KIEV
El presidente ucraniano, Viktor Yushenko, afronta un dilema de difícil solución a la luz de los resultados de las elecciones parlamentarias del domingo. Un dilema interno que tiene a su vez su correlato desde el exterior, con presiones desde Rusia y desde Occidente para que opte por uno de los dos únicos caminos que le ha dejado expeditos el escrutinio electoral. Dos caminos a cual más peligroso para su futuro político.«Esperamos que las reformas prosigan en Ucrania (...) y el equipo que ganó las elecciones (presidenciales) de 2004 mantiene las posibilidades para seguir por esa vía», señaló un diplomático occidental de alto rango en Kiev.
Un mensaje explícito para que Yushenko recomponga la coalición naranja pese al triunfo electoral del Partido de las Regiones, de Víktor Yanukovich, delfín del derrocado ex presidente Leonid Kuchma.
Pero el peaje para Yushenko es alto, toda vez que debería de rehabilitar a su rival naranja, Yulia Timoshenko, quien le venció por goleada en la pugna interna en los comicios.
Timoshenko y el todavía aliado de Yushenko, el Partido Socialista (socialdemócrata), ya tienen a punto un memorándum que establece que, en un eventual acuerdo de gobierno, el cargo de primer ministro corresponde al líder de la formación que haya recibido mayor número de votos. Una condición con nombre, apellidos y cargo: Yulia Timoshenko volvería a asumir el cargo, del que fue apeada por Yushenko en setiembre pasado.
Tanto la «dama naranja» como el líder socialdemócrata, Alexandre Moroz, ya han advertido que pasarán a la oposición en caso de que Nuestra Ucrania, de Yushenko, no trague con el memorándum.
«¿Se casan o no se casan?», titulaba el diario “Gazeta po-Kievski”, que ilustraba su primera con una foto del encuentro entre ambos. «En principio, Nuestra Ucrania no está en contra del matrimonio, pero los apetitos de la novia le enfurecen», matiza.
Apetitos que incluyen su pública intención -o amenaza de presentarse a las presidenciales de 2008. A la luz de los resultados de las elecciones, se puede anticipar una eventual derrota de Yushenko, consideración que podría forzar al presidente a devolverle la jefatura del Gobierno para intentar mantener su puesto.
El problema es que la reforma constitucional impulsada en su día por la facción naranja recorta los poderes presidenciales, con lo que Timoshenko podría utilizar el cargo como palanca para sus aspiraciones.
«Yushenko no puede rebajarse ante la insolente Yulia pero tampoco puede echarse a los brazos de Yanukovich so pena de escandalizar a su electorado», constata “Gazeta po-Kievski”. Nuestra Ucrania ya ha puesto condiciones al Partido de las Regiones: rechazo del federalismo y del reconocimiento oficial de la lengua rusa y alineamiento hacia la integración en la Unión Europea».
La formación de Yanukovich, fuerte en el este y sur rusófono del país, reaccionó señalando que su federalismo es equiparable al «regionalismo» vigente en territorio de la Unión.
El diario “Segodnia”, próximo a Yanukovich, anticipa una posible coalición naranjaazul y ofrece las claves, más allá de exigencias políticas. «Los hombres de negocios de Nuestra Ucrania, incluido el primer ministro Ejanurov, son favorables a este acuerdo». Un acuerdo que defendió el presidente ruso, Vladimir Putin, en conversación con Yushenko: «Los electores han mostrado su deseo de profundizar las relaciones con Rusia en todas las materias». No ha trascendido si el inquilino del Kremlin mentó la «guerra del gas», que socavó al poder naranja tres meses antes de la cita electoral.
Analistas políticos no excluyen esta opción y la sitúan como la única que tiene Yushenko para amarrarse al poder. «Con el Partido de las Regiones Yushenko podría erigirse en el ideólogo y el árbitro de la nación. Si Timoshenko se convierte en primera ministra, el presidente habrá perdido el poder».
KIEV
Cuatro pequeños partidos que no han logrado superar el listón del 3% para entrar en el Parlamento han exigido un nuevo recuento tras denunciar irregularidades.
El retraso en el recuento 72 horas después del cierre se había anunciado el escrutinio del 98% de las papeletas alimentó las dudas.
Dudas que zanjó la Comisión Electoral Central, que atribuyó el lento escrutinio al desorden.
Pero insisten en el fraude el Bloque Litvin, del presidente del Parlamento, y otras dos formaciones susceptibles de una eventual alianza con Yanukovich. A una de ellas, el izquierdista Bloque Vitrenko, los primeros sondeos que resultaron infalibles le otorgaban presencia en el Parlamento (Rada).
Medios vinculados al Partido Comunista de la Federación Rusa han denunciado en internet la organización de los comicios en el este y el sur de Ucrania, bastiones de la oposición a la «Revolución Naranja» y elevan a cientos de miles los electores que no pudieron votar en regiones como Lugansk.
Desde el bando naranja, los jóvenes del movimiento Pora señalaron que «aunque el proceso electoral ha sido limpio, el recuento ha estado plagado de irregularidades y no refleja la voluntad de los electores». Pora no ha logrado el 3%.