competencia en Madrid. Hobetuz se convierte -según explicó el líder de ELA- en una agencia colaboradora. En términos políticos es muy descalificador».

Culpó a Ibarretxe, pero también a Campos y Azkarraga. El primero «tardó diez meses en recibirnos, para entonces ya había tomado la decisión». De Azkarraga dijo que «ha marcado la hoja de ruta y ha dicho que para desatascar los problemas vale cualquier cosa. No es así». Por eso, aseguró que «Lakua ha cometido un error: aceptar las reglas de juego de Madrid, lo que es inadmisible».

Sucursal

A juicio de la mayoría sindical en la fundación vasca para la formación profesional continua, el Ejecutivo de Ibarretxe ha dejado a Hobetuz como una mera sucursal de la Fundación Tripartita española.

La financiación inicial fue a cambio de los votos del PNV

Desde el nacimiento de Hobetuz, hace doce años, se ha producido un boicot al modelo vasco desde Madrid. Con el primer Gobierno español del PP, cuando José María Aznar llegó a la Moncloa, el PNV negociaba con el PP acuerdos parlamentarios en Madrid para conseguir financiación para que Hobetuz tuviera algunas partidas económicas. El ex ministro Manuel Pimentel y su sucesor, Javier Arenas, acudían año tras año, tras los acuerdos políticos, a firmar en la lehendakaritza de Gasteiz. Cuando los votos del PNV no fueron necesarios, se bloqueó a Hobetuz y una gran parte de la financiación partió de Lakua, es decir los trabajadores pagaban doblemente: las cotizaciones sociales obligatorias, que después no retornaban en ayudas a la formación continua, y a través de los impuestos. Los trabajadores vascos cotizan más de 50 millones por ese concepto, pero el retorno es mínimo. Hobetuz partió de un presupuesto de 5,84 millones en 1996; 23,21 millones en 1997 hasta los 30,05 millones en 1999. Después ya nunca sobrepasó de los 10 millones. En el último trienio, no llegó ni un euro de Madrid.

J. B.

El modelo vasco dificulta el mal uso de las ayudas

Año tras año se ha cuestionado o, por lo menos, se ha interpelado sobre el futuro difícil de Hobetuz, como una fundación que actúa en el desarrollo de la formación continua especializada y bajo un catálogo modular en el que se priman las necesidades formativas de los trabajadores en determinadas áreas necesitadas de reciclaje. Va por delante de lo que se puede denominar una formación generalista, que es la que se ofrece a nivel español.

Hobetuz apenas deja que las organizaciones sindicales puedan intervenir en la impartición de cursos, ya que ese trabajo está determinado para aquellos centros que cuentan con certificación. Ese es el principal tropiezo entre los dos modelos: el español y el vasco. Las centrales que defienden los criterios que se dictan en Madrid, porque son sus actores principales, no acepten que no puedan intervenir en el ámbito vasco o, por lo menos, en una medida similar a lo que ocurre en la Fundación Tripartita para la Formación Continua, aunque antes se denominó Forcem. No hay sitio, o por lo menos se dificulta, la corrupción en Hobetuz. No ocurre así en Madrid. En varios informes el Tribunal de Cuentas se detectaron desvíos de dinero de formación hacia las organizaciones sindicales. Desde dentro de CCOO como en UGT se han denunciado casos de irregularidades en ese sentido.

El último vio la luz ayer en el periódico «Público» en el que indica que «el administrador de las empresas de María Jesús Paredes, -ex responsable de la Federación Comfia de ese sindicato y mano derecha de José María Fidalgo que ha hecho una fortuna personal desde ese cargo de sindicalista- gestiona desde una empresa privada cursos de formación del sindicato». En UGT se dieron algunos casos, incluso se despidió a algunos responsables por denunciar irregularidades. Ayer, José Elorrieta dijo ante la presión de algunos periodistas que «un ex presidente de la patronal alavesa reconoció que más del 90% de la financiación de Confebask proviene de las ayudas de formación y de las subvenciones de Industria». J. BASTERRA

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