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Tabakalera: Lakua se lo quiere pensar y Diputación renueva su apuesta

La crisis abierta por las declaraciones del alcalde de Donostia, Odón Elorza, en las que se descolgaba en el último momento -a dos semanas del inicio de las obras- del proyecto de Tabakalera no hace vislumbrar un buen futuro para el centro cultural. En vísperas de la reunión del consejo de administración, los otros dos socios se mostraban prudentes.

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A.E. | DONOSTIA

A la diputada de Cultura de Gipuzkoa, María Jesús Aranburu, la declaración de intenciones realizada por Odón Elorza el pasado sábado en las páginas «Diario Vasco», donde apostaba por paralizar las obras del Centro de Cultura Contemporánea de Donostia porque considera que no es el momento de meterse en una inversión de semejante calibre en plena crisis, también le pilló de sorpresa. No le sorprendió la «inquietud» mostrada por el alcalde, pero sí «el modo»: en un medio de comunicación y no en el consejo de administración de Tabakalera, en el que están representados tanto el Ayuntamiento de la capital guipuzcoana como el ente foral y el Gobierno de Gasteiz.

El consejo se volverá a reunir hoy de forma urgente -Elorza debe regresar de un viaje a Estrasburgo-, para volver a analizar algo que aprobó hace sólo cuatro meses, concretamente el 12 de enero de este mismo año. Ante la incertidumbre creada, de momento los responsables del futuro CICC han cambiado los planes y han desconvocado una visita programada para hoy con medios de comunicación, en la que se preveía explicar las claves de lo que sería el futuro centro de arte visual. El resto de actividades de «despedida» del edificio, incluida la fiesta fijada para el sábado 29 y el programa de visitas guiadas (entre los días 22 y 29), está sujeto a lo que ocurra estos días. La fecha del 1 de junio como inicio de las obras queda, por tanto, en el aire.

Víctima de la crisis

Visto que uno de los tres socios se ha «descolgado», la cuestión es conocer cuál será la actitud de las otras dos instituciones involucradas. La consejera de Cultura, Blanca Urgell, en declaraciones efectuadas en los pasillos del Parlamento, reconoció ayer que «es un momento delicado para todos nosotros», por lo que «es necesario reflexionar sobre el coste de las obras» y sobre la posibilidad de «atrasar o demorar en alguna medida los gastos que se avecinan».

Aunque realizó un llamamiento a la «lealtad institucional», la consejera no quiso precisar más su postura a este respecto, a la espera de la reunión de hoy, pese a que reconoció que en su departamento «ya había estado reflexionando sobre lo que supone Tabakalera tal y como está la situación», por lo que dispone de sus «propias conclusiones». Urgell confió en lograr un acuerdo entre las tres partes implicadas.

Tabakalera, pese a su planteamiento vanguardista e internacional, ha sido vista siempre como un proyecto «guipuzcoano». ¿Pero, cuál es la postura de la Diputación? Las partidas destinadas a cultura por el ente foral han sufrido recortes en los últimos presupuestos -que han afectado, por ejemplo, al Festival de Cine de Donostia y a Gaztemaniak, que estuvo a punto de desaparecer-, y ayer María Jesús Aranburu reconoció que desde la Diputación también han manifestado varias veces y en foros informales su «inquietud» acerca de cómo afectaría la crisis económica al desarrollo de Tabakalera.

Sin embargo, y según recalcó ayer María Jesús Aranburu, hasta el sábado pasado, víspera de la publicación de las declaraciones del alcalde, la intención de los socios institucionales era comenzar los derribos de los edificios anexos el 1 de junio -la contratación de las obras se ha realizado por lotes, licitadas por separado-. Ante este nuevo panorama, Aranburu quiso recalcar que el proyecto de Tabakalera «ha sido, es y seguirá siendo estratégico» para el ente foral, pero «se van a tener que amoldar a las circunstancias en las que estamos y a los recursos de los que disponen las instituciones».

En las palabras de la diputada hubo también una crítica clara hacia Elorza, ya que, apuntó, cuando se sacó a concurso el proyecto «sabíamos a lo que nos estábamos enfrentando. En momentos de crisis tenemos que ser responsables y ajustarnos a los tiempos en los que estamos viviendo. Pero el proyecto es una apuesta clara de la Diputación. No nos metemos a ciegas en los proyectos. Otra cosa son que las circunstancias que vivimos nos hagan adecuarnos».

Lo más curioso es que la renovación de Tabakalera está incluida en algo tan querido por Elorza como la candidatura Donostia 2016 a capital europea de la cultura, extremo que recordaron tanto el concejal del PP José Luis Arrue como la propia diputada de Cultura: «Para conseguir la capitalidad antes hay una inversión que hacer».

La concejala del PNV Mertxe Garmendia criticó que Elorza «ha creado una sensación de desazón, alarma injustificada e incertidumbre» sobre «uno de los proyectos estratégicos» en la ciudad. «Nadie es ajeno al momento de crisis económica que sufrimos, pero no cabe duda de que si, por parte del alcalde, hubiera primado una gestión más eficiente en los asuntos económicos, hoy el proyecto de Tabakalera no estaría siendo motivo de debate político», concluyó.

CUATRO MESES

Cuatro meses después de que el consejo de administración diera luz verde al inicio de las obras de renovación arquitectónica y a menos de quince días del cierre del edificio, ese mismo órgano debe decidir ahora si paraliza todo el proyecto. La fecha de reapertura estaba fijada para el 2013.

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