Van tan alocados que, al final, les tenía que pasar. Hace unos días Pedro J. Ramírez nos sorprendía con una nueva entrega de El Código da Vinci según “El Mundo” y revelaba que «los agentes que supervisaron en un primer momento la furgoneta Kangoo (...) vieron en el salpicadero del vehículo una tarjeta con el membrete del Grupo Mondragón, el conglomerado empresarial con sede en dicha localidad guipuzcoana (...) ¿Por qué se ocultó al ministro y al juez una pista clave que podía conectar los atentados con ETA?». Para redondear la pieza, una apostilla sobre MCC: «El Grupo lo completa la división financiera a través de Caja Laboral. Precisamente, esta entidad financiera es la que ha llevado al Grupo Mondragón a ser noticia al margen del ámbito económico: Ignacio Mallagaray, director del Departamento de Auditoría Interna de la Caja, fue detenido en junio de 2004 por el juez Garzón acusado de colaboración con ETA. Desde su puesto alertaba a los titulares de las cuentas de las ‘herriko tabernas’ de que iban a ser intervenidas por la Audiencia Nacional. La entidad le sustituyó inmediatamente en su puesto. Caja Laboral también fue la que avaló con 200.000 euros la fianza de Arnaldo Otegi para que abandonara la cárcel en 2005». Ya han cerrado el círculo.

Pero el gozo se le fue al pozo cuando leo, el mismo día, en “El País” que «los investigadores del 11-M y agentes que revisaron la furgoneta el día del hallazgo han negado que en el salpicadero del vehículo hubiese una tarjeta de MCC, tal y como publicó ayer El Mundo». ¡Horror y pavor! Y, sin disimular la ironía, agregaba “El País” que «la más de media docena de comisarios, inspectores, subinspectores y agentes de base consultados ayer negaron que existiera esa tarjeta de visita. ‘Eso es falso’, subrayan. Sí admiten que, a través de la emisora, se comunicó el hallazgo de una cinta de la Orquesta Mondragón, junto a otras del Dúo Dinámico, Los Mejores Boleros, Grandes Mitos del Rock and Roll, Clásicos de Oro y Luciano Pavarotti, como puede leerse en el sumario». O sea, que los islamistas se amenizaban con Gurruchaga y compañía. ¡Pobre Pedro J!

Pero no se crean que se da por vencido. Habrá más entregas. Ayer ya adelantó que «El comunicado de la Dirección General de la Policía intenta sembrar la confusión al sugerir que este periódico habría equivocado esa cinta musical con una tarjeta de visita de alguien perteneciente al guipuzcoano Grupo Mondragón». A ver qué nos cuenta mañana. - msoroa@gara.net