Iñaki IRIONDO I

Situado en esos términos, el debate sobre la sentencia de Sortu se había vuelto incómodo para el Gobierno español, puesto que dirigentes del PP habían pasado de no compartir el fallo a atacar la esencia misma del tribunal. Así que la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, aprovechó la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros para intentar colocar el balón en otro punto del terreno de juego más proclive a sus intereses. Y nada mejor para eso que meterse con el PSOE. La vicepresidenta echó mano de las palabras de Alfredo Pérez Rubalcaba diciendo que la sentencia del TC sobre Sortu favorece la desaparición de ETA, para recordarle que él fue el ministro del Interior que recurrió la inscripción en el Registro de Partidos, desnudando así su cambio de posición.

Y como el PSOE no podía permanecer en silencio ante un ataque a su líder, la Ejecutiva Federal respondió al Gobierno que «lo que ha cambiado desde hace un año es que ETA ha declarado el fin de la violencia».

De esta forma, para la tarde, el debate estaba ya centrado en términos asimilables para el Gobierno.