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Insurgencia islamista en Afganistán y Pakistán

Los talibán muestran de nuevo su capacidad para golpear Pakistán

Un nuevo atentado que se saldó con la muerte de 41 personas en el noroeste de Pakistán volvió a dejar en evidencia que los talibán pueden atacar en cualquier parte de este país a pesar de las ofensivas lanzadas por el Ejército de Islamabad y su aliado estadounidense. El Ministerio del Interior paquistaní anuncia que está preparando otra nueva ofensiva en las zonas tribales del noroeste del país y que tendrá lugar «inminentemente».

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GARA | ISLAMABAD

Un nuevo atentado que tenía como objetivo a militares mató al menos a 41 personas ayer en el noroeste de Pakistán, al día siguiente de un ataque y una toma de rehenes en el cuartel general del Ejército cerca de Isla- mabad reivindicados por los talibán vinculados a Al-Qaeda.

Cerca de 280 atentados, cometidos en su mayor parte por kamikazes talibán, han matado a más de 2.200 personas en todo el territorio paquistaní en poco más de dos años.

Este nuevo ataque se produce mientra el Ejército paquistaní continúa bombardeando los refugios de los talibán en las zonas tribales del noroeste, fronterizas con Afganistán, con el objetivo de preparar una vasta ofensiva que el ministro del Interior asegura que será «inminente».

Estos bombardeos mataron a 31 talibán el domingo y ayer, según el Ejército paquistaní.

Según informó un ministro provincial, 35 civiles y seis soldados murieron en el atentado de ayer, llevado a cabo por un peatón kamikaze que se dirigió a un convoy de camiones militares que atravesaba un mercado en la ciudad de Alpuri, cercana al valle de Swat, donde el Ejército lleva a cabo desde la primavera una vasta ofensiva contra los talibán.

El autor del atentado tenía trece o catorce años, según el Ejército.

Este atentado suicida, el tercero en una semana, se produce tres días después de la muerte de al menos 52 personas en un mercado de Peshawar, la gran capital de la provincia del noreste, tras la explosión de un coche bomba.

El 5 de octubre, cinco empleados de la ONU murieron cuando un kamikaze vestido con un uniforme militar hizo explotar su bomba en los locales ultraprotegidos de una agencia de Naciones Unidas en Islamabad.

El nuevo baño de sangre de ayer y el ataque extremadamente audaz del fin de semana contra el cuartel general del Ejército cerca de Islamabad demuestra, una vez más, que los talibán son capaces de golpear cuándo y dónde quieren a pesar de las ofensivas del Ejército y del disparo de misiles estadounidenses contra sus feudos.

Así, los combatientes islamistas se han atrevido a montar este fin de semana un intrépido asalto seguido de una toma de rehenes en la sede del Estado Mayor y de la Comandancia del Ejército, en Rawalpindi, cerca de Islamabad, en el corazón del dispositivo más protegido del país.

«Tenemos la capacidad de golpear donde queremos en Pakistán, podemos atacar los lugares más importantes», declaró ayer a France Press, al reivindicar el ataque contra el cuartel general del Ejército, Azam Tariq, el portavoz del Movimiento de los Talibán de Pakistán (TTP), que defiende a Al-Qaeda.

Este grupo es el principal responsable de la ola de atentados que tiñe de sangre el país desde el verano de 2007, cuando el TTP acusó a Islamabad de haberse aliado con Washington en su «guerra contra el terrorismo» desde finales de 2001.

El Ejército se prepara para lanzar una vasta ofensiva en el principal bastión del TTP, Wa- ziristán del Sur, uno de los distritos tribales fronterizos con Afganistán, donde, según Washington, la red Al-Qaeda y los talibán afganos han implantado su retaguardia para llevar a cabo sus ataques en Afganistán.

Fallecen veinte insurgentes y tres soldados en Afganistán

Veinte talibán y tres soldados afganos fallecieron este pasado fin de semana en una ofensiva de las fuerzas occidentales y afganos en el sureste de Afganistán, afirmaron ayer las autoridades afganas y la OTAN.

Catorce talibán murieron cuando un grupo de sesenta insurgentes atacó a la Policía de Fronteras en el distrito de Shorabak, en la provincia de Kandahar, hacia las 22.00 [19.30 en Euskal Herria] del domingo, según indicó el general Saifullah Hakim, comandante de la Policía en las fronteras del sur afgano. Los insurgentes habían llegado de Pakistán y retornaron a este país tras el ataque, añadió el militar.

En otro incidente, tres talibán murieron y dos fueron detenidos el mismo día en una operación conjunta entre fuerzas extranjeras y afganos en el distrito de Sangin, situado en la provincia de Helmand, declaró el general Shir Mohammad, comandante del Ejército afgano en el sur.

Asimismo, tres insurgentes murieron en una operación similar en la aldea de Omar Jil, en la provincia de Zabul, según un comunicado del Ministerio de Defensa hecho público ayer.¡GARA

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