Alto el fuego de ETA: resumen del día después
La reticencia a una única mesa multipartita se perfila como primer obstáculo a resolver
·Probable «impasse» | EL GOBIERNO ESPAÑOL REITERA QUE SE TOMARA UN TIEMPO ANTES DE ABRIR EL CARRIL DEL DIALOGO CON ETA, AUNQUE SIEMPRE PODRIA ADOPTAR DECISIONES EN MATERIA JUDICIAL Y PENITENCIARIA
El «punto cero» al que aludían muchos portavoces políticos antes de dar cualquier paso ya está puesto. Con el escenario abierto, todos coinciden en anticipar un proceso largo, duro y difícil. Por ejemplo, de cara a la decisiva apertura de un diálogo entre partidos políticos hay formaciones que se resisten a conformar una única mesa central. El Gobierno del PSOE, además, anticipa que se tomará un tiempo antes de activar la resolución del Congreso para el diálogo con ETA. Pero el impulso de la sociedad vasca, decantada ya contra la ilegalización o la dispersión, podría acelerar el proceso.
IRUÑEA
El día después del alto el fuego de ETA permitió constatar tanto el amplísimo alcance de las expectativas de resolución, incluso a nivel mundial, como las primeras dificultades en el camino. La conformación de una mesa de partidos para buscar un nuevo acuerdo que pueda ser refrendado por la sociedad vasca es la clave del éxito de todo este proceso de resolución, pero pese al intenso diálogo preparatorio multilateral de los últimos meses todavía hay varios aspectos por desentrañar.Uno de los conflictos nucleares es la posición contraria de más de un partido ante la necesidad de conformar una única mesa central de diálogo. PSOE e IU reclaman dos, y podrían contar también incluso con la ayuda de algunas formaciones abertzales. La hipótesis de una mesa en la CAV y otra en Nafarroa no sólo supondría un intento de disociar un único conflicto político, a lo que se opone la izquierda abertzale, sino que acarrea serias dudas de viabilidad. La formación mayoritaria en Nafarroa, UPN, tiene claro que no piensa estar en esa mesa. Y hay un precedente significativo:la ponencia sobre autogobierno creada en el Parlamento del herrialde sin la izquierda abertzale se acaba de cerrar en falso al no advertirse opción algu- na de llegar a acuerdos.
Los recelos de PSOE y PNV
En la definición de esta mesa de diálogo aparecen también otros problemas derivados de las posiciones de PSOE y PNV. Patxi López, secretario general del PSE, asegura que el derecho de decisión de los vascos no puede ser la premisa para la conformación de esa mesa, sino en todo caso su resultado. Pero a nadie se le escapa que ésa es una reivindicación que ha obtenido la adhesión mayoritaria de la sociedad vasca y también de los partidos que participarán en ese diálogo multipartito. Eso lo entendió incluso el líder del PSC, Pasqual Maragall, cuando se reunió con López hace un par de meses.Por lo que respecta al PNV, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, encabeza la maniobra para tratar de liderar la mesa. La comparecencia del jueves, en la que anunció nuevas reuniones con partidos «con el objetivo de concretar el calendario, los principios, la metodología y los contenidos del diálogo» ha causado cierto estupor. Sobre todo en el PSE, cuyo secretario general, Patxi López, reiteró ayer que «ésa será una mesa de partidos, y para definirla hablaremos por tanto con los partidos». El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, en la práctica portavoz oficial de José Luis Rodríguez Zapatero, instó al PNV a «delimitar cuál es su ámbito de partici- pación o de colaboración». En este contexto, el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, abogó además hace unos días por distanciar temporalmente un alto el fuego de ETA respecto a la conformación de la mesa multipartita. Y el portavoz del partido, Iñigo Urkullu, aseguró ayer que no será realidad hasta después del verano.
Carril Gobierno-ETA
La ralentización de los tiempos puede ser también una constante en el otro carril, el de la negociación Gobierno español-ETA cuyo camino queda abso- lutamente despejado tras este alto el fuego permanente. Zapatero ya venía anunciando desde hace semanas que «me tomaré mi tiempo», y esta idea fue recalcada ayer por distintos portavoces del Ejecutivo español y del PSOE.En esa mesa, como propuso Batasuna en Anoeta y aceptó ETA, se abordarían cuestiones relacionadas con la desmilitarización, entre ellas la de los presos políticos vascos y su crítica situación. El comunicado del alto el fuego no alude a la misma, pero el respeto a sus derechos (entre ellos el de la participación política)aparece como una premisa democrática para cuyo cumplimiento no tienen ya excusas los gobiernos español y francés. A la espera de que se pueda iniciar ese diálogo oficial entre las dos partes, Madrid y París estarían siempre en disposición de cambiar la política carcelaria, lo que contribuiría a consolidar la confianza y a no pudrir el proceso. Mientras no se active el canal de negociación entre el gobierno y la organización armada, se presume como fundamental la presión que pueda ejercer la sociedad vasca y sus instituciones y partidos sobre Zapatero. Mirando al precedente del año 1998, el entonces presidente del Gobierno español, José María Aznar, tardó dos meses en autorizar los contactos oficiales con ETA y necesitó casi un año para anunciar el traslado de 105 presos, de los que sólo 27 iban a estar en cárceles vascas. El Colectivo de Presos le acusó entonces de usarlos «como si fueran muñecos». Zapatero deberá dar respueste en este camino también a la ilegalización y a los macroprocesos judiciales como el 18/98 o el que acaba de llevar a prisión a Juan Mari Olano y Juan Joxe Petrikorena y amenaza a Arnaldo Otegi. En la sociedad vasca, serán entendidos como termómetros de su disposición. La moción del Congreso no
contemplaba parones
Zapatero ha reiterado que no dará pasos a corto plazo, sino que esperará antes de acudir a pedir el aval del Congreso. La resolución de mayo de 2005 no aludía a este respecto. Esta es la redacción textual: «Si se producen las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad para poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción, apoyamos procesos de diálogo (...), respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse a través de los representantes legítimos». -
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