- Nueva derrota azulgrana -
El Eibar sigue deslizándose hacia el abismo
·La buena actitud y la alta intensidad no bastaron para cambiar el rumbo del equipo
EIBAR 1 NAMANCIA 2
EIBAR
Al Eibar, como a Maquiavelo, los medios le importan poco o nada. Qué más quisieran los azulgranas que aburrir a los muertos y sumar de tres en tres, sobre todo este año que acostumbra a padecer la situación adversa. Ayer lo hizo más que nunca:tuvo una gran actitud, puso mucha intensidad, ofreció buen juego por momentos, dispuso de ocasiones..., y acabó perdiendo y dando, por añadidura, un paso más hacia el descenso matemático.«Aguerridos en defensa y superverticales en ataque durante el primer cuarto de hora». Así lo exigió Javi Pérez la víspera y así lo hicieron ayer sus hombres que, con toda probabilidad, protagonizaron el arranque de partido más intenso de toda la temporada. Baste decir que botaron nada menos que siete córners en apenas 14 minutos. Y aunque el mérito corresponda a todo el equipo, tan puesto como solicitaba su técnico, la ofensiva azulgrana tuvo nombre propio, el de Federico Magallanes. Robó, recibió, sirvió y remató aunque, de primeras, no marcó. Tampoco lo hicieron Brit o Mairata, que también dispusieron de buenas ocasiones para perforar la portería del Numancia. Un rival que, ante la presión armera, tuvo que esperar más de diez minutos para realizar su primera aproximación al área y bastante más para que el juego se equilibrase. Lógicamente, el Eibar no podía aguantar mucho tiempo a semejante tren, con lo que, conforme se fue acercando el descanso, la intensidad fue decayendo. Pese a todo, los azulgranas mantuvieron el mismo espíritu ofensivo, lo que les permitió acercarse aún con peligro a la portería de Juan Pablo. La segunda parte comenzó con parámetros similares:juego bastante equilibrado pero mayor ambición local. Y entonces pasó lo de siempre:el Numancia forzó un córner y Palacios adelantó a su equipo. De ahí en adelante, sin embargo, el guión se pareció bastante más al encuentro de la semana pasada en Castellón que a los treinta anteriores. Esta vez hubo mala leche para encarar la tarea. Desde el banquillo se intentó colaborar con la entrada de dos atacantes de refresco, Pailos y Asensio. Y lo que parecía impensable, conociendo los precedentes, sucedió. Probaron Magallanes, Asenso o incluso César y el uruguayo acabó acertando con un gol de falta directa. El «¿por qué hemos esperado tanto para ficharle?» y el «¿por qué el equipo no ha tenido esta actitud desde principio de temporada?» se unieron a los gritos de «Eibar, Eibar» en una grada que empezó a creer en el milagro:sólo faltaba un minuto, pero tampoco hace falta más para marcar un gol. Vaya que no. Sobre todo si es en contra del Eibar, incapaz de voltear su destino. Dos minutos después del tanto de Magallanes, Juan Carlos Moreno aprovechaba el único error de la zaga azulgrana en todo el partido para «agnostizar» definitivamente a Ipurua.
«Vamos a seguir luchando»
A.U.L. EIBARLos números cantan, pero Javi Pérez sigue aferrándose precisamente a las matemáticas para confiar en que se produzca el milagro. Lógico, no sólo porque es un profesional del asunto, sino porque se trata de la salvación de «su» club. «Mientras no estemos matemáticamente abajo vamos a seguir luchando insistió;cada vez tenemos menos margen, porque se nos ha ido una final más. Pero aunque suene a chiste, vamos a seguir trabajando, tenemos que seguir peleando, no podemos decir “ya está”. Pérez, «muy contento con el derroche que han hecho los jugadores», destacó las ocasiones iniciales y la reacción tras el primer gol del Numancia. «Nos hemos recuperado y hemos conseguido empatar». Después llegó el segundo, un palo «muy duro», admitió, por lo que está semana habrá que «recuperar el ánimo para intentarlo todo contra el Xerez». Juan Domínguez, baja de última hora, por un
golpe en la cabeza
A.U.L. EIBAR Juan Domínguez se cayó a última hora de la lista de convocados para el encuentro ante el Numancia tras protagonizar un pequeño susto en la tarde del sábado. El jugador donostiarra recibió un golpe en la cabeza durante el último entrenamiento de la semana, aunque pudo concluirlo sin problemas. Sin embargo, y cuando ya se disponía a abandonar las instalaciones de Ipurua rumbo a su casa, sufrió un leve mareo, por lo que fue trasladado a un centro hospitalario, donde se le realizaron las pertinentes pruebas médicas. Afortunadamente, éstas no desvelaron ninguna dolencia, con lo que la única consecuencia para Juan fue la de tener que guardar reposo, por precaución. El delantero azulgrana, de hecho, siguió ayer el partido desde la grada de Ipurua.
|