Dentro de esta simplificación y banalización de la situación global de agresión a la naturaleza que reconocemos con diversos nombres, lo que en otros tiempos eran acciones de rebeldía se convocan ahora mismo desde todas las instituciones para convertir la denuncia en una suerte de mensajería de buena voluntad y de paso exonerar a los culpables antes de nada. Un día al año con una hora sin luz como panacea e impulso de toma de conciencia colectiva. La acción propagandística está bien coordinada y veremos en los noticiarios imágenes de cómo en algún lugar de Nueva York se apagan las luces de los edificios, o en Singapur las calles rebajan la intensidad de su iluminación que parece siempre de fiestas navideñas. Es una manera de desnaturalizar todos los movimientos de lucha, un intento de amortización de los actos de verdad necesarios.

Pero supongamos que sirve de algo esa hora sin luz, que es una manera de despertar el interés general sobre el asunto, ¿no sería mejor decir a los ciudadanos que lo bueno es pasar cada día del año, al menos una hora sin consumir electricidad? ¿Es posible eso? Yo asevero rotundamente que no. Podemos, por ejemplo pasarnos una hora menos sin ver la televisión. Aceptado. Y a según que horas, recomendable y profiláctico para la salud mental. Pero quién es el guapo que cierra su refrigerador una hora, o deja sin su cargador a su portátil si está bajo mínimos, o sube al piso doce por las escaleras. No, no es tan fácil prescindir de la electricidad.

Al menos en este modelo de crecimiento en el que estamos y en el que se aventura, porque resulta que el coche del futuro va a consumir electricidad porque dicen es menos contaminante ¿Quién puede mantener ahora mismo esta idea sin sonrojarse? La electricidad que consumimos hoy viene de centrales que contaminan de manera constante y que producen alarma y problemas sin resolver. No se puede entender que la electricidad hidráulica, la eólica y la solar puedan mover el parque de automóviles que se anuncia ni la industria que se intuye. Por lo tanto, ojo con las falsas publicidades que cualquier día de estos, sin luz, a oscuras nos meterán las nucleares como única solución.