DONOSTIA
La muestra del artista japonés, titulada “A flor de piel” es el resultado de fotografiar girasoles y tulipanes en diferentes estados y en espacios oscuros, siempre con luz natural y con tiempos de exposición largos que permiten plasmar pequeños detalles y finas texturas. La muestra, abierta hasta el próximo día 13 de mayo en la casa de cultura Okendo de Gros, se enmarca dentro de la Feria Internacional de Fotografía Contemporánea y Vídeo de Donostia DFOTO, que se celebrará del 4 al 7 de mayo en el Kursaal y alrededor de la cual se han organizado diferentes exposiciones en otros espacios de la ciudad.
Shimamura, que sólo utiliza el color para las fotos familiares, cree que hay imágenes de flores que son «muy estéticas» pero están a la vez «muy manipuladas», lo que las aleja del propósito de este autor, que busca mucho más que las primeras impresiones.
El fotógrafo capta flores vivas, flores que se van apagando y flores ya marchitas, un proceso con el que pretende transmitir «espíritu, tiempo, momento o humedad», lo que confiere cierto sosiego a sus flores sin color.
Su obra, según afirma el artista, se conecta con la tradición y la cultura de Japón, un país politeista donde se relaciona a los dioses con la naturaleza y donde la flor del cerezo es la flor simbólica, la más rápida en nacer y morir en la que se representa el espíritu y la vida.
Shimamura ha experimentado con otras flores, como rosas o anémonas, pero prefiere los tulipanes y los girasoles porque son menos sofisticadas y todo el mundo las puede imaginar.
También son objeto de su atención las escenas de calle, que fotografía con el mismo espíritu que las flores, a las que trata como personajes, y las imágenes de mujeres.
En opinión de Enrique Ordóñez, responsable del COFF, la exposición requiere de miradas complementarias y por ello propone verla más de una vez y con diferentes estados anímicos. Para la sala donostiarra, propiedad del Ayuntamiento, se ha aumentado el tamaño de algunas de las fotografías.