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Huelga general el 29 de junio

«La huelga general es necesaria y será masiva en Euskal Herria»

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Adolfo Muñoz, «Txiki», y Ainhoa Etxaide

Secretario general de ELA y secretaria general de LAB

Este martes, 29 de junio, la clase trabajadora vasca está llamada a la huelga general en Hego Euskal Herria en contra de la reforma laboral que el Gobierno español ha aprobado. Es la reforma más dura y agresiva de los últimos treinta años y con la misma todos los trabajadores podrán verse afectados, porque trata de cambiar empleo digno por trabajo precario y otorga a los empresarios la posibilidad de despedir con más facilidad y más barato, además de poder modificar los convenios.

Juanjo BASTERRA | BILBO

ELA y LAB pidieron a los grupos políticos que no avalaran la reforma laboral en el Congreso español, pero no les han hecho caso. ¿Qué lectura hacen?

AINHOA ETXAIDE. No nos pilló de sorpresa, está claro. El hecho de que estemos en la calle incrementando la capacidad de movilización es consecuencia y causa de la dejadez que hacen los partidos a las indicaciones de los trabajadores. Vemos con preocupación no sólo que no nos hayan atendido, sino que la mayoría del arco parlamentario ha planteado la insuficiencia de la reforma, no su equivocada dirección. Es lamentable.

TXIKI MUÑOZ. Sí y abstención son iguales en este caso. Es dejar vía libre para que la reforma vaya para adelante con el compromiso del Gobierno español de que en el trámite parlamentario empeore. Es una decisión contra los trabajadores. La foto del Congreso español no es ajena a la foto que se ve aquí en temas como las medidas fiscales. PNV, PP, UPN, PSOE, en sus dos vertientes, están de acuerdo cómo se tiene que administrar la crisis, es decir dando cobertura a la patronal y a los poderosos.

¿Cómo se para esto si empeora?

A. E. Apostando por la alternativa y siendo conscientes de que sí la hay. Cada vez tenemos que ser más los trabajadores, la sociedad y la mayoría sindical quienes demandemos y luchemos a favor de esa transformación social. Es lo que ya estamos consiguiendo con la acumulación de fuerzas y es lo que tenemos delante para avanzar.

T. M. Hay que darle mucho valor a lo que hemos sido capaces de hacer. La huelga general no es un punto final. Tiene una componente de socialización de alternativas para dar oxígeno a los espacios reivindicativos. Tuvimos mucho valor al convocar una huelga el 21 de mayo y esta del 29 de junio dará oxígeno a la lucha diaria. El reto es -espero que sea una reflexión compartida- soldar alianzas fuertes para dar una respuesta integral.

Las alternativas son las que se recogen en el decálogo, ¿cuáles destacarían entre todas ellas?

T. M. La alternativa fundamental es que no hemos abandonado el debate de la distribución de la riqueza. Los que saben de esto dicen que nunca ha habido tanta evasión de capitales como ahora en el Estado español. Los trabajadores no evadimos capitales. La otra pasa por la negociación colectiva. A la hora de resumir ese decálogo insisto en que es movilizar a la sociedad para una política de solidaridad, que no es la que se está haciendo y con la negociación colectiva, nos tenemos que preparar para una durísima pelea.

A. E. El decálogo se resume en cambiar las políticas que se hacen desde la capacidad de decidir en Hego Euskal Herria, garantizando la participación de los trabajadores en esas decisiones. Se trata de dar una respuesta efectiva y real a la situación que atravesamos; cambiar la tendencia de las politicas económicas y sociales e ir avanzando hacia otro modelo económico y social. La alternativa va a ir generando mayorías sociales y, a la vez, generará alianzas; la posibilidad te la dan los instrumentos que tienes. Una de las principales bases para esa alternativa la concretamos en el marco vasco de relaciones laborales. Capacidad existe en Euskal Herria para hacer otro tipo de políticas. Instrumentos tenemos: uno, es la negociación colectiva y otro, la capacidad de cambiarlo.

Por lo que conocen ya de las adhesiones a la huelga, ¿los trabajadores ven necesario salir a la calle y hacer paro?

A. E. Por los datos que tenemos, sí. Nos da para intuir desde ahora que va haber una respuesta masiva de rechazo a la reforma. Los trabajadores ven que no hay más alternativa que salir a la calle a responder y a luchar. La huelga general es un punto de inflexión, de acumulación de todas las luchas que se producen, como estamos viendo en Gipuzkoa con los conflictos en algunos convenios. En esta huelga hay una realidad y un factor determinante que ocurre con todas las crisis, es decir que pone a todos los trabajadores a la defensiva. La crisis tiene un componente de desactivación, de miedo, de amenaza y de chantaje. Provoca desmovilización. En ésta es justo lo contrario. Hay más movilización social y más lucha. Los trabajadores no asumen el discurso oficial de apretarnos todos el cinturón y que no es momento de reivindicaciones, sino todo lo contrario. Por lo tanto, es una base sólida para dar nuevos pasos. La huelga no sólo va a salir bien, sino que los trabajadores se sienten partícipes de impulsar la alternativa. Se sienten protagonistas de la única dinámica que es capaz de enfrentarse al poder económico y a las decisiones que se están tomando.

T. M. La gente visualiza una foto muy dura: quienes mandan, la élite económica, tienen al poder político entregado. Es una foto patética y vergonzante. La gran labor de nuestra militancia es explicar que el gran pagano de la crisis no tienen porqué ser los derechos laborales y sociales, que no tienen nada que ver con quienes han generado la crisis. Hay muchas razones para rebelarse, es verdad que el capital visualiza un «shock» y que se da una coyuntura propicia para aprovechar el miedo que genera el desempleo masivo, por eso tiene más valor lo que estamos haciendo: salir a la huelga.

Esta reforma laboral va más allá porque ningún trabajador está seguro, ni los temporales ni los fijos. ¿Qué les parece?

T. M. Afecta a todos, trasversalmente la reforma afecta a todo el mundo. El despido subjetivo se abarata y facilita; y se obtiene financiación pública para practicarlo. La patronal obtiene la posibilidad de sustituir a bajo costo el empleo digno por empleo precario. En el Estado español, siempre que ha habido un problema en el mercado laboral se ha acudido a la misma receta: más precariedad. Es lo que ha decidido el Parlamento: dar a la patronal lo que quiere.

A. E. Para generar empleo hay que invertir en empleo, pero la reforma hace lo contrario, permite a las empresas ser más rentables a costa de sustituir empleo fijo, porque se facilita el despido barato; impulsa la flexibilidad laboral; y otorga la capacidad unilateral a los empresarios para aplicar las condiciones laborales. Es una reforma laboral agresiva y dura para el conjunto del mercado laboral, que pone en riesgo los derechos de los trabajadores.

¿Creen que la respuesta preocupa a Madrid y a los gobiernos autonómicos?

A. E. La respuesta siempre preocupa. Independientemente de que haya respuesta y ésta vaya creciendo, no debilitándose en un contexto de crisis, y que no sólo sea de rechazo, sino de una respuesta que está generando alternativas, claro que preocupa. Esta respuesta está consolidando el sujeto político y social y puede ser, y debe ser, uno de los activos de cohesión social que necesita Euskal Herria. Sí que preocupa o, desde luego, debería preocupar. No sólo a Madrid, sino a las instituciones vascas, que están al servicio de Madrid, y a los partidos que luego se tienen que poner delante de la sociedad vasca a explicar sus programas electorales con cada vez menos margen de credibilidad porque actúan a espaldas de la sociedad y de los trabajadores.

T. M. Preocupa en la medida de que genera una movilización. Hay que darle valor a la huelga del 21 de mayo, que tuvo en contra a todos, incluidos UGT y CCOO. Pasado cierto tiempo, se da más decisión al atrevimiento de quienes tomamos aquella decisión del 21 de mayo. Entre otras cosas porque creemos que algunos quieren ir a por todo con esta nueva reforma laboral, ya que el poder político está rendido a los pies de los empresarios y los poderosos. Es tal el grado de unilateralidad y el control de la política, que van a aprovechar la coyuntura y van a ir a por más. El presidente de BBVA, Francisco González, dijo sin rubor, que había que profundizar en la reforma laboral, en la de pensiones y establecer el copago en la Sanidad, etc y, además, pidió más ayudas públicas a la banca. No pasó nada. Todos los que están en nómina del poder no critican esas posiciones tan inapropiadas en tiempos de crisis, a sabiendas de que mucha gente lo está pasando muy mal. Sin embargo, otros son capaces de criticar al movimiento sindical vasco bajo cuatro tópicos.

Por eso, tenemos derecho a criticar que durante los años de crecimiento, la acumulación de riqueza fue bestial, porque los planes de urbanismo no los ha aprobado el Espíritu Santo, sino que se han hecho con responsabilidad política, para que unos ganasen todo lo que quisiesen. En época de crecimiento ha habido una pérdida de derechos laborales, de aumento de la precariedad y de una distribución injusta para las rentas salariales. Algunos nos quieren imponer que no hablemos de esto.

«Hay una ruptura entre la sociedad y el poder político»

La validación de esta reforma laboral que va en contra de los trabajadores, ¿aumenta la brecha entre la sociedad y los políticos?

TXIKI MUÑOZ. Sí. Tienen un problema de explicación. En el tema de la reforma laboral se trabajan tres mentiras. La primera: que la reforma va a crear empleo. Ni un empleo más. Segunda que despedir en el Estado español es caro y difícil. Es el estado de la UE que más empleo ha destruido en los dos últimos años. La tercera mentira es que han generado eso del mercado dual, que perjudica a unos sobre otros, para que les sirva de argumento para que en esta reforma la precariedad alcance a todos, así ganan más ellos. Con una paradoja, el empresario, que administra la temporalidad en fraude no tiene sanción y se le premia. Porque efectivamente se está aborregando a la sociedad, para que no se percate de la gran magnitud de la agresión de esa reforma laboral. Para nosotros, lo más importante es la base militante y debemos situarla en los elementos ideológicos.

AINHOA ETXAIDE. Después de la crisis, creo que no va a quedar una brecha, sino una ruptura total entre la sociedad y el poder político, porque se ha aliado con poder económico en contra de la mayoría de la sociedad. Va a generar una crisis estructural de liderazgo, de credibilidad, de legitimidad no sólo de las instituciones, sino de los partidos con responsablidades institucionales. De ahí que necesitamos generar algo diferente desde la sociedad y la clase trabajadora, que debe ser motor de esa transformación social. Es hora de hablar de una ruptura y la necesidad de generar otra cosa. Hablar de democracia participativa es un absurdo, como hablar de los sistemas parlamentarios con la plasmación de la participación de la sociedad en las decisiones. Hay cosas que han quedado finiquitadas. La potencialidad de lo que estamos haciendo en Hego Euskal Herria responde a una crisis estructural, y por lo tanto es una alternativa real, para el futuro.

¿Las mesas de diálogo social de CCOO y UGT son un fraude a la vista del resultado que toma la reforma laboral o la división que han generado con esta huelga del 29 de junio?

T. M. No ha habido diálogo social en crecimiento. Ha habido acompañamiento a los políticas. Nos dicen que la reforma no debe afectar al diálogo social o que la solución es un cambio de ministros. Vaya referente que nos marcan cuando han dicho que la política y el gobierno en su conjunto obedecen a lo que manda el capital. Si en el Estado español no existe, en la CAV el diálogo social es bochornoso. No es compatible hacer una huelga y después sentarte como si no ha pasado nada.

A. E. El diálogo social es un fracaso, el crecimiento económico no ha servido para repartir la riqueza y ha generado más beneficio para unos pocos. Es un fraude en el sentido de que te sientas en esa mesa de diálogo social a sabiendas que es imposible que responda a los objetivos que estás trasladando, porque no tienen nada que ver con los intereses de los trabajadores. Está al servicio de unos intereses políticos determinados y una estrategia de neutralizar un modelo sindical, de uniformizar Euskal Herria. Aparenta una realidad sindical que no existe, no porque lo digamos los demás, sino porque los trabajadores son los que no les dan respaldo mayoritario en las empresas. J. B.

«Los trabajadores no deben resignarse, la lucha es el camino frente al poder»

¿Qué piden a los trabajadores?

TXIKI MUÑOZ. Estamos en una fase en la que no hay que resignarse. Hay que salir a la huelga. Ver las calles llenas da mucha fuerza, necesitamos esa fuerza. Que los derechos de ahora y del futuro van a ser los que nos trabajemos con sudor y lágrimas, como se los han trabajado en el pasado nuestros antecesores. Esta fase de resistencia supone que no va haber nada sin capacidad de movilización y de lucha. La esperanza está ahí, porque ellos van a por todas.

AINHOA ETXAIDE. Los trabajadores deben hacer huelga y participar en las movilizaciones. Todavía tenemos tiempo para impulsar el debate en las empresas a favor del paro. Nos han hecho creer que lo raro es hacer una huelga, pero no es el momento de sentirnos acomplejados. Lo lógico es lo que estamos haciendo. Que se nos quiten los miedos y los complejos para generar el debate, porque da impulso a la dinámica sindical. Porque entre todos tenemos que ganar la transformación social. Por eso, la huelga es necesaria. J.B.

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