Día mundial de la meteorología
Euskalmet detectará desde este verano la caída de rayos
La Agencia Vasca de Meteorología y Climatología Euskalmet espera contar para antes de este verano con su anunciado sistema de detección de rayos, que permitirá no sólo seguir de cerca estos fenómenos sino controlar aquellas tormentas cargadas de energía eléctrica. Euskal Herria, junto a Catalunya, es la zona con más descargas de estas características de todo el Estado español.
GASTEIZ
«En la madrugada de ayer cayó un rayo en la torre de Zarauz, desprendiéndose la campana, que cayó encima del marqués de Narros, matando cuatro vascas», rezaba una información del diario ‘‘La Libertad’’ de 5 de febrero de 1889. Las campanas de la parroquia de Andoain también saben lo que es eso, como atestiguan imágenes guardadas en la Fototeka de la Kutxa. La estadística disponible hasta la fecha sobre impacto de rayos en suelo de la CAV apunta que la comarca del Gran Bilbao es el punto más «caliente» de todos, con el impacto de más de tres descargas eléctricas por kilómetro cuadrado y año.Dentro de la Península ibérica, el territorio vasco alcance uno de los índices con mayor número de caídas de rayos. En Nafarroa, por ejemplo, las áreas de Tutera y Tafalla son las más proclives en ese territorio a atraer esta furia eléctrica que descargan las tormentas, con unos dos rayos por kilómetro cuadrado y año. La Agencia Vasca de Meteorología y Climatología Euskalmet quiere actualizar ese mapa y éste será uno de los cometidos del próximo sistema detector de rayos con el que espera disponer para antes de este próximo verano, cuando se produzcan las habituales tormentas estivales. Así lo confirmó ayer el director de este ente, Adolfo Morais, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Meteorología.
Con un año de retraso
Esta novedosa y moderna infraestructura estaba prevista para el verano pasado, pero al igual que se retrasó hasta otoño pasado la puesta en marcha del radar meteorológico del monte Kapildui (Araba), también este nuevo complemento ha visto demorada su entrada en funcionamiento.El sistema de detección consistirá en cuatro antenas, distribuidas por la CAV, que medirán cualquier variación electromagnética que se produce en su entorno, por lo que se han buscado los emplazamientos más adecuados para evitar también falsas detecciones. Así, los enclaves previstos se sitúan dos en Araba, en Rotegi (Montaña alavesa) y en Gaubea (Cuadrilla de Añana); uno en Bizkaia, en concreto en Karrantza; y un cuarto en Gipuzkoa, en Bianditz, cerca de Oiartzun. Adolfo Morais explicó que además de detectar la caída de rayos, este sistema servirá para el seguimiento de tormentas. La detección de rayos nube a nube (diferentes a los más conocidos de nube-tierra), permite saber que esa tormenta lleva una carga eléctrica y posibilita prestarle atención para conocer cómo evoluciona teniendo en cuenta otros aspectos como la humedad o la temperatura. La precipitación a suelo de los rayos posibilitará, en palabras del director de Euskalmet, un arma para combatir posibles incendios. Detectando las descargas, será posible dar aviso a servicios como SOS Deiak para que conozcan el riesgo de una determinada tormenta. Aunque este fenómeno meteorológico pueda antojarse de bajo riesgo para las personas, los accidentes también se producen. Un estudio llevado a cabo en Nafarroa por la profesora de la UPNA Mónica Aguado Alonso en el año 2000, reveló que desde mediados de siglo hasta entonces se habían contabilizado en suelo navarro 598 accidentes, de los que 43 tenían que ver con personas, algunas de las cuales fallecieron. Ha- bían resultado muertos 369 animales y 42 heridos, y los rayos fueron causantes de al menos 21 incendios. Datos y advertencias: la mayor parte de personas alcanzadas por una descarga de estas características se había cobijado bajo un árbol o dentro de una cabaña. Como norma estadística, un 30% de los rayos caídos sobre un individuo son mortales y un 75% deja secuelas. Por fortuna, a nivel del Estado español sólo se producen del orden de 0,6 fulminados por cada millón de personas.
El Congo, «zona caliente»
Tres rayos por kilómetro cuadrado y año es el registro que se da en el área del Gran Bilbao, una cifra muy lejana a la que se dan en otras partes del globo terráqueo. Un estudio realizado gracias a un satélite entre los años 1995 y 2000 reveló que el área próxima a la ciudad de Kamembe, en Ruanda, lideraba la más alta densidad de rayos por kilómetro cuadrado y año, con nada menos que 82,7. Le seguían tres zonas de otro país africano, la R.D. del Congo. A nivel europeo, esa «eléctrica» clasificación la lideraba la ciudad albana de Tirana, por delante de las italianas de Piacenza, Nápoles y Sicilia, todas con unos 9 rayos. Barcelona estaba entre las diez primeras con 8,1 descargas. Cada día se desencadenan por todo el planeta unas 44.000 tormentas, que dejan a su paso una cantidad calcula por los expertos de 100 rayos por segundo. La cuenca del río Congo es la zona donde más impactos se producen de todo el mundo. Hablamos de tormentas con hasta 100.000 voltios/metros de carga eléctrica en su interior, que descargan rayos cuya temperatura puede llegar a alcanzar los 30.000 grados. Instalado en Punta Galea un radar de viento,
único en toda la península
Al potente radar detector de tormentas en la cima del monte alavés de Kapildui y al próximo sistema de detección de rayos, Euskalmet acaba de sumar recientemente otro radar, llamado perfilador, que recoge sobre todo los datos de velocidad del viento hasta una altura de dos mil metros. Es el único de este tipo en toda la Península Ibérica, de ahí que organismos de prestigio como el Met Office británico esté interesada en contar con sus registros. Esta herramienta ha sido instalada en el punto de la costa vasca donde sopla más intensamente el viento, en Punta Galea, en el término vizcaino de Getxo.-
|