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Lorentxo Garmendia y Joxemari Carrere En nombre de Mikelazulo kultur elkartea

«Elkarrekin... duintasuna»

Nos decía Eduardo Galeano que «en un océano de miseria se levantan islas de privilegios». Son dos objetivos contrapuestos, dos pensamientos enfrentados: buscarnos un acomodo inmoral entre los privilegiados, construir la dignidad de los excluidos

Desde hace quince años Mikelazulo kultur elkartea organiza anualmente la Semana de los Pueblos. Conocer al otro, estrechar lazos, mostrar solidaridad contra las injusticias han sido el hilo de múltiples iniciativas. En este camino nos hemos encontrado con que los «otros» están entre nosotros y hemos experimentado que también nosotros tenemos nuestros miedos, nuestras falsas comodidades e incoherencias. Observamos que el «mundo» en que vivimos trata de definir y dirigir nuestra mirada. Y estamos en una situación que podemos calificar, como nos dice Santiago Alba Rico, de «nihilismo de la percepción». Construir nuestra mirada crítica, aprender a mirar liberándonos de las exigencias de los poderosos es nuestra ambición. Este año queremos que el deseo «Elkarrekin... duintasuna» presida la Semana de los Pueblos.

Desde que la crisis estalló en 2007-2008 (crisis de la alimentación y hambre, crisis financiera-productiva y escalada del paro; crisis climática y desastres ecológicos -shunami, Katrina, BP, Hungría...-, considerados «naturales»...), dos tipos de actitudes se han ido fraguando en Europa: una respuesta de solidaridad y una reacción insolidaria y xenófoba.

Por un lado, la «Directiva de la vergüenza» de la Comisión Europea estableció la base de una orientación xenófoba, amurallando Europa hacia el exterior mediante patrulleras que controlan los mares, muros en tierra como el de Melilla, edificando verdaderos campos de concentración contra los emigrantes más pobres; se aprueban leyes de extranjería que sancionan la solidaridad con los sin papeles; hemos conocido decisiones de gobiernos como el de Berlusconi o el de Sarkozy expulsando a gitanos y rumanos; en este ambiente xenófobo alimentado por las instituciones, se han escudado agresiones racistas graves y manifiestas, y han crecido, también electoralmente, grupos manifiestamente racistas (Estado francés, Holanda, Austria, Catalunya...).

Pero al mismo tiempo la solidaridad se expresa en múltiples colectivos y actividades, cobran entidad las fuerzas de la solidaridad, se experimentan iniciativas de lucha. Colectivos organizados de emigrantes se sumaron a la huelga general del 29 de septiembre, una manifestación en Iruñea respondió a la grave agresión contra cuatro trabajadores negros senegaleses, se han realizado grandes manifestaciones contra la política racista de Sarkozy, en el sur de Italia y frente a agresiones de comandos «ciudadanos» mafioso-racistas se han producido levantamientos de emigrantes....

Nos decía Eduardo Galeano en su libro «Patas Arriba: la escuela del mundo al revés» que «en un océano de miseria se levantan islas de privilegios». Son dos objetivos contrapuestos, dos pensamientos enfrentados: buscarnos un acomodo inmoral entre los privilegiados, construir la dignidad de los excluidos.

Y tenemos tres retos importantes que requieren nuestro pensamiento crítico: las cuestiones del trabajo, de la seguridad y del desarrollo de la personalidad individual y colectiva. Y decimos: ¿Quién y por qué genera los dramáticos niveles de paro? ¿Quién decide, y por qué, planes de austeridad para todo el pueblo y elimina los derechos conquistados por los trabajadores? ¿Quién y cómo se genera la inseguridad y la precariedad de trabajo y vida? ¿Quién y porqué decide reforzar el control policial sobre todos los aspectos de la vida? ¿Cómo se produce y quién es el responsable de la agonía de miles de lenguas, del uniformismo cultural, de la potenciación de individuos consumistas, insolidarios, resignados? ¿Quién decide someter la cultura a los intereses del mercado?

Nuestro pueblo se halla en medio de este contexto, expuesto a todas estas influencias. ¿Podemos aspirar a construir juntos nuestra propia personalidad individual y colectiva? Nuestro pueblo tiene una larga experiencia. Comenzando con las primeras emigraciones de pueblos y comarcas cercanas, hacia 1850. En los años 1890-1920 se dio una segunda fase de inmigración. En los años 1950-1960, en pleno franquismo, se dio una tercera. Y al final del siglo y comienzo del actual estamos conociendo una nueva inmigración de Europa del Este, del Magreb, del África subsahariana, de América del Sur y Central... la inmigración de la globalización neoliberal.

También tenemos experiencias señaladas de construir «Elkarrekin... duintasuna». En los años de la II República, juntos se hizo frente al golpe militar-fascista del general Franco. En los años de la dictadura juntos se defendió la libertad y dignidad, con huelgas generales y manifestaciones, con impulsos de euskaldunización (ikastolas, escuelas públicas, euskaltegis...). En el hilo de estas experiencias, juntos podemos y debemos de nuevo construir nuestra dignidad, unas perspectivas de futuro dignas para todos.

Las quince Semanas de los Pueblos que ha organizado Mikelazulo durante estos años han seguido un mismo camino: trabajar una respuesta solidaria a los retos mencionados. Seguimos por el mismo camino y vemos necesidad de una profunda reflexión sobre estas cuestiones. Las reacciones xenófobas y racistas que hemos mencionado se alimentan de un sustrato de manipulación del miedo y negación del pensamiento. Consideramos necesario responder a eso. En nuestro pueblo, en escuelas, barrios, centros de salud, en todo tipo de sociedades y agrupaciones... invitamos a practicar y a construir entre todos nuestra dignidad y a exigir a la instituciones públicas un compromiso real con el desarrollo de respuestas solidarias. La construcción de «Elkarrekin... duintasuna» puede ser una nueva experiencia que enriquezca la historia de Errenteria-Orereta y convierta a nuestro pueblo en referencia de lo que se puede y se debe hacer.

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