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ANÁLISIS ELECCIONES EUROPEAS

Se acelera la carrera hacia las autonómicas catalanas

La carrera hacia las elecciones autonómicas en Catalunya de dentro de un año y medio y la constitución de que los casos de corrupción del PP en el País Valencià e Illes Balears no le han supuesto ninguna factura son las lecturas de los comicios europeos en los Països Catalans.

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Laia ALTARRIBA

Los resultados de los comicios europeos en los Països Catalans se han leído de manera distinta según los territorios. Si en Catalunya muchos los interpretan como un prefacio de la carrera hacia las autonómicas previstas para dentro de un año y medio, en el País Valencià la izquierda parlamentaria los lee con perplejidad pues la evidencia de que la corrupción no tiene consecuencias negativas para el PP. En las Balears también el PP sale reforzado frente a un Gobierno autonómico de progreso que lleva meses tambaleándose.

Más allá de fijarse en la práctica política que tendrán los nuevos eurodiputados catalanes, los resultados salidos hace una semana de las urnas se han leído, sobretodo, en clave de avanzadilla de las autonómicas en Catalunya. Especialmente ha sido CiU quien hacía esta lectura la misma noche de los resultados. Un satisfecho Artur Mas sentenciaba: «En estas elecciones se han sembrado las primeras semillas para el cambio político en Catalunya, vamos al alza, y el tripartito va a la baja». La alegría está justificada pues la coalición convergente ha sido la única formación catalana que ha aumentado votos respecto a hace cinco años. Aunque tampoco era difícil, pues en 2004 los convergentes sacaron sus peores resultados y vieron como el PP se situaba como segunda fuerza en el Principat. Ahora, pues, han recuperado el segundo puesto (posición habitual de la coalición cuando los comicios son supraautonómicos).

CiU ha querido presentar el ascenso como la confirmación de un papel que quiere central en el catalanismo. La estrategia para conseguirlo, y que ello le devuelva a la Generalitat, pasa por la llamada Casa Gran del Catalanisme, un espacio alrededor de Convergència donde Artur Mas ha querido cobijar a soberanistas de distinto tallo, para hacer frente a la reivindicación por parte de ERC de este papel. Precisamente, Ramon Tremosa, el candidato de CiU a las europeas, era uno de los valores de esta Casa Grande, y ha servido al partido para probar la respuesta del electorado ante un perfil más cercano al independentismo que el habitual de los candidatos que presenta.

El partido que más votos ha perdido ha sido el PSC: de los 907.121 del 2004 a los 701.775 de este año. Esto no le impide mantenerse como primera fuerza en Catalunya, pero es evidente que hace tambalear al tripartito catalán y precisamente no le allana el camino hacia las elecciones autonómicas de 2011. En la pérdida de apoyos para los partidos que conforman el Govern catalán tendría que ver el eternizado debate sin cerrar entre Madrid y Catalunya sobre el financiamiento autonómico. Y también la respuesta que no termina de llegar del Tribunal Constitucional español sobre los recursos al Estatut.

Precisamente, el mismo PSC achacaba después de las elecciones al Gobierno de Zapatero que la imposibilidad de cerrar una financiación satisfactoria para los catalanes le habría hecho perder los 200.000 votos hacia la abstención. Zapatero ha dado una nueva fecha para zanjar la cuestión, el 15 de julio, pero esta misma semana se reunían el consejero de Economía catalán, Antoni Castells (PSC), y el presidente de ERC, Joan Puigcercós, y coincidían en advertir al presidente español que si la propuesta que hace a la Generalitat no les satisface se van a plantar. En la historia reciente catalana no se contabilizan demasiados plantones, por no decir ninguno. Pero está claro que para el tripartito, pero especialmente para ERC, sería inaceptable una financiación por debajo de sus expectativas.

Los republicanos no van a querer dejar el Govern, pero tampoco pueden mantenerse en él un año y medio con un mal acuerdo con Madrid. Y es que además de ser difícil de justificar frente a su electorado, en las autonómicas van a tener unos duros rivales: Reagrupament.cat, el nuevo partido creado por el ex consejero republicano Joan Carretero, que reunía cerca de un millar de personas hace diez días en su presentación en Barcelona. Esta nueva formación se presenta como una propuesta «ni derechas ni izquierdas», sino únicamente independentista.

Aumento del PP en el País Valencià e Illes Balears. La otra noticia de la jornada electoral fue la solidez del Partido Popular en el País Valencià y las Illes Balears, inquebrantable a pesar de los casos de corrupción gravísimos que se han conocido los últimos meses. En València el buen resultado sirve al presidente Camps para fortalecerse frente al juicio Gürtel al que se enfrenta. Y en las islas anima al PP en la posibilidad de volver al gobierno del archipiélago después que hace dos años le echara el llamado Govern de Progrés.

Subida, pues, de los partidos de derechas en todos los territorios de los Països Catalans y profundización de la «desafección», termino emulado a finales de 2007 por José Montilla que retrata muy bien la sociedad que acudió (y la que no acudió) a las urnas el pasado domingo 7.

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