Floren Aoiz
Saboteadores
Que la política de exterminio en las cárceles mata no es nuevo, como tampoco lo es que el PNV intente sabotear cualquier iniciativa que no le asegure determinados beneficios partidistas, comenzando por su continuidad en las poltronas. Tampoco puede sorprendernos que las diferentes policías españolas, tanto las cañís como las autonómicas, golpeen sañudamente a personas indefensas. En una situación de conflicto como la que vivimos quien se hace policía sabe muy bien cómo se va a ganar el sueldo. Como lo saben aquellos que asumen la responsabilidad política de dirigir la represión, sean mediocres buscando el minuto de gloria, como Balza, o títeres como Ripa, de quien hasta los guardias civiles hacen sorna. Y muy consciente de ello es Grande-Marlaska, decidido a dinamitar las expectativas de una solución razonable al contencioso.
Todo esto no es nuevo, ciertamente, pero resulta llamativo ahora, cuando se vislumbra la posibilidad de un nuevo escenario político.
Las inercias del conflicto se resisten a desaparecer. Hay partidos, sectores y personas que han vivido muy bien gracias al conflicto. Han hecho negocios, han podido dar rienda suelta a su afán de protagonismo, y temen perder sus privilegios. Por eso están nerviosos, e intentan mover sus piezas. Exigen a ETA el fin de la violencia, pero se niegan a renunciar al uso de la violencia con fines políticos. Llaman atentado terrorista a una explosión que no causa daños personales, pero lanzan a sus servidores armados a romper huesos y dicen que las fuerzas policiales se han visto obligadas a intervenir. ¿Qué pasaría si alguien escribiera que ETA se ha visto obligada a intervenir?
Su hipocresía es vomitiva, pero no es nueva. Vivimos uno de esos periodos agitados que nos recuerdan dolorosamente la ilegitimidad de la violencia que se ejerce contra Euskal Herria, pero también hemos podido comprobar de nuevo que el nuestro no es un pueblo pasivo. La izquierda abertzale ha sido capaz de hacer frente con éxito al franquismo y a la reforma que el franquismo quiso atar. Y ahora está evidenciando su disposición para un nuevo escenario, así como su capacidad para desactivar y superar los diferentes sabotajes que unos y otros están perpetrando. Los saboteadores han fracasado, pero lo volverán a intentar, seguro. -
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