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La «segunda generación de la globalización» tendrá como protagonista al sur

La Confedencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) celebra en Accra, capital de Ghana, su XII edición para abordar las oportunidades y retos de la globalización. Reconoce que la incertidumbre económica afectará al desarrollo de los países en vías de desarrollo.

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Juanjo BASTERRA

Hasta el próximo viernes 25 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (Unctad) celebra su duodécima sesión general en Ghana (África) con un amplio programa para abordar las oportunidades y los retos de la globalización para el desarrollo económico de los países. La realidad es que el aumento de flujos económicos no está garantizando el fin de la pobreza al ritmo esperado, porque 2.800 millones de personas viven con menos de dos dólares al día. Para unos, es un fracaso y para otros, se ha ralentizado el ritmo y, además, corre el peligro de atascarse definitivamente por el actual escenario de retroceso. El crecimiento económico que obtienen los países en vías de desarrollo no genera un reparto equitativo de la riqueza, porque el beneficio está en manos de grandes empresas y multinacionales, principalmente. Ocurre también en los países más avanzados.

Las principales actividades de este encuentro internacional llegarán la próxima semana, en la que se tratará de mejorar el clima de inversiones y de encontrar una manera de coordinar las políticas macroeconómicas a nivel mundial para evitar que los desequilibrios actuales se incrementen. También se verán tres estudios sobre la mujer y el comercio que muestran «las posibles ventajas de una política comercial que tenga en cuenta las cuestiones de género». A juicio de la Unctad, «las investigaciones que se presentarán ponen de manifiesto la existencia de vínculos entre los derechos y el bienestar de la mujer y la reducción de la pobreza y el incremento del nivel de vida de las familias, gracias al comercio».

Diversidad de políticas

Supachai Panitchpakdi, secretario de esta organización internacional, señala a modo de preámbulo que en este momento «se está perfilando la segunda generación de la globalización», en la que los países del Sur toman la iniciativa o «se incorporan con fuerza a la misma». A su juicio, una característica particular de esta nueva fase es «la multipolaridad económica, en la que los países del Sur desempeñan un papel importante para el resto del mundo en desarrollo» y, a la vez, reclama «la necesidad de una diversidad económica, más que una uniformidad de las política como hasta la fecha».

A juicio de Panitchpakdi, los temores que infunde la globalización «son comunes», tanto en los países ricos como en los pobres, aunque por razones distintas. Entiende que las exportaciones procedentes de las economías dinámicas de Asia, como China e India, que penetran en el mercado mundial de ciertos bienes de consumo se consideran «la prueba de los peligros que anuncian las nuevas fuerzas impulsoras del comercio mundial, aunque las las empresas prósperas que exportan desde esas economías emergentes sean propiedad de empresas internacionalmente versátiles de países desarrollados». Según el secretario general de la Unctad, la aprensión a la mundialización de la economía se intensifica «con la creciente deslocalización hacia países en desarrollo de servicios basados en la tecnología de la información y la exportación de fábricas de alta tecnología a zonas con salarios bajos».

Cita que economistas y políticos influyentes de los países desarrollados consideran a los 1.500 millones de trabajadores de las economías emergentes con pocos recursos de capital un elemento adicional a la fuerza de trabajo existente en sus economías. Reconoce que «la oferta mundial de mano de obra ha aumentado en un 50% en pocos años, lo que a su vez significa que, en el último decenio, la relación capital-mano de obra se ha reducido a la mitad, lo que ha contribuido a generar una nueva abundancia de mano de obra, a reducir los salarios, a aumentar los beneficios y a generar una presión alcista de los tipos de interés debido a la escasez relativa de capital». En este caso, el informe reconoce que se produce un cambio drástico «en el poder y los ingresos del mercado, que pasa a los dueños del capital».

Supachai Panitchpakdi, secretario de la organización internacional, asegura que esa situación tiene como consecuencia que «el concepto de competitividad de las naciones ha adquirido una nueva connotación y mayor influencia en los países desarrollados, e incluso, «se ha puesto de relieve en las negociaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC)». Según la Unctad, ha derivado en una «actitud fundamentalmente cautelosa hacia los países con salarios bajos y ha dado lugar a peticiones para que se impongan normas sociales y de protección del medio ambiente más estrictas en los países en desarrollo».

Incertidumbre mundial

La incertidumbre económica mundial «amenaza con socavar el crecimiento de los países en desarrollo». Así, reconoce que desde comienzos del año 2000, tras la crisis de las «puntocom», la economía estimuló el crecimiento en casi todos los países y regiones. «Pese a las enormes y persistentes diferencias en los ingresos absolutos, en el decenio 1996-2006 los países en desarrollo aumentaron su ingreso real (PIB deflactado por el índice de precios al consumidor) en un 71%, en comparación con un 30% en los países que integran el G-7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Estado francés, Italia y Canadá). América Latina, «pese a los reveses financieros», creció al 39% y Africa, en un 55%

De esa manera, la Unctad precisa que «con la recesión que amenaza a Estados Unidos y el debilitamiento del crecimiento en Europa, las perspectivas económicas internacionales dependen cada vez más de la capacidad de las naciones en desarrollo para seguir registrando tasas de crecimiento sólidas». En este caso, el organismo mundial reconoce que la atención económica se centrará en las economías emergentes como China, India, Brasil y Suráfrica.

Ante esa situación, esta organización reclama «la urgente necesidad de mejorar la coordinación de la política macroeconómica entre las principales economías, así como las normas y reglamentos que regulan las finanzas internacionales». También recuerda que «la confusión financiera que empezó con el colapso del mercado de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos y su propagación a los países europeos ha tenido, hasta el momento, un impacto limitado en los sectores financieros de los países en desarrollo». Según la Unctad, refleja que los bancos y los mercados de los países en desarrollo «estaban menos expuestos a transacciones financieras de riesgos que sus homólogos de los países desarrollados».

Sin embargo, este debilitamiento económico general -a juicio de esa organización- tendrá «consecuencias más amplias» para los países en desarrollo. «Una ralentización económica en Estados Unidos y en los países industrializados, especialmente si es prolongada, reduciría la demanda de exportaciones que ha sido crucial para sustentar las fuertes tasas de crecimiento de los países en desarrollo». También cree que «la continua confusión financiera podría propiciar todavía más el rechazo al riesgo, aumentando el coste del capital externo y, a la vez, que la volatilidad se propague por los mercados a los productos básicos, que ya han experimentado un auge de los precios y del volumen de transacciones».

Los datos que maneja esta organización sobre los efectos de esa prolongación de la crisis a los países que en desarrollo muestran que «una recesión en Estados Unidos se trasmitiría a otras partes del mundo, principalmente a través de vínculos comerciales». Así, el informe del secretario general Panitchpakdi indica que las importaciones de Estados Unidos representan el 15% del total del comercio mundial, de los que el 44% procede de los países desarrollados pero un 50% de los que se encuentran en vías de desarrollo o empobrecidos.

Inversión extranjera

Los datos de las inversiones extranjeras directas en 2007 aumentaron en un 17,8% hasta los 960.000 millones de euros, de los que dos terceras partes se producen por parte de los países de economías desarrolladas. En este sentido, los intercambios económicos Sur-Sur se han triplicado desde 1995. En este caso, esta organización internacional recuerda que existen 78.000 empresas transnacionales a nivel mundial y que poseen 780.000 filiales extranjeras. Mueven un negocio de 7 billones de euros anuales.

Este hecho pone de manifiesto el poder que tienen las transnacionales en el mundo, más incluso que muchos gobiernos. Sin embargo, la Secretaría de la Unctad calcula, en este caso, que «un crecimiento cero en Estados Unidos no quedará compensado, al menos en parte, por un estímulo fuerte en la demanda de Europa occidental y Japón» y, por lo tanto, advierte que el crecimiento en los países en desarrollo caería entre 2% y 2,5%». Para el organismo internacional es necesario «alcanzar una coordinación en la política macroeconómica entre las principales economías mundiales».

Pobreza energética

Otro de los elementos que tendrán un debate en la XII Conferencia de la Unctad tiene que ver con la seguridad energética.

Está claro que la energía es uno de los motores más importantes del desarrollo económico, especialmente en un contexto de una globalización progresiva, como indica el informe del secretario general. Sin embargo, reconoce que 2.000 millones de personas en los países en desarrollo carecen de acceso a la electricidad «y es necesario ayudarles para que superen esta pobreza energética». Según los datos que aporta, para el año 2030 los países en desarrollo representarán casi la mitad de la demanda total de la energía. En este caso, la Agencia Internacional de la Energia (AIE) estima que «sería necesariauna inversión acumulada en infraestructuras de suministro de energía de más de más de 20 billones de dólares hasta el 2030 para garantizar esa confluencia».

La Unctad pide, por otro lado, que las ventajas económicas que están obteniendo los exportadores de petróleo, por su alta rentabilidad, «se inviertan con prudencia».

millones

de trabajadores de las economías emergentes se han incorporado y han permitido a los empresarios tener mano de obra suficiente para bajar los salarios.

El 85% de los países en desarrollo depende de los productos básicos

El informe previo a la conferencia de Ghana señala que el 85% de los países en desarrollo depende de los productos básicos «como principal fuente de ingresos y de empleo» y como fuente de financiación externa para su desarrollo, mediante las exportaciones.

La Unctad precisa que 2.000 millones de personas dependen de esos productos básicos agrícolas pero «están acuciados» por el «mal funcionamiento del sistema de comercio internacional». Advierte de que 94 países en desarrollo obtienen todavía más del 50% de sus ingresos de la exportación por esos productos. En el análisis del secretario general de esa organización se destaca, por otro lado, que desde 2002 el incremento de los precios de esos productos básicos se debe «a la subida impresionante de los precios de los metales y minerales, que han aumentado en un 191%, y los precios del petróleo, que se han elevado en un 140%.

Los incrementos de las materias primas agrícolas y las bebidas tropicales, por otro lado, ascendieron en un 58% y un 45% respectivamente». Destaca entre los factores del aumento: el rápido ritmo de industrialización en China e India y la producción de biocombustibles y las restricciones del comercio. J. BASTERRA

millones

de personas viven con menos de dos dólares al día, y las transnacionales están obteniendo enormes beneficios económicos con la explotación laboral

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