BILBO
La Comisión Europea (CE) presentó ayer una versión suavizada de la propuesta de directiva de liberalización de Servicios (directiva Bolkestein), que recoge la gran mayoría de los planteamientos del Parlamento.
El nuevo texto ya no hace mención al polémico «principio de país origen», en virtud del cual una empresa podría operar en varios estados de la UE sometido sólo a la legislación de aquel donde se constituyó. Contempla en su lugar «una libertad de acceso y prestación de servicios» dentro de la UE, pero supeditada a las normas del país de acogida en materia de «orden público, seguridad pública, protección al medio ambiente o salud pública».
En línea con las enmiendas de la Eurocámara, excluye del campo de aplicación los servicios financieros, salud, telecomunicaciones, transportes y servicios portuarios, servicios sociales y vivienda social, empresas de trabajo temporal, apuestas y juegos, seguridad privada y sector audiovisual.
Pese a ello, el comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, subrayó ayer que la importancia de la propuesta «no debe subestimarse» y recalcó que los estados miembros tendrán prohibido imponer «discriminaciones por razón de nacionalidad de las empresas».
La propuesta busca consolidar el mercado europeo de servicios el 70% del PIB comunitario, consagrando el derecho de las empresas a operar en distintos estados sin tener filiales en ellos y en igualdad de condiciones.
Seguirá siendo de aplicación en sectores como el turismo, el inmobiliario y la construcción, los centros comerciales, las consultorías o el mantenimiento de oficinas.
McCreevy presentará el nuevo texto en el Consejo de Competitividad de la UE a finales de mes, para que sea devuelto, lo ante posible, al Parlamento para su adopción definitiva.