DONOSTIA
El padre y la compañera de Harkaitz Lavega sufrieron el pasado lunes un accidente cuando viajaban hasta la cárcel de Navalcarnero (situado a unos 500 kilómetros de Euskal Herria) para visitar al prisionero donostiarra. Este es el quinto siniestro que sufren en 2006 allegados de los presos políticos vascos a causa de la política de dispersión que aplican los gobiernos español y francés a EPPK.
Según informó Etxerat, el accidente se produjo sobre las 2.30 en Etxegarate, cuando el coche en el que viajaban los allegados de Lavega chocó contra una piedra de gran tamaño que se encontraba en medio de la carretera. A raíz de la colisión, el vehículo quedó inutilizado, por lo que los familiares que no sufrieron daño físico alguno tomaron un taxi, regresaron a Andoain de donde es natural la compañera de Lavega y, tras conseguir otro coche, emprendieron de nuevo el viaje hacia la prisión madrileña.
El colectivo de familiares de los represaliados políticos denunció que este siniestro «refleja el riesgo evidente de que se produzcan nuevos fallecidos y heridos mientras siga en vigor la política de dispersión», e incidió en que «la dispersión vulnera constantemente los derechos de nuestros familiares y amigos encarcelados, y a nosotros nos obliga a realizar cientos de kilómetros todas las semanas».
Tras recordar que «ya son 38 los ciudadanos vascos que han muerto a causa de la dispersión (22 presos y 16 allegados)», Etxerat emplazó a la ciudadanía y a los agentes vascos a que «presionen a los estados» para que repatríen a los prisioneros «con todos sus derechos reconocidos; es decir, con el estatus político». A su juicio, supondría un paso adelante para la consecución de «una solución política y democrática al conflicto».