Hay días que es preferible que se pierda el mando a distancia. Por cierto, ¿se han dado cuenta de que es el objeto más misterioso de todo el hogar, el que más veces se esconde y desaparece, para volver a aparecer en el lugar más inusitado? Nunca entenderé cómo lo pierdo en situaciones de soledad. ¿A quién inculpo entonces? Bueno, pues decía que hay mo- mentos en donde no es necesario buscarlo, porque has encontrado lo que estabas esperando.

Huyendo de las obviedades, de los chistes malos, de las series reiterativas y ramplonas, acabé en La 2, me entretuve con Tamariz, admiré la cara de circunstancias de Antonio Gasset, me dormí, como es debido y perceptivo en algunos momentos y me desperté viendo a “El Koala”en un concierto de Radio 3. Una alucinación. No sé si es peor esto, o el “A por ellos, oé, oé” de la selección, que me imagino reclamará los derechos de autor Victoria Prego. Por cierto, Rosa Díez tiene un libro que va vendiendo por los platós. Da tantas lecciones de coherencia y democracia, que está pidiendo un puesto de comentarista en la Cope.

“Carta blanca” es una buena idea que debe concretarse de una forma más atractiva. Se trata de darle a un personaje, en esta ocasión era Tamariz, un plató, un equipo, y que haga lo que le venga en gana, que invite a sus amigos, para hablar, entrevistarlos o para jugar, como sucedió. Juan Tamariz es un gran comunicador, y si trae a su gente y se ponen a hacer magia, el espectáculo está servido. Y si se pone a hablar con gente inteligente y divertida, entonces entramos en un territorio de gran atracción.

Sucede parecido con Antonio Gasset, aunque hay que descifrar sus rasgos, porque no queda ninguna duda: los reportajes de “Días de cine” son los más completos de todas las televisiones. Y una rareza: apareció en “Cultura con ñ”, Esperanza Roy, y lo hizo para hablar del lenguaje de las canciones y los textos del género musical conocido como revista. Pasó sin más. Pero claro, la despedida final fue un concierto de “El Koala”, y eso me pareció excesivo. Opá, una canción vale, pero media docena son seis iguales. Enganchado a La 2, y sin mando. Por eso te libraste. -