La de ayer no fue una reunión más entre dos partidos políticos, aunque en los últimos días haya habido quien ­quizá por celos injustificados­ haya pretendido rebajar su importancia. El de ayer fue el primer encuentro oficial entre dos sectores políticos y sociales de Euskal Herria que durante décadas han estado no sólo de espaldas entre sí, sino abierta y violentamente enfrentados. Patxi López hizo ayer un llamamiento a Batasuna para que se aleje para siempre de la violencia, pero cabría recordar el saldo de conculcaciones de derechos, con numerosas muertes de miembros de la izquierda abertzale, de los gobiernos de Felipe González y el que todavía mantiene en el ámbito policial y penitenciario José Luis Rodríguez Zapatero. Y, como es lógico, en un primer encuentro no se superan las diferencias ahondadas durante años, pero sí que se ha dado un reconocimiento de la interlocución y se atisban puntos de coincidencia en torno al valor del diálogo y a la necesidad de un acuerdo entre diferentes para alcanzar con un nuevo marco para Euskal Herria, lo que da pie a la esperanza.

La actuación absolutamente obstruccionista ­y cabría añadir que vengativa e inmoral­ que mantienen el PP y otras organizaciones de su órbita, no debería desviar a los agentes políticos vascos de lo que en este momento debe ser el núcleo de sus esfuerzos: alcanzar un primer acuerdo básico que permita poner en marcha la mesa de partidos. Y, en ese camino, la reunión de ayer es también un hito histórico. El PSE, urgido por sus propias necesidades, insiste públicamente en que no puede hablar de contenidos políticos con la izquierda abertzale mientras no se legalice. Sin embargo, a nadie se le escapa que las conversaciones que han mantenido durante los últimos años, incluyendo las más recientes, han versado sobre contenidos políticos y en estos últimos tiempos, más concretamente, sobre la puesta en marcha del carril que la metodología de Anoeta atribuye a los agentes políticos vascos.

Lo que cabe destacar en este momento es que desde aquel 14 de noviembre de 2004 en el que Batasuna hizo pública la declaración de Anoeta se van, poco a poco, subiendo nuevos peldaños hacia la superación del conflicto en términos democráticos, en la esperanza de que se pueda alcanzar definitivamente en Euskal Herria una paz justa y duradera. En el ascenso de esa escalera de contenidos eminentemente políticos debe inscribirse la fotografía histórica que ayer se hicieron juntos el PSE y Batasuna. -