BELOKI 22
PATXI RUIZ 1
DONOSTIA
Rubén Beloki selló su pase a semifinales tras barrer literalmente a Patxi Ruiz de la cancha del Labrit. El resultado final demuestra la aplastante superioridad de un Beloki que rayó la perfección en todas y cada una de las acciones que realizó. Patxi Ruiz no tuvo ninguna opción de meterse en el partido y se encontró con un parcial en contra que anuló sus posibilidades.
El partido comenzó con una más que suculenta tacada de 17-0 para Rubén Beloki. Tras un primer tanto bastante peloteado que auguraba un encuentro disputado, el zaguero de Burlata encadenó un parcial incontestable de enormes pelotazos y precisas dejadas.
Beloki cimentó su triunfo en el acierto con el saque logró 10 tantos con la jugada inicial, 5 consecutivos (del 11-0 al 15-0) y dominó el tanto siempre. El zaguero que mejor saca del cuadro demostró todas las cualidades que le han llevado ha calarse cuatro veces la txapela durante su ya larga carrera. Además del saque, Beloki cruzó la pelota a la pared izquierda en todas sus pegadas, lo que dificultó la defensa de aire de Patxi Ruiz una de las mejores del Campeonato, lo que le permitió gozar de pelota franca en más de una ocasión y lucirse finalizando la jugada.
Y cuando a un pelotari todo le sale bien, se crece. Beloki acabó firmando dos tantos gracias al dos-paredes, otros tres con la dejada y uno más de aire. Entre saques y aciertos, el de rojo se anotó 19 tantos sin cometer ni un solo error. Números de campeón que, a pesar de las dudas creadas por la pequeña lesión sufrida en el adductor, hacen de Rubén Beloki uno de los candidatos para ganar el Campeonato Manomanista. Ahora debe esperar rival: Martínez de Irujo o Peñagarikano.
Patxi Ruiz, por su parte, se queda un año más sin jugar la final. Lo hace, además, reforzando una idea muy generalizada entre los aficionados a la pelota, esa que señala al zaguero de Lizarra como un pelotari con enorme potencial de juego pero incapaz de responder en las grandes ocasiones.
Lo cierto es que ayer en Iruñea, apenas tuvo ocasión de intentarlo, pero un par de restos en los que se precipitó claramente y un fallo garrafal segundos después de sacar su pelota dejaron un sabor amargo entre los aficionados.