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Necesidad de cambiar esquemas y enfoques

Las reacciones al último comunicado de ETA han sido de manual, sin sorpresas, de piñón fijo. Unas desenfrenadas, teatralizadas y llevadas a la exageración, otras más equilibradas y desapasionadas, pero analizadas en su conjunto pueden llegar a provocar un sentimiento de frustración ante una clase política que se repite en esquemas ya superados por la realidad. El comunicado de un agente político insoslayable como ETA aportó pocas novedades, pero incidió en una certeza de gran valor político: la organización armada vasca tiene «pleno convencimiento» de que, esta vez sí, Euskal Herria alcanzará la paz y la libertad.

Las respuestas a ETA han ido desde lo indefendible -«nos da igual una ETA que mata que una ETA que no mata», afirmó el Lehendakari López- hasta la retahíla de descalificaciones más burdas -«despreciable, insultante, pretenciosa» en palabras de Urkullu-. Son posicionamientos que se descalifican por sí sólos. Pero tanto unos como otros han hecho argumento de una gran mentira. A saber: que ETA, «desde la sombra», vaya a ser el garante y valedor del proceso de paz y normalización política que este país tanto desea y merece. No por cien veces repetida se convertirá en verdad esa falsedad. El primer destinatario de la iniciativa política y el último garante del proceso es la ciudadanía del país. Y la base para construir un futuro de soluciones definitivas, una paz justa, es la voluntad libremente expresada de esa ciudadanía, el único límite.

Para ello resultará necesario que todos abandonen el esquema de «ellos» frente a «los demás», que se alejen de un enfoque sobre la paz en términos de «victoria y derrota». La unilateralidad está siendo decisiva y lo seguirá siendo. Pero en la medida en la que todos asuman sus responsabilidades y, dentro de sus posibilidades, fomenten los compromisos multilaterales y practiquen con el ejemplo al actuar de manera transparente e inclusiva, todo cambiará. La manera de no defraudar la esperanza de un cambio radicalmente democrático para este país es hacerlo entre todos. Si todos lo hacen, todo cambiará a mejor.

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