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Raimundo Fitero

El gorila

Los humanos maltratamos a los animales de palabra y obra. Especialmente de palabra: txakurra suena mal. ¿Qué culpa tienen los perros? Gorila es como en unos tiempos y circunstancias históricas no muy lejanas se llama a los guardaespaldas y guardianes de puertas de discotecas. Es más, uno cuando dice gorila, no sabe exactamente lo que dice. Hay confusión. Por eso, el ver a ese gorila de un zoológico británico, erguido, de pie, con ritmo de caminante con zapatos apretados, colocado en medio de una explanada, majestuoso, quizás un poco macarrilla, nos vuelve a remover nuestra planta genética, nuestros ancestros, nuestra evolución plasmada de manera clara.

El gorila encerrado se hizo la semana pasado muy famoso. Globalmente. En YouTube es una estrella. Se nos explicaba con la voz que acompaña y refuerza las imágenes que se ponía en pie para mirar por encima de una valla que cercaba su hábitat. Pero nadie nos contó qué había al otro lado de esa cerca. ¿Qué miraba el gorila? ¿Una chica, un hermoso ejemplar de chimpancé musculoso, un bosque, un lago? Podría ser, que al otro lado hubiera un campo de golf y se pusiera a ver ese deporte tan excitante que probablemente jugaban sus parientes ricos en la selva africana. O que simplemente hubiera una carretera secundaria por el que pasaban cacharros metalizados de diversos colores. Lo cierto es que esa actitud nos interesó, porque cerró (¿o abrió?) el debate de los creacionistas.

Y como esto sucedía en un ámbito televisivo, en esas secciones de los noticiarios que junto a los crímenes pasionales, robos con violencia, asaltos y demás material para soliviantar a la sociedad se van ampliando cada vez más, uno pensó que los paparazzi descienden directamente de ese gorila guapo, chulapo, mirón por encima de la valla. Incluso gran parte del periodismo que se hace en televisión son de la misma escuela. Miran por encima de las vallas de los chalés de los famosos. O por debajo del felpudo. O solamente huelen las entrepiernas. Es decir, que si ese gorila televisivo sigue así, su evolución le puede llevar hasta para jugar al fútbol. Yo juraría que está buscando la manera de escapar del zoo que lo aprisiona.

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