Un paseo por la segunda mitad del siglo XX
·El Museo de Bellas Artes saca a la luz sus fondos escondidos de obra de los principales artistas internacionales
El Museo de Bellas Artes de Bilbo inauguró hace unos días la exposición «Mirada múltiple», un recorrido por los diferentes movimientos artísticos de la segunda mitad del siglo XX a través de los fondos propios de la pinacoteca. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 24 de setiembre, ha permitido sacar a la luz un material que normalmente está guardado en el depósito, poniendo de manifiesto la riqueza de fondos de la pinacoteca bilbaina.
BILBO
Ha sido el propio director del Museo de Bellas Artes, Javier Viar, quien se ha encargado del comisariado y selección de la obra expuesta en “Mirada múltiple”. Su ánimo era didáctico, pues, como explicó en la presentación, esta muestra «nos permite contar lo que fueron los movimientos de la segunda mitad del siglo XX, con toda su riqueza y variedad».Aunque predominan los dibujos y grabados, en la muestra hay también algunos óleos y esculturas. Mucha de la obra gráfica expuesta, pese a su importancia, apenas ha sido exhibida, dada su delicadeza. Junto a ella, se han colocado piezas que sí es habitual encontrar en la sala de arte contemporáneo de la pinacoteca bilbaina. «Es la propia historia del Museo la que se ha impuesto por encima de cualquier voluntarismo aclaró Viar. Desde que, a partir de 1982, un impulso económico al Museo permitió reanudar la compra de fondos de manera regular, esto es lo que ha dado de sí nuestra política de coleccionismo. Hay carencias evidentes, pero también hay una gran riqueza que nos permite contar sin problemas lo que fue la segunda mitad del siglo XX». En la exposición, que se ha instalado en la sala BBK, se ha excluido la obra de artistas vascos y españoles. «Es un recorrido por el variado período artístico internacional que comenzó cuando se acabó la Segunda Guerra Mundial y se cerró con el siglo y en el que convivieron la abstracción con el realismo y la geometría con el arte informalista». Dividida en ocho salas, la muestra se abre con Man Ray y Jacques Lipchitz, dos figuras históricas de la primera mitad del siglo relacionadas respectivamente con el surrealismo y el cubismo. Con el último expresionismo de estos autores, centrado en la figura humana, se ha puesto en relación a Francis Bacon, el más influyente autor figurativo de la época.
Matta y Appel
De Bacon se pasa a Matta y a su surrealismo tardío, que se enlaza con los expresionistas abstractos del grupo CoBrA (Appel y Alechinsky) y sus imágenes visionarias e irracionalistas. En esta segunda sala, la abstracción lírica o el informalismo gestual de artistas europeos como Hartung, Vieira da Silva, Bram van Velde, Manessier y Vedova se enfrentan a la pintura del americano Motherwell, uno de los más refinados expresionistas abstractos.En una tercera sala se expone a artistas como Bill y Munari, ejemplos de abstracción geométrica, junto a Vassarely y Le Parc, representantes de su derivación cinética, todos ellos preocupados por la creación de estructuras universales y objetivas, o por la influencia de la obra en su entorno físico y los problemas de su percepción. El recorrido continúa adentrándose en el pop-art, movimiento del que se expone obra de Hockney, Kitaj, Blake, Dine, Rosenquist, Rivers y Segal, con toda su iconografía popular y de consumo. También hay lugar para Christo y sus envoltorios de edificios o, aún más conceptual, para Beuys, junto al penetrante lirismo de Twombly. En una cuarta sala se da paso a la figuración neo-expresionista de alemanes y austriacos, con obra de autores como Baselitz, Penck, Lüpertz o Immendorf, «llena de alusiones a su historia inmediata y de énfasis expresivo». Las dos últimas salas de la exposición se dedican a las poéticas propuestas transvanguardistas italianas de Cucchi, Paladino o Merlino, junto a la obra de tres importantes figuras americanas, como son Noland, Stella y Richard Serra. Estos tres artistas, más o menos cercanos a una abstracción geométrica y al mundo del minimal-art en diferentes estados de su desarrollo, se codean con el realismo inglés de John Davies, «heredero del peculiar humanismo británico por una parte y, por otra, seguidos del movimiento hiperrealista».
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