Un grupo de 36 representantes de la Cumbre de los Pueblos se reunió ayer con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien transmitió su «profunda frustración» con los resultados de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, que finalizó ayer.

«Me gustaría iniciar nuestra charla expresando nuestro profundo desencanto, nuestra profunda frustración en relación al documento oficial presentado», afirmó al secretario general la activista brasileña Lara Pietrovsky, integrante de la organización de la Cumbre de los Pueblos, al iniciar la reunión.

Los delegados de los movimientos sociales entregaron a Ban Ki-moon las conclusiones de los diez días de debates y plenarias que han congregado a miles de personas y decenas de movimientos sociales de todo el mundo en la ciudad brasileña.

En el marco de la Cumbre de los Pueblos se han desarrollado varias manifestaciones de diferente signo, tanto para reivindicar los derechos de algunos colectivos o pueblos originarios como para criticar la llamada «economía verde», eje central de las discusiones en la cumbre Río+20. Una cita, ésta última, que finalizó con un texto débil que señala una serie de compromisos para promover una «economía verde» que proteja los recursos naturales del planeta y erradique la pobreza pero no recoge objetivos exigentes ni de financiación, por lo que ha recibido duras críticas.

Una de esas movilizaciones reunió el jueves a varios centenares de indígenas procedentes de distintos países exigieron a sus respectivos gobiernos que les devuelvan «sus tierras» y presentaron sus exigencias sobre la conservación de la naturaleza a representantes de Naciones Unidas.

Cambio climático y refugiados

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Antonio Guterres, afirmó el jueves en Río de Janeiro que el cambio climático aumenta la vulnerabilidad de las personas que son obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugio en otras regiones.

Guterres citó ante los casi cien jefes de Estado y de Gobierno que participan en la Cumbre de Río+20 los datos de un estudio del Acnur sobre la situación de decenas de refugiados africanos que fueron obligados a desplazarse por razones ambientales.

«El estudio confirma lo que hemos escuchado de los refugiados hace años. Pese a que hacen de todo para permanecer en casa, ellos no tienen otra opción sino desplazarse cuando las cosechas se pierden y el ganado muere», afirmó el ex primer ministro de Portugal.

Según dijo, «ese desplazamiento muchas veces los lleva a situaciones aún más peligrosas».

Acnur se propone lanzar en octubre en asociación con Noruega y Siza una iniciativa que permita atender a las personas que buscan refugio en otros países por los cambios climáticos.