Maite Soroa
Ya no saben qué decir
En las ediciones vascas del Grupo Vocento, (“El Correo Español” y “El Diario Vasco”), escribían ayer Fernando Savater y Tonia Etxarri ambos con larga trayectoria guiada por el repudio al abertzalismo. Tonia Etxarri, en posiciones alejadas ya del PSOE, hablaba de “Otegi, ese hombre” en plan frivolón y no podía disimular la envidia: «Quién le iba a decir al propio representante de la ilegalizada Batasuna, que trabajó lo suyo durante la tregua del 98 para parecerse como una gota de agua al irlandés Gerry Adams sin conseguirlo, que ahora, en cuestión de una semana, vuelve a ser ‘el hombre de moda’, y aunque esté de momento en la cárcel, se le está subiendo a los altares. (...) habrá que pensar que el juez Grande-Marlaska ha estado extremadamente presionado a la hora de decidir el futuro penal del representante de la ilegalizada Batasuna». Hay gente que se está quedando fuera del juego a velocidad mayor de la que esperaban. Por eso dicen cosas así: «Zapatero acaba de alabar el ‘discurso de paz’ del portavoz de Batasuna. En estos momentos de recolocación, suele ser aconsejable no perder la memoria. Y no olvidar por qué ETA ha llegado hasta aquí. Que una cosa son los tiempos de cambio y otra muy distinta la ‘idiotización’ colectiva. Podría ocurrir». Pues sí, hay ejemplos clarísimos. Y en el mismo medio, Fernando Savater, otro previsible,
revelaba que «al actual sistema democrático en el País Vasco no le falta nada.
Tiene instituciones parlamentarias, fiscales, jurídicas, educativas... (...).
Para normalizarse no le falta nada, pero le sobra evidentemente algo muy
importante: la amenaza terrorista, que pretende imponer por la fuerza lo que no
logra sostener con el razonamiento, que impide la libre expresión de las ideas
que no le agradan y obstaculiza la igualdad de oportunidades en la defensa de
proyectos políticos. Una vez extirpada la violencia criminal etarra, cuando
regresen quienes se fueron por su causa y se expresen los que callaron por
temor, cuando sea en el espacio público tan perfectamente normal manifestarse no
nacionalista o antinacionalista como lo es ya hoy en el espacio privado,
tendremos un futuro de normalidad y convivencia en democracia. Entre tanto,
pedir alguna compensación por el desmantelamiento de ETA es tan absurdo como si
alguien al que se extirpase un tumor maligno solicitara al cirujano una
gratificación para indemnizarle por semejante pérdida». Terminarán riéndose de
ellos. - msoroa@gara.net
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