El Gobierno de Hamas afronta la primera crisis tras los choques interpalestinos
·el primer ministro califica de «peligrosa» la situacion tras los enfrentamientos internos en gaza
Escasas 48 horas después de que formara Gobierno, Hamas se enfrenta a la primera crisis tras los enfrentamientos interpalestinos del viernes en Gaza, y que se saldaron con cuatro víctimas mortales. El primer ministro, Ismail Haniyeh, llamó al fin de las exhibiciones públicas de armas en las calles palestinas. Al Fatah, acusada por otra facción resistente de la muerte de su líder en Gaza, rechazó, de palabra y obra, el llamamiento.
GAZA
El recién formado gobierno de la Resistencia Islámica palestina (Hamas), presionado desde el exterior con la amenaza occidental de castigos económicos por la elección democrática del electorado palestino, afronta su primera crisis interna tras la explosión de enfrentamientos internos con motivo de la muerte del líder en Gaza de los Comités de Resistencia Popular, enfrentamientos que se saldaron con cuatro muertos más.El nuevo primer ministro de la Autoridad Palestina, Ismail Haniyeh, calificó la situación de «peligrosa» y mostró su esperanza de que su Ejecutivo logrará imponer la calma. «El Gobierno va a poner fin a esta peligrosa situación aplicando la ley y el orden y retirando a los civiles armados de las calles», anunció el líder de Hamas. Haniyeh situó, no obstante, esta crisis en su contexto y relacionó estos sangrientos sucesos con «una escalada que busca plegar al pueblo palestino y, dentro de él, al nuevo Gobierno». En esta línea, reiteró su llamamiento «a todos los países del mundo a que asuman sus responsabilidades frente a esta escalada» israelí. El primer ministro recordó la necesidad histórica de los palestinos de defenderse con las armas frente a la ocupación israelí y asumió que «se necesitará tiempo para cambiar la mentalidad» a fin de que esas armas, presentes en masa en las calles palestinas, «se consagren a la protección, la disciplina y la ley». El pasado viernes, cuatro personas murieron y 36 resultaron heridas en enfrentamientos entre dos facciones palestinas en Gaza, que estallaron tras la muerte, en una explosión atribuida a un avión israelí, del jefe en Gaza de los Comités de Resistencia Popular, Abu Yusef Abu Quka. Los Comités no dudaron en responsabilizar a Israel pero denunciaron que miembros de la Seguridad de la ANP estarían detrás del atentado.
Alta tensión
La tensión subió por momentos y enfrentó de manera sangrienta a activistas de estos comités con milicianos de Al Fatah, vinculada a la OLP, de la que hasta la victoria de Hamas la ANP no era sino su emanación natural.El Gobierno islamista, que se reunió de urgencia en la noche del viernes, intentó calmar los ánimos exigiendo a los portavoces de los grupos de la resistencia palestina que no caigan en «acusaciones gratuitas». El Gobierno anunció, en esta línea, la creación de una comisión de investigación sobre la muerte de Quka, cuyo origen el nuevo ministro de Información de la ANP, Yussef Rizqa, no dudó en calificar de «dudoso». El portavoz del Ministerio de Interior, Jaled Abu Hilal, confirmó, por su parte, que «nos hemos puesto en contacto con las partes implicadas sobre el terreno para poner fin a la crisis». Recién llegado de Egipto, uno de los hombres fuertes de Al Fatah en Gaza, Samir Masharawi, se desmarcó del llamamiento del Gobierno de Hamas. «No seré capaz de convencer a los ciudadanos palestinos o a los hijos de Al Fatah, que se sienten muy ofendidos» por las acusaciones, señaló. El propio Masharawi, así como otros dirigentes de Al Fatah de Gaza, han sido acusados por los Comités de Resistencia Popular de estar detrás de la muerte de su comandante en la franja. «Cuando el gobierno aborde el problema correctamente, coentonces cooperaremos para poner fin a la exhibición pública de armas», señaló, aunque llamó a a la contención. Decenas de milicianos armados de Al Fatah se manifestaron por la mañana al sur de la Franja, en Jan Yunes.
La victoria de Olmert revela el verdadero objetivo del Muro
Charles ONIANS
BILINLa victoria en las legislativas de Ehud Olmert ha insuflado más dramatismo si cabe a las protestas que tienen lugar todos los viernes contra el Muro de Cisjordania, que el futuro primer ministro defiende como futura frontera oriental de Israel. «Los proyectos de Olmert significan que no habrá paz en el país (...) Nunca aceptaremos que ellos (los israelíes) nos maten con sus armas, mientras nos hacen pasar hambre y nos privan del trabajo», advierte Yussef Karaja, un manifestante. Para Alexandre, un manifestante suizo de 30 años, los dirigentes israelíes utilizan pretextos de seguridad para seguir robando tierra palestina. «No quieren una solución al conflicto porque viven de él (...) El conflicto no se solucionará hasta que halla un acuerdo con los palestinos», añade. «¡El Muro debe caer!», gritan los manifestantes, que enarbolan banderas palestinas y ramos de olivo frente a los policías israelíes que protegen las obras en torno al muro, armados hasta los dientes. «Abandonen este lugar. Están en una zona militar», responde la Policía por megafonía. «La única solución es volver a las fronteras de 1967 sin seguir robando tierra a los árabes», afirma Louise, manifestante originaria de Tel Aviv. Waji, manifestante palestino, recuerda que «sólo queremos vivir en paz, mientras ellos quieren expulsarnos». Los gases lacrimógenos y las balas de caucho le responden. Finalmente, suenan las sirenas de la Media Luna Roja, prestas a llevarse a los heridos. Consultas para formar gobierno en Tel
Aviv
La formación vencedora en los comicios en Israel, Kadima, inició ayer los primeros encuentros con otros partidos de cara a la negociación de un futuro Ejecutivo. El ministro saliente de Turismo, Avraham Hirschon, confirmó que Kadima ya ha presentado su programa de Gobierno y lanzó un guiño al líder laborista, Amir Peretz, al señalar que, «queremos mantener una política económica liberal, pero estamos dispuestos a tomar en consideración medidas sociales más audaces». -
|
