BAGDAD
La caída de Bagdad y del régimen de Saddam Hussein, simbolizada por el televisado derribo de una gran estatua del ex presidente iraquí el 9 de abril de 2003, parecían confirmar los planes de guerra de EEUU, pero tres años después la capital iraquí se ahoga en sangre en medio del caos general en el que se encuentra un país que se asoma al abismo de la guerra civil.
Las imágenes de derribo de la estatua de la plaza Fardus paraíso en árabe, dieron la vuelta al mundo. Era el comienzo del caos, de los saqueos y pillaje el que los ocupantes permitieron para escenificar el odio del pueblo al «dictador». En la actualidad, una minúscula escultura ocupa el pedestal del de la estatua del ex mandatario.
Sin embargo, los estadounidenses no hallaron el entusiasmo que esperaban entre los «liberados». Tres años después incluso los chiíes supuestos beneficiarios de la caída de Saddam esconden su decepción ante la situación en la que se encuentra el país.
Muchos iraquíes denuncian que, tras el derrocamiento, las fuerzas extranjeras, en lugar de llevar al país la «democracia» que habían prometido, lo han convertido en el campo de batalla entre diferentes comunidades.
«Los mongoles, que destruyeron Bagdad y lanzaron sus libros al río Tigris, no profanaron los lugares sagrados como estamos viendo ahora», explicó Abdelsalam Al Kubeisi, portavoz oficial de la Asociación de Ulemas Musulmanes, la principal organización religiosa suní.
«Aquel derribo de la estatua y lo que vino después ha traído más inconvenientes que ventajas», señala Fatah al Sheij, miembro chií del Parlamento, en referencia a la violencia y al creciente odio intercomunitario.
En este sentido, ayer la explosión ocasionada por un coche bomba mató a seis personas e hirió a otras 14 en las cercanías de una mezquita chií situada en la localidad de Musayyib, al sur de Bagdad.
Mientras, los jefes de los ocupantes en Bagdad, el embajador Zalmay Jalilzad y el mando de las tropas, el general George W. Casey, se limitaban a repetir que «queda mucho por hacer». Una coletilla ya conocida por los iraquíes y que revela el fracaso de EEUU tres años después.
Entretanto, ayer también aparecieron los cuerpos de cuatro soldados iraquíes y un militar indígena mató a tiros a un soldado estadounidense.