Raimundo FITERO
Paquito
No os escondáis bribones: fueron las peñas sanfermineras quienes pusieron de moda como elemento de juerga con coreografía el conocido pasodoble “Paquito el Chocolatero”. Bueno, sus miembros, se dedicaron a corearlo, ponerle una coreografía báquica, y ha sido durante mucho tiempo el último número coral de las corridas de toros en honor del santo. Fue mucho más tarde cuando un personaje de la música de consumo lo intentó convertir en un bombazo económico. Mucho antes, cuando el post modernismo de- caía, allí en Iruñea, rebozado en kalimotxo, patxaran y magras con pimientos, el chocolatero se convirtió en un asunto que trascendía a toda su simbología previa como pasodoble de reminiscencias festivas levantinas. La Chica Yeyé y Paquito se hicieron muy amigos en los tendidos y andanadas de sol de la plaza gestionada por la Casa de Misericordia. Ahora unos creativos han logrado un auténtico bombazo con un anuncio publicitario de una conocida marca de cervezas. Estamos en la temporada de presión anunciante de coches y cervezas, dos de los mejores clientes de las cadenas, y que compiten, cada uno en su género, con lenguajes muy diferentes, en proporcionarnos anuncios que acaban convirtiéndose en asuntos populares, por sus formas, sus contenidos, sus mensajes o por las canciones. Al que me refiero es de una marca que hace unos años siempre llegaba a todos los lugares del mundo y le recibían con canciones reconocibles de esos puntos del globo. Ahora en todos esos lugares con sed se unen, ya sea en katachok, sirtaki o rock duro cantando el famosos y universal Paquito el Chocolatero. Y bailándolo, con unas coreografías inconmensurables. Un anuncio de los que hacen época, de esos que marcan comportamientos, estilo y que de nuevo proporcionará a los derechohabientes de la autoría del susodicho pasodoble unos ingresos realmente inabarcables. Atención: y que volverá a colocar a todos haciendo el movimiento pélvico porque va a sonar en todo guateque, reunión colectiva, fiestas, cierre de discotecas o disco bares con marcha post botellón. Así, que resignación y a hacer el ganso, pero con estilo. -
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