Contar con una agrupación de cámara tan especializada como la Die Deutsche Kammerphilarmonie Bremen ha sido todo un regalo para los oídos de los melómanos. Escuchamos el “Concierto nº14 KV 449” interpretado en un no habitual sonido asordinado del pianoforte y Lars Vogt nos mostró la desenvoltura y aliño de un maestro como Mozart ante el teclado. El hermanamiento tan dúctil, tan preciso en entradas, tan expresivo en decantar, tan ágil en desenvoltura entre el conjunto de cámara orquestal tan adiestrado y un solista avezado en el teclado pianístico lo demandaba. La sugerencia de una cierta belleza tranquila se plasmó mejor en el precioso “Adagio” en sonoridad aterciopelada llevado en diálogo latente del piano y los vientos-maderas y en la “Romanza” del concierto en re menor, en los dúos de flauta y oboe, que explotó en agilidad en el Rondó final, enquistado el piano en la orquesta. La alegría contagiosa de Joseph Haydn en su “Sinfonía nº103 en mi bemol mayor”, denominada “Redoble de timbal” se unió al edulcorado “Idilio de Sigfrido en mi mayor”, de Wagner, muestra de la capacidad armónica más original y elegancia melódica de un romántico en un momento afectivo culmen, que esta perfilada Orquesta de Cámara de Bremen y su concertino-director ofrecieroncon delicia interpretativa especial expresiva y talante interpretativo peculiar. Lars Vogt correspondió a los aplausos con un bis solístico superconocido: “Momento musical”, de F.Schubert. -

OTXANDIO