PARIS
La ministra francesa de Defensa, Michele Alliot-Marie, indicó ayer que no tiene «nada que ocultar» y que es «un misterio» para ella el registro de su despacho por parte de los jueces instructores del caso conocido como Clearstream, considerado como una amplia manipulación contra personalidades galas. El registro del despacho de la ministra y de los de su jefe de gabinete y de un ex asesor en el Ministerio tuvo lugar el pasado sábado.
Ayer se produjo un nuevo registro en Defensa, pero esta vez en el servicio de archivos.
«Este registro es para mí un misterio. Como no tengo nada que ocultar, lo autoricé incluso en mi ausencia», dijo Alliot-Marie a preguntas de la prensa después del Consejo de ministros sobre la operación del pasado sábado.
Agregó que «si fuera megalómana» pensaría que el registro y «la espuma mediática» que lo rodeó están relacionados con «mi lugar en el tablero político». «Pero como no soy megalómana, pienso que se trata simplemente de un mal conocimiento del funcionamiento del Ministerio de Defensa», señaló la ministra, al indicar que los investigadores abrieron una caja fuerte «vacía» y que ella nunca utilizó, y que intervinieron unos pocos documentos y sus agendas, «cuyo contenido es público», añadió la ex alcaldesa de Donibane Lohizune.
En la investigación abierta por «denuncia calumniosa», los jueces instructores tratan de descubrir la identidad de la persona que hace dos años envió a la justicia cartas anónimas y listados informáticos falsificados de cuentas supuestamente abiertas en la sociedad luxemburguesa de compensación y pagos Clearstream.
Informante anónimo
Ese informante anónimo acusó falsamente a personalidades económicas y políticas francesas, incluido el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, de tener cuentas ocultas a través de Clearstream. Sarkozy, que lidera el partido conservador gobernante, UMP, considera que se trata de una manipulación política urdida en su contra, y se ha constituido como acusación particular.
En las últimas semanas, han sido registradas las oficinas de los servicios secretos DGSE y DST, que dependen respectivamente de Defensa y de Interior.
