GaraAzkenak - Paperezkoa - English Edition  |  Le Journal
EUS | ES | FR | ENG
 » PAPEREZKOA
  -Aurkibidea
  - EuskalHerria
- Jendartea
- Ekonomia
- Iritzia
- Mundua
- Kultura
- Kirolak
 » AZKENORDUA
 » ENGLISH EDITION
 » DOSIERRAK
 » DOKUMENTUAK
 » IRUDITAN
 » HEMEROTEKA
 » Produktuak
Gara > Idatzia > Mundua 2006-07-07
Txente REKONDO*
El humo de los misiles norcoreanos
El autor repasa las reacciones que han provocado las recientes pruebas de misiles por parte de Corea del Norte en los principales actores del tablero asiático, con Estados Unidos y Japón a la cabeza, pero sin olvidar a Corea del Sur, China, Rusia e Irán. Sostiene que el Gobierno norcoreano trata de utilizar su capacidad nuclear a modo de vacuna contra las guerras preventivas que patrocina Washington.

Las pruebas de misiles norcoreanos han causado un enorme disgusto en algunos países, enojo que algunos medios hacen extensible al conjunto de la comunidad internacional. El secuestro de este término en muchos de los actuales manuales periodísticos, otorgando dicha categoría a determinados estados, fundamentalmente occidentales, y a algunos de sus aliados en otras zonas del mundo, proporciona elementos para presentar ese acontecimiento como una nueva escalada en el complejo escenario de las relaciones internacionales.

Sería absurdo negar que el movimiento de Pyongyang no ha tenido o tendrá repercusiones en las relaciones entre los estados, pero probablemente la clave de este nuevo tensionamiento no radica en las declaraciones y análisis que nos presentan estos días, atendiendo por regla general a los argumentos de Washington o de algún gobierno aliado suyo.

Corea del Norte lleva tiempo utilizando su capacidad nuclear como un arma diplomática para frenar las maniobras estadounidenses, que situaron al país asiático en el famoso «eje del mal». Por eso, los dirigentes norcoreanos aprovechan ese recurso para evitar que las políticas neoconservadoras impulsadas desde la Casa Blanca generen un cambio de régimen en el país. El peso de la energía nuclear en la actual coyuntura diplomática se ha presentado como capaz de desnivelar la balanza hacia un lado u otro. Por ello conviene no perder de vista, en relación directa con los movimientos norcoreanos, a la reciente reacción del Gobierno iraní en esta materia.

Independientemente del debate en torno al armamento o al uso de la energía nuclear, en los actuales parámetros parece que poseer esa capacidad sirve para evitar «ataques preventivos» o maniobras golpistas dirigidas desde EEUU, y la falta de esa posibilidad deja a cualquier país en manos de Washington y, si no, que se lo pregunten a Saddam Hussein.

Falsos argumentos

Las pruebas se enmarcan dentro de esos movimientos tácticos que desde el país asiático se desarrollan desde hace años. La elección del día tiene una importante carga simbólica, pues el 4 de julio en EEUU se celebra el Día de la Independencia, y ha coincidido también con el lanzamiento al espacio del Discovery. No extraña que la maniobra norcoreana haya sido recibida en Washington como una provocación en toda regla.

Sin embargo, los argumentos contra esas pruebas que se lanzan estos días no guardan relación directa con las verdaderas causas del enojo estadounidense y japonés, principalmente.

Les guste o no a aquellos que argumentan la supuesta ilegalidad de las pruebas, Corea del Norte ha seguido el protocolo internacional para llevar a acabo esos ensayos, «avisar a los navíos, cerrar los espacios aéreos, notificarlo previamenteŠ». De ahí que, como señalan expertos en la zona, «el lanzamiento de misiles per se no es una acción ilegal o un acto hostil». Porque no debemos olvidar que en función de la legislación nuclear, Corea del Norte tiene los mismos derechos que China o EEUU para sus pruebas de misiles o de satélites.

La atención mediática se ha centrado en la puesta en escena del misil Taepodong 2, cuya capacidad de alcance teórica sería de entre 4.000 y 6.000 kilómetros, lo que según señala Washington podría alcanzar las costas de EEUU. No obstante, lo cierto es que la prueba de estos días está todavía en sus comienzos ­de hecho, el misil ha caído en el mar del Este (nombre que los coreanos dan al mar de Japón) a los pocos segundos de ser lanzado­. Pero lo que realmente preocupa a los dirigentes norteamericanos es que las pruebas evidencian que los expertos norcoreanos han conseguido desarrollar este modelo en ocho años sin haberlo probado con anterioridad. Ello da muestras de que la capacidad de desarrollo de la tecnología nuclear por parte de Corea del Norte sigue ganando enteros año tras año.

Y otro de los temores que no se han señalado es la verdadera intención de este nuevo modelo, pues hay quien apunta que, más que un arma nuclear, Pyongyang estaría buscando poner en órbita un satélite que sería la contramedida a los que hoy en día disponen EEUU y otras potencias en el espacio. Ello abriría aún más el llamado frente de las galaxias.

Reacciones dispares

Las pruebas de los otros misiles habrían sido también un claro aviso para Japón, que en los últimos meses lleva acelerando una política de aproximación a las teorías intervencionistas de Washington, buscando los actuales dirigentes nipones romper con el pasado reciente del país en materia militar.

En esa cascada de protestas destacan las de EEUU y Japón, aunque por motivos diferentes. En el primer caso, los diseñadores de la estrategia neoconservadora no pueden permitir que un país como Corea del Norte ose hacer frente a sus deseos imperiales, pero son conscientes también de que Pyongyang ha sabido escoger el momento para lanzar esta «provocación». En esta coyuntura, con los frentes de Iraq y Afganistán abiertos, con la puerta a medio abrir en Irán, un ataque contra Corea del Norte es impensable, no sólo por la capacidad de respuesta nuclear del país asiático, sino también por las implicaciones de terceros países.

En segunda fila

Japón, por su parte, se debate en un complejo dilema. Apostar por su realineamiento militar o mantener su pasado reciente en línea cuasi-pacifista, al menos en política exterior. Las pruebas han podido reforzar las tesis más militaristas, pero también encender la luz de alarma en una sociedad que sabe lo que significa una agresión militar contra la población civil.

Los otros miembros del grupo de «los seis», Corea del Sur, China y Rusia, manifiestan otras posturas, bastante alejadas de las anteriores. Seúl lleva algún tiempo apostando por una política de acercamiento con el norte, aunque de momento no se hayan dado los frutos esperados. China, por su parte, utiliza hábilmente la crisis actual, pues es evidente también que este caso no es su prioridad diplomática, a pesar de los comentarios de algunos analistas, al tiempo que actúa devolviéndole la jugada a Estados Unidos por la postura que éstos mantienen en el caso de Taiwán. Finalmente, Rusia no ve con malos ojos estos movimientos, ya que significan un cierto fracaso para la política unilateralista de Washington y le concede la oportunidad de recuperar parte de su pasado protagonismo en la escena internacional.

Tras el humo de los misiles no se puede ocultar el evidente carácter provocativo e intencionado de estas pruebas. Y a pesar de la asimetría en materia militar que existe entre ambos países, Corea del Norte es consciente de que su única baza por el momento para lograr mejoras económicas viene de su apuesta nuclear. Pero tampoco conviene cerrar los ojos, cegados por ese humo, y no ver las verdaderas intenciones de la otra parte. Paralelamente, tampoco hay que olvidar que estos acontecimientos tendrán a otros actores de menor calado a la expectativa, para seguir una vía u otra. -

(*) Txente Rekondo: Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN)


 
Inprimatu
...Albiste gehiago
Kirolak
Lamikiz cambia de banda con una «gran» jugada
Mundua
Israel mata a veinte palestinos, la mayor parte civiles, en su ofensiva contra Gaza
Kultura
Ahuzki mendi gainean aurkeztuko dute «Oiharkoren Trajeria» ikusgarria
Euskal Herria
Batasuna y PSE dan otro paso hacia la creación de la mesa de partidos
  CopyrightGara | Kontaktua | Norgara | Publizitatea |  rss