KIZILTEPE
La población kurda volvió a enfrentarse por quinto día consecutivo con las fuerzas de ocupación turcas. El levantamiento popular se extiende ya a otras zonas, en la impuesta frontera de Turquía con Siria e Irak.En Kiziltepe, próxima a la frontera que separa a los kurdos sometidos a Ankara y a Damasco, el Ejército tomó las calles y mató a tiros a una persona e hirió a otras 16.
Una multitud enfurecida tomó al asalto oficinas bancarias y sedes gubernamentales, además del local del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo, en el poder, y de otro partido turco en la oposición.
También se levantó la población de Silopi, en la frontera con el actual Irak ocupado, donde la Policía impidió que los manifestantes se acercaran a la sede del partido del primer ministro turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan.
Más al este, en Yusekova, la Policía dispersó con cañones de agua y «tiros de advertencia», siempre según la versión policial, a los manifestantes, que respondieron con piedras.
Una tensa calma reinaba ayer en Diyarbakir, capital del Kurdistán Norte (ocupado por Ankara) y en la vecina villa de Batman, escenario de las mayores protestas y de la más salvaje represión.
Una represión que se ha saldado ya con la muerte de ocho kurdos. Decenas más han resultado heridos y no hay cifras oficiales sobre los detenidos en las protestas por la represión de los funerales de activistas del PKK muertos en combate.
Ocalan insta a Ankara a seguir los modelos vasco
e irlandés
Desde la isla-prisión de Imrali, el líder del PKK, Abdulah Ocalan, recordó las situaciones vasca e irlandesa. «Estamos listos para una solución como la de ETA o el IRA», señaló. Sobre los enfrentamientos, exigió «una solución democrática a la cuestión kurda». -