Los Transilvania Group llegaron desde Rumanía, «muchos conocidos nos recomendaron tocar aquí» dice Daniel refiriendose a Iruñea. «Tocamos por toda Europa durante el año y en julio solemos descansar. Pero Milan, el otro día dijo que porque no ir a los sanfermines, y antes de ayer mismo nos pusimos en ruta» continua diciendo refiriendose por Milan a otro de los compañeros. Esto lo dijeron el mismo día del chupinazo, en la calle Mayor. Es su primer año en Iruñea y esperan repetir aunque segun Daniel «el ambiente es bonito pero no el más adecuado para darse a conocer, a veces la gente se pone muy pesada y se pone a molestar».

«Lo bueno es que en menos de 10 horas hemos sacado mucho dinero». No quiso especificar cuanto pero dijo que sacando la misma cantidad durante los dos proximos días el viaje sería rentable. Son cinco miembros y todos son de la familia.

Los municipales

«Segun el día que tengan, si no han jodido la manta a mucha gente, vienen y nos joden a los músicos», se queja otro percusionista, venido desde Senegal y que toca por libre. «Vienen dicendo que necesitamos un permiso pero ninguno sabemos que es» continuó. Termina diciendo que «aunque sea no me han confiscado nada y puedo seguir tocando».

Y esque al igual que los vendedores ambulantes los llamados músicos de la calle también tienen que enfrentarse a esas circulares que solo se tienen en cuenta en sanfermines en contra de los que menos alegatos tienen y cuando alguno no tiene su mejor día. «O ¿es que durante estos nueve días los bares respetan los aforos y decibelios?» se queja un batukero añadiendo que «a nosotros nos vienen diciendo que metemos mucho ruido y que no respetamos a la gente que quiere descansar, mientras en determinados bares pasas junto a ellos y no se oirían ni entre dos siameses».

A ritmo de percusión

La música que se puede escuchar estos días por Iruñea va de lo clásico a lo moderno y proviene de cualquier parte del mundo. Jazz, jotas, euskal musika... De todo tocan estos músicos de la calle. Preguntando a la gente por qué es lo que más les gusta de todo lo que han oido las respuestas han sido de todo tipo. Angel, iruindarra de 31 años nos dice que «lo que más me ha sorprendido este año ha sido una batukada en la que sus integrantes hacían música con instrumentos improvisados, por ejemplo el tambor era un cubo de plástico dado la vuelta».

De lo más visto y oido estos sanfermines han sido los grupos de percusión y las batukadas. Como esa batukada que comenzó el 12 sobre las 9.30 horas y a las dos del mediodía todavía seguía sonando en el mismo lugar que empezó, en la Plaza del Castillo.

Pero no todo lo que suena en fiestas gusta a la gente. María, de 63 años y vecina de Antsoain, nos dice que «esto no hay quien lo aguante, yo me he acercado pensando que eran de estos chicos que tocan bien y me encuentro esto» cuando se le pregunta por el grupo que había delante. Se trataba de un grupo de jovenes que llevaban unos tambores de juguete, una guitarra y una flauta de esas de la ikastola y que tocar tocaban, pero nadie sabía lo que. Aun y todo había algun animadillo que se atrevía a bailar aquello. En ese mismo sitio estaba Itziar que, contradiciendo a María, dijo que «esto se soporta comparando con el hombre que canta españoladas sentado con una castañuela en Pozoblanco». Y esque a esta iruindarra de 19 años los días le empiezan a pesar y aunque las resacas son duras «estos días se aguanta de todo menos a ese que hace playback con castañuelas».

A Itziar la debió oir «el hombre que canta españoladas en Pozoblanco» porque ayer ya no se le escucho por la zona y por lo visto se ha devido llevar a otros músicos.

Porque la fiesta se acaba y los grupos itinerantes, junto a otros personajes de urbanos se van. Lo hacen dejando otra vez la música en manos de los que tiene permiso para tocar en las calles de Iruñea durante el resto del año.