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DENUNCIAS DE TORTURAS TRAS LAS ÚLTIMAS DETENCIONES

«Me llevaron junto a un río; oí un disparo; siguieron pegándome y me metieron en el agua, y tragué y tragué...»

Tras cinco días incomunicados en los que no han podido mantener ninguna comunicación, el testimonio que anoche relató Mattin Sarasola en la Audiencia Nacional española sobre su detención y las torturas padecidas coincide con lo narrado por Igor Portu al juez de Donostia. El propio juez Grande-Marlaska así lo admite en su auto judicial. Ambos relatan que fueron torturados en un bosque y un río cercano desde el primer momento de la detención.

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Gari MUJIKA | DONOSTIA

El testimonio de Mattin Sarasola anoche ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska coincide con lo relatado por Igor Portu a la Comisión Judicial que investiga las lesiones que obligaron su ingreso en la UCI del Hospital Donostia; a ello se le suma la plena concordancia con lo aportado por el testigo presencial de los arrestos que declaró el jueves en el Juzgado de Bergara. Con ello se confirma que no hubo detención violenta, sino maltratos que Sarasola y Portu refieren desde el primer momento y un lugar cercano, antes de ser llevados a Intxaurrondo.

Todo ello contrasta frontalmente con la versión del Ministerio de Interior. Requiere un especial énfasis el hecho de que Portu ofreció su testimonio al titular del Juzgado de instrucción 1 de Donostia en estado de incomunicación, por lo que desconocía las explicaciones de las autoridades españolas, y por lo tanto su testimonio no podía pretender desmentirlas. A su vez, Mattin Sarasola, tras cinco días incomunicado, coincide con lo narrado por Igor Portu. Grande-Marlaska lo admite en el auto ha decretado el envío del testimonio de Sarasola al Juzgado de Donostia, donde se investigan los malos tratos denunciados por los lesakarras.

Sarasola relata «salvajes torturas»

En concreto, Grande-Marlaska subraya en el auto de ingreso en prisión de Sarasola que su declaración, «en situación de incomunicación», coincide en que «no se opusieron a la detención; que aun cuando en el lugar de la detención había varios Patrols de la Guardia Civil, no existía un control señalizado; y que antes de ser llevado a los calabozos fue trasladado a una pista forestal, donde le golpearon».

Pasadas las 23.15, Askatasuna facilitó a GARA extractos de las torturas denunciadas por Sarasola ante el juez. Además de confirmar que lo llevaron a una bosque, el lesakarra subraya que la Guardia Civil se ensañó con él haciéndole la bolsa «una y otra vez». Denuncia que «durante cinco días ha sido torturado salvajemente, y que ha sido muy, muy duro». Relató a sus abogados que se desmayó al menos dos veces, que recuerde, y que lo tuvieron atado a una silla. Subraya que los golpes por todo el cuerpo y las amenazas han sido una constante en los cinco días. Además del fuerte moratón en un ojo, tiene todo el cuerpo contusionado y con hematomas.

Por la mañana, Torturaren Aurkako Taldea facilitó a los medios la transcripción de la declaración de Igor Portu el día siguiente de ser hospitalizado de urgencia en Donostia. Portu relató al juez que su detención, junto a la de Sarasola, se produjo «alrededor de las 11.00 en Arrasate, junto a una escuela y unas viviendas, a la salida de Udala». Añade que «se metió en un Patrol con cuatro guardias civiles, dos delante y dos detrás, y él en el medio. Que al poco tiempo, en menos de 50 minutos, empezaron a darle puñetazos y tortazos, en especial el que iba de copiloto».

La transcripción prosigue diciendo que «fueron por un camino. Le dijeron que iban a llevarlo a un río. Que lo llevan a una carretera a 1 ó 2 kilómetros de Arrasate, a una especie de puerto. Que al fondo había un río». (...) «Le sacan del patrol y entre tres le llevan a una especie de bosque pendiente abajo hasta un río (...) Estaba esposado desde el primer momento con las manos a la espalda. Le dijeron que le iban a meter al río. Le ordenan ponerse de rodillas. Le siguieron pegando y le metieron la cabeza en el río hasta que casi no podía más».

«Que le metieron la cabeza en el agua varias veces hasta que vieron que no tenía respiración casi. Luego otros dos le metieron sujetándole por las piernas de arriba y dejan que trague agua, que trague agua», sigue.

Ante las preguntas del juez, en la declaración se recoge que «no había ningún control ni echaron a correr cuando les detuvieron». Relata que fue objeto de duros golpes incesantemente y de manera continua.

GARA ha estado en los lugares

El dato que aporta sobre que «al volver del río a la carretera siguieron pegándole y él pensó que cómo podía ser si por allí podía pasar gente» y la descripción del lugar como «una especie de puerto» -a «1 ó 2 kilómetros de Arrasate» y que «al fondo había un río»- permite concretar el lugar de los hechos, aunque sólo los implicados podrían certificarlo. Concuerda con el paraje que GARA ha visitado, donde la Guardia Civil colocó un retén con el que se impedía el paso a personas y coches. Tal y como publicó GARA ayer, varios testigos confirmaron la existencia de un control a partir de las 10.00 en la «muga» de Gipuzkoa con Araba, dirección Aramaio, en una curva donde hay un cruce que es el único camino para los barrios de Untzilla y Suiña de Aramaio.

GARA ha podido saber que en un tramo de varias decenas de metros, en el marco del retén de las cercanías de Aramaio (a dos kilómetros de Arrasate), la Guardia Civil impidió el paso a todas las personas. En el lugar discurre el río Aramaio. E inmediatamente después del cruce hacía Untzilla y Suiña hay un tramo que desciende al río, con marcas visibles de algún vehículo de grandes dimensiones. En las cercanías del municipio se pueden encontrar más lugares con los mismos elementos.

Transcripción textual de la declaración judicial de Igor Portu

«La detención se produjo alrededor de las 11.00 de la mañana en Arrasate. Iban junto a un coche y llegaron 3 ó 4 patrol. Le pidieron el DNI y tras mirarle lo que tenían, a registrarle. Le pidieron que se fuera al otro lado de la carretera. Se metió en un patrol con 4 guardias civiles, dos delante y dos detrás, y él en medio. Al poco tiempo, en menos de 50 minutos, empezaron a darle puñetazos y tortazos; en especial el que iba de copiloto.

En el momento de la detención que se produjo en Arrasate, junto a una escuela y unas viviendas, a la salida de Udala, cree que había gente, porque había casas y la gente iba y venía.

Empezaron a agredirle enseguida mientras estaban en marcha. Empezaron los gritos. Fueron por un camino. Le dijeron que iban a llevarlo a un río. Lo llevan a una carretera a 1 ó 2 kilómetros de Arrasate, a una especie de puerto. Que al fondo había un río. Allí coincidió con el otro detenido, Sr. Sarasola, que iba en otro patrol.

Siguieron pegándole y amenazándole con matarle. Le pegan con la mano abierta y puñetazos.

Le sacan del patrol, y entre tres le llevan a una especie de bosque pendiente abajo hasta un río. Que al compañero le habían llevado abajo y le hicieron algo porque oyó un disparo y pensó que era una simulación de ejecución. Luego le llevaron a él preguntándole incesantemente. Al lado del río le pegan en el vientre, costillas, cabeza. Fueron golpes duros. Estaba esposado desde el primer momento con las manos a la espalda. Le dijeron que le iban a meter al río. Le ordenan ponerse de rodillas. Le siguieron pegando y le metieron la cabeza en el río hasta que casi no podía más.

Hubo 2 ó 3 sesiones parecidas. Le preguntaban sobre si era buen nadador. Le metieron la cabeza en el agua varias veces hasta que vieron que no tenía respiración casi. Luego otros dos le metieron, sujetándole por las piernas de arriba y dejan que trague agua, que trague agua. Tragó agua. Esto fue entre tres Guardias Civiles.

Le humillan y le insultan. En el camino al patrol le dieron golpes muy fuertes en las costillas y en el pecho. Le pusieron la bota sobre la cabeza, arrastrándole y le dieron golpes entre dos o tres por todos los sitios.

Le dijeron que esos eran los primeros 20 minutos y que tenían 5 días. Luego le metieron en el coche y le pusieron una capucha, con la cabeza agachada entre las piernas. Siguieron pegándole cachetes y golpes en la cabeza.

Le llevaron a Intxaurrondo, según cree, en donde vio al otro detenido y le metieron en un calabozo. En el calabozo le golpean. Le hicieron estar de pie y si se cansaba le hacían hacer flexiones. No veía porque estaba con el antifaz. Estaba empapado de agua. Llevaba dos camisetas. Le quitaron la ropa y le dieron otra que no estaba mojada. No sabe con qué le quitaron la ropa. Al ir a casa, a Lesaka, le dijeron que si quería ponerse las camisetas pero que les dijo que no porque estaban mojadas.

En el calabozo había 2 ó 3 guardias civiles. Le hicieron hacer flexiones y le pegaron en el pecho y en las costillas. A ratos se iban, a ratos venían... gritos y de todo.

Le tomaron las huellas dactilares. Hubo otro rato, justo antes de llevarle a Lesaka, que entraron muy fuerte, incesantemente, con preguntas... no lo puede precisar. Que cuando le detuvieron no había ningún control ni echaron a correr cuando les detuvieron.

A los guardias civiles nunca les pidió ver un médico porque la actitud de éstos era de todo lo contrario, porque le decían que le iban a matar. Alguien le comentó que iba a ir al médico forense.

Precisa igualmente que en los calabozos de Intxaurrondo le pusieron unas mantas enroscadas en el cuerpo y alguien se puso encima presionando. Eran un par de mantas. Que también hubo patadas y golpes en los pies, en el vientre. Precisa también que al volver del río a la carretera, siguieron pegándole y él pensó que cómo podía ser si por allí podía pasar gente».

Siendo las 19'05 horas se da por finalizada la diligencia. Se hace constar que se manifieste por el detenido que antes de ir al forense, guardias civiles, antes y después de ir a Lesaka, le amenazan que se atuviera a las consecuencias si contaba algo de todo esto.

Que los Guardias Civiles que estuvieron en la 1ª ó 2ª noche, no recuerda bien, le amenazaron con que en 24/48 horas le sacarían de la UCI y le llevarían a planta y que iba a ser mucho peor. Cree que fue en la 1ª noche».

Se cebaron con la bolsa

Mattin Sarasola ha narrado que durante los cinco días ha sido «salvajemente torturado», con una continuada aplicación de «la bolsa». Afirmó que se desmayó, al menos, dos veces. También que fue golpeado incesantemente. Tiene golpes y hematomas por el cuerpo.

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