El color de la cebra
«... urak daramana hemen ez dakar beti bueltan, urak dakarrena hemen ez darama berriz bueltan», de esta manera comenzaba el concierto de Anari, con la canción “Muga kanta”, después le seguiría en toda regla la presentación de “Zebra”, su disco más completo. Y se puede decir que Anari ha conseguido llegar con este disco a un lugar privilegiado y a un público bien distinto. Se veía a numeroso público que siempre ha seguido las canciones de Anari, pero también se veía otro público inquieto y ávido por descubrir las sensaciones que desprenden su cantar. “Zebra” es un disco importante, porque muestra a una Anari arropada por un grupo que le da una sonoridad rock que pedía a gritos y que trasladada al directo resulta del todo enriquecedora, con momentos necesarios para tensar las canciones y hacerlas enérgicas en la interpretación, acercándolas a sonoridades post-rock que tanto les gusta a Inoren Ero Ni, la banda que acompaña a Anari. El concierto también tuvo sus momentos para el sosiego, en el que con una instrumentación minimal se aferraban las canciones más pausadas. Y así fueron pasando “Aingeru Hegoduna”, “Naufragoak”, “Zebra”, “Sustraiak” o “Gu” antes del bis, en el que salió a cantar Karlos Osinaga, de Lisabö. Y es de alegrarse cómo tras la evolución de tres discos que ha tenido Anari pueda casi llenar el Kafe Antzokia; pocos son los songwritters vascos que lo consiguen. Y no sólo eso, sino que Anari demostró que se defiende muy bien en el terreno eléctrico, con guitarras que aportan matices, riffs y espacios abiertos a las canciones. Me vienen nombres como el propio Nick Cave, el concepto de sonoridad de Dream Syndicate y sobre todo esa sensibilidad hacia la canción que tan bien ha heredado de Ruper Ordorika. Y si en el disco “Habiak” se podía percibir la angustia, en “Zebra” es la rabia la que aparece reflejada, combinando la fuerza y la melodía en unas canciones que gozarán de buena vejez. -
Gotzon URIBE
|