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Federer y Henin han impuesto su genialidad y no han soltado el número uno del tenis mundial

Un año más el pulso que mantuvieron Roger Federer y Rafael Nadal marcó la temporada que acaba, aunque el suizo salió vencedor con ocho títulos, tres del Grand Slam. Justine Henin, por su parte, dominó en el circuito femenino pues ganó el Roland Garros y en Australia.

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Federer comenzó el año ganando el Abierto de Australia por tercera vez y lo terminó alzándose con su cuarto triunfo en la Copa Masters de Shanghai. Entre medias sumó seis títulos más, quinto Wimbledon y cuarto Abierto de Estados Unidos incluidos, para acabar por cuarto año consecutivo como el auténtico rey del tenis mundial.

No obstante, el jugador suizo ha sido batido este año por seis hombres, algo poco normal. Tres han conseguido vencerle esta sesión en dos ocasiones, Nadal, en las finales de Roland Garros y Montecarlo, y los argentinos Guillermo Cañas y David Nalbandian. El primero de ellos, en la segunda ronda de Indian Wells y octavos en Miami, y el segundo en los octavos de Madrid y la final de París Bercy.

El italiano Filippo Volandri lo hizo en los octavos de final de Roma y el serbio Novak Djokovic en la final de Montreal. El chileno Fernando González fue el último, en la primera fase de Shanghai.

Ante este supuesto bajón de Federer, Nadal reforzó el segundo puesto de la clasificación ATP contra viento y marea. Fue capaz de repetir victoria en los torneos de Montecarlo, Barcelona, Roma y Roland Garros y sumar nuevos, como el Masters Series de Indian Wells y Stuttgart, y demostró en Wimbledon que está cada vez más cerca al disputar por segundo año la final contra Federer, y tenerle a éste contra las cuerdas en el quinto set, donde dispuso de puntos de ruptura aunque no remató al genial tenista suizo en su terreno.

El manacorí ha sabido reciclar su tenis a su físico para consolidarse en el segundo puesto del mundo, aguantar las embestidas del serbio Novak Djokovic, ganador de cinco títulos en el 2007, y proyectarse para la temporada que viene donde tiene una buena oportunidad en el Abierto de Australia de lograr incluso el número uno, dependiendo de lo que haga Federer. Asimismo, fue finalista en los torneos de París Bercy y Hamburgo, en éste último donde acabó su racha de 81 victorias consecutivas en tierra, con Federer como verdugo.

La clase de las Williams no es suficiente

La belga Justine Henin ha sido la gran dominadora del tenis femenino. La jugadora de Lieja ganó dos de los cuatro Grand Slams (Roland Garros y Abierto de Estados Unidos y diez títulos en total). Las hermanas Venus y Serena Williams se repartieron el Abierto de Australia y Wimbledon y varias jugadoras surgieron para intentar en el 2008 un cambio en el estatus.

No obstante, Henin se encuentra tranquila. A sus 25 años sabe ya lo que es acabar primera del mundo y dispone de tiempo aún para ampliar su palmarés, a pesar de que las Williams produzcan de vez en cuando destellos de su clase cuando están a salvo de lesiones. Serena lo hizo en Melbourne cuando entró en el cuadro cerca de las cien primeras, y Venus alzó la bandeja de plata en Wimbledon siendo la 31.

Si alguna tenista demostró consistencia, aunque saldó la temporada con un solo título fue la rusa Svetlana Kuznetsova, ganadora en New Haven y finalista en cinco torneos más, entre ellos su tercer Abierto de Estados Unidos, además de ser componente del equipo triunfador en Copa Federación por tercera vez.

Gran parte de la temporada lo ocuparon los nombres de las serbias Ana Ivanovic, con tres títulos (Los Angeles, Berlín y Luxemburgo, y final de Roland Garros) y Jelena Jankovic, con cuatro torneos (Auckland, Charleston, Roma y Birmingham) y aparecieron otros, como la rusa Anna Chakvetadze, también con cuatro (Hobart, Hertogenbosch, Cinccinati y Stanford) que amenazan con dar la sorpresa el próximo año.

Fue la sesión en la que cuatro jugadoras colgaron la raqueta, en concreto, la belga Kiam Clijsters, la argentina Paola Suárez, la israelí Anna Smashnova y la suiza Martina Hingis. Esta última tomó la decisión al ser acusada de haber dado positivo de cocaína durante Wimbledon, un triste final para una grande, y que negó rotundamente en cualquier caso.

Otras, como la estadounidense Lindsay Davenport, retornó a la competición después de haber dado a luz a su primer hijo, Jagger, y cuatro meses después de su alumbramiento fue capaz incluso de ganar torneos de primer nivel, en su caso dos, Bali y Quebec. Una noticia que quizás haya animado a Monica Seles, que pretende volver en el 2008 después de nada menos cinco años de parón.

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