ELA considera que las «declaraciones y acusaciones» efectuadas por LAB en Sunsundegui «son totalmente infundadas y constituyen una grave ofensa contra el sindicato y su militancia en esta empresa» y entiende que «se equivoca» y le pide que «rectifique».

Destaca que «nos hemos encontrado con UGT, que firma cualquier documento que presenta la dirección, incluso sin leerlo, y con LAB desaparecido a la hora de plantear alguna propuesta creíble». Según el comunicado de ELA, «enfrentarse a la dirección, al Gobierno foral y a un sindicato como UGT es una tarea ardua. Nos han acusado, por el mero hecho de defender los derechos de los trabajadores, `de querer cerrar Sunsundegui' en repetidas ocasiones». Añade que «lo más duro que nos ha tocado sufrir es que LAB nos haga cómplices de `perseguir a la disidencia que ha defendido una salida de futuro de la empresa'».

Garantías

La central que lidera Adolfo Muñoz expresa que «la critica sindical tiene unas líneas rojas que no deben ser traspasadas y esta vez LAB las ha traspasado con una acusación tan grave» y señala que ELA ha tenido que «gestionar el mandato de la asamblea, intentando que el acuerdo definitivo ofreciese las mayores garantías posibles para quienes tienen que salir de la empresa. Hemos tenido que gestionar un preacuerdo que, aunque aprobado por la asamblea, contó con nuestra oposición, y lo hemos mejorado sustancialmente».

Insiste en que «las únicas garantías que tienen los despedidos -entre los cuales también hay afiliados de ELA- han sido las que hemos incluido desde nuestro sindicato». Le parecen incomprensibles las críticas de LAB cuando «incluso dos delegados han decidido aceptar las salidas voluntarias con 8.000 euros y la garantía de vuelta a la empresa en un año, como fija el acuerdo».