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Gara > Idatzia > Mundua 2006-07-11
Irak desarrolla los síntomas de una guerra civil
·Sunitas denuncian que se trata de un complot para favorecer la partición del país

Irak desarrolla los síntomas de una guerra civil con el creciente sentimiento de victiminación da las comunidades, el ciclo infernal de ataques y represalias y barrios cerrados que recuerdan a guetos. También hay quien recuerda la existencia de manos que agitan el conflicto de manera interesada.

BAGDAD

Los síntomas no son nuevos, aunque cada día que pasa son más preocupantes y podría llegar el momento en que fuera imposible la vuelta atrás ante semejante carnicería.

En opinión de Joost Hiltermann, director para Oriente Medio del centro de estudios International Crisis Group, «los acontecimientos de los últimos días son alarmantes. Para mí, se trata de un conflicto confesional de baja intensidad o de una guerra civil de escasa amplitud, pero puede convertirse en más amplia».

La violencia interconfesional alcanzó el domingo niveles sin precedentes en Bagdad con la masacre a sangre fría de 42 personas en un barrio sunita por parte de hombres vestidos de civil y encapuchados. Seguidamente, un doble atentado contra un templo chiíta dejaba 19 muertos y 59 heridos.

La carnicería continuó ayer. Tres atentados en el barrio chií bagdadí de Sadr City causaban la muerte de diez personas, e instantes después una bomba estallaba en un mercado de la calle Kifah del barrio sunita de Cheikh Omar, causando heridas a diez personas.

Atentados que, por otra parte, muestran el clamoroso fracaso del plan de seguridad puesto en marcha en Bagdad por el primer ministro títere, Nuri al-Maliki, al día siguiente de la visita de Bush a la capital el pasado 13 de junio.

Acusaciones

Chiítas y sunitas se sienten víctimas de sus adversarios. Así, el diputado chiíta Hamid Rachid Moala, aseguró en un comunicado del Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak (CSRRI) que los atentados de culto de su comunidad eran los «peores crímenes», y acusó a los saddamistas y a los «extremistas sunitas» ­takfiris­ de querer hundir el país en una guerra civil.

En el campo sunita, el Frente de Acuerdo Iraquí indica en un comunicado que «los sunitas son cazados en la ciudad de mayoría chií de Basora, y los enseñantes sunitas son sistematicamente tomados como blanco».

«Ciertos actos pueden sumir el país en una guerra civil, pero si estalla alcanzará a todos sus habitantes», afirma Adnane al Dulaimi, líder del Frente de Acuerdo Iraquí,. Por su parte, Iyad al-Samarrai, vicepresidente del Partido Islámico y miembro del Frente de Acuerdo Iraquí, denuncia la existencia de un «complot para la partición del Irak, que pasa por una guerra civil».

Ayer, varios políticos suníes instaron al Consejo de Seguridad de la ONU a enviar más cascos azules al país asegurando que «las fuerzas de ocupación estadounidenses no pueden proteger a los iraquíes».

Iyad al-Samarrai culpó a los miembros de la milicia del clérigo Muqtada al Sadr de las muertes, y aseguró que «las fuerzas de la ocupación no pueden proteger al pueblo y por lo tanto deben enviarse fuerzas de pacificación de la ONU a Irak».

Entretanto, Nabil Mohammed Yunes, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Bagdad, opina que «no se trata de una guerra civil, sino de una guerra de milicias». «Son las milicias las que luchan entre ellas y, por el momento, un simple ciudadano no ha matado a su vecino. Pienso que es una cuestión de difícil resolución si las milicias insisten en continuar en la misma vía».



Atentado contra la sede del UPK en Kirkuk

BAGDAD

Al menos 33 personas perdieron la vida ayer en diferentes ataques a lo largo del país­otras cien quedaron heridas­, al día siguiente de la muerte de 60 personas en atentados confesionales en la capital bagdadí.

En la ciudad petrolera kurda de Kirkuk, un atentado suicida llevado a cabo con un camión bomba contra la sede de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), el movimiento del presidente iraquí Talabani, mató a cinco personas.

Además del atentado confesional de Sadr City, que dejó diez muertos, en el barrio sunita de Amirayah, siete personas que viajaban en un autobús murieron tiroteadas por desconocidos. Cuatro de los cuerpos fueron hallados en el interior del vehículo atacado y tres más a veinte metros del mismo.

La imparable ola de violencia hizo reaccionar ayer a la Casa Blanca, que calificó de «injustificables e inaceptables» las muertes y rechazó la posibilidad de una pérdida de confianza en el primer ministro, al-Maliki.

Tony Snow, portavoz de la Casa Blanca, negó que la confianza de George W. Bush en al-Maliki se haya erosionado tras tantas muertes.

En cualquier caso, los ocupantes estadounidenses y sus aliados locales evaluarán en breve el llamado plan de seguridad puesto en marcha el pasado 14 de junio en Bagdad, donde fueron desplegados más de 50.000 paramilitares locales y fuerzas estadounidenses. El plan no funciona.

Entretanto, EEUU dio a conocer ayer los nombres de los 5 soldados acusados de haber violado y matado a sangre fría a una niña iraquí y a tres miembros de su familia el pasado mayo en Mahmudiya, 30 kilómetros al suroeste de Bagdad. Washington también ha prometido una «investigación».


 
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