«Gora San Fermin!», se entonaba ayer en una repleta Alameda. Un grito que venía precedido del lanzamiento del cohete anunciador de las fiestas a cargo, como desde hace 32 años, del chupinero Juanjo Bujanda, a quien un joven escalador local le había hecho llegar el artefacto pirotécnico tras ascender hasta el campanario de la iglesia. Una manera, como se viene haciendo estos años, de darle mayor espectacularidad a este acto iniciático de los festejos más conocidos de Pasaia. A partir de ese momento, a última hora de la tarde de ayer, brindis a favor de los presos y represaliados y celebración todo lo alto en el Gaztetxe, en su vigesimoquinto cumpleaños, como lo hicieran el viernes pasado en el pregón, disfrazados de avispas.

Más que el programa, uno de los factores que más suele preocupar a la comisión festiva es el tiempo, habitualmente inestable a pesar de ser julio. «Es más, a veces hemos pensando poner cosas como ``vaquillas y mal tiempo'', porque es que siempre llueve», confiesa Ander Poza, teniente de alcalde de Antxo y máximo responsable de la comisión de fiestas. Sin embargo, las previsiones anuncian una semana veraniega y con calor, sofocante sobre todo el jueves y viernes.

A partir de ahí, serán los propios vecinos y visitantes de quienes dependerá que las fiestas resulten del agrado de todos. «Éstas han sido históricamente unas fiestas más de carrozas, de chiringuito, de barracas, pero queremos apostar por unas fiestas también euskaldunes y populares, donde más que mirar se participe», defiende el edil.

Y, precisamente, uno de los actos con más ``solera'', el tradicional desfile de carrozas, y que el año pasado cumplió veinticinco años, se ha caído del programa. ¿Por qué?, se preguntan muchos. Ander Poza lo aclara: «Es un festejo que empezó fuerte, que gustó, pero con el paso de los años fue bajando, a la gente le costaba más preparar su carroza y participar, hasta que al final surgió una empresa que hacía cuatro o cinco carrozas y se le pagaba por ello», explica. Lo cierto es que la mayor parte del presupuesto se iba en ello, aunque el empresario «lo hacía casi como un favor a precio de coste, pero no le salía la cuenta». Hasta que este año decidió que no podía seguir haciéndolo en las mismas condiciones y al Ayuntamiento le resultaba imposible asumir un costo más elevado. «No ha habido una negativa de la comisión, sino que al final ha sido una decisión suya», insiste.

Para paliar el hueco dejado por ese desfile, la comisión ha programado para el próximo domingo actos como una competición de herri kirolak entre cuadrillas, una comida popular y un cartel de lujo con los cuatro primeros bertsolaris del último campeonato de Euskal Herria, más Igor Elortza. «Y gratis», incide. Pero eso será el fin de semana; antes, hoy, Antxo celebra su día grande. «Seguro que le quitamos bastante gente a Iruñea», ironiza.

Lo mejor del herri kirolak

De momento, las vaquillas de esta mañana se han atrasado una hora «por petición de los jóvenes», y a continuación de los «sanfermines en la tele». A mediodía, la comparsa Saltxeroak pondrá el ambiente por las calles, con su Saltxero Mayor, que este año recae en Pasaia Areto Lizeo, encarnado en su director, por la organización del próximo Kilometroak. Otro de los nombres propios de este año será no el cocinero, sino la Cocinera Mayor, y es que por primera vez una mujer, Bittori Lareki, encarna esta figura.

El deporte rural organizado por la sociedad Basabi volverá a traer a Antxo -a partir de las 20.00- a lo mejor del panorama actual: desafío entre los aizkolaris Larretxea-semea y Olasagasti-Muguerza; el aizkolari Fausto Mugerza realizará dos pruebas de corte desde los 5 metros; Aimar Irigoien con 3 piedras e Idoia Etxeberria (17 años) con la de 100 kilos. Y la fiesta sigue hasta el fin de semana.