GaraAzkenak - Paperezkoa - English Edition  |  Le Journal
EUS | ES | FR | ENG
 » PAPEREZKOA
  -Aurkibidea
  - EuskalHerria
- Jendartea
- Ekonomia
- Iritzia
- Mundua
- Kultura
- Kirolak
 » AZKENORDUA
 » ENGLISH EDITION
 » DOSIERRAK
 » DOKUMENTUAK
 » IRUDITAN
 » HEMEROTEKA
 » Produktuak
Gara > Idatzia > Jendartea 2006-07-13
Martin GARITANO
La confidencia de Juanjosito
LA VIDA SIGUE IGUAL (XXI)

Josefo, Simón y Sergio llegaron al caserío Behitene, en Basalur, pasadas las siete de la tarde. Kontxi les esperaba con los brazos abiertos y una merienda digna de un peregrino. Las visitas de Simón eran cada vez más espaciadas, a su sobrino Sergio sólo lo conocía por fotografía y a Josefo, aunque lo conocía poco, siempre le había tenido aprecio.

­Tú eres Sergio, ¿verdad? Estás más guapo que en las fotos que de vez en cuando manda Joxe. ¿Qué tal te trata Simón en Uriondo?

­Bárbaro.El tío me trata como a un cura y Uriondo es muy lindo.

­Como a un cura, no. Los curas vivimos peor. Como a un cardenal. Además, se ha convertido en el niño mimado de la cuadrilla de ‘Los Mozolos’.

­Y tu, Josefo, ¿qué tal? Me ha dicho Simón que te quedarás unos días con nosotros. Mucho lío con lo del chaval ese que mataron, ¿verdad?

­Pues la verdad es que me estaba agobiando en Uriondo. Aquello es muy pequeño y la historia esa me está desquiciando. Aquí andaré más tranquilo.

Joakin, el cuñado de Simón, intervino en ese momento:

­Pues claro que sí. Haremos buen plan: Por la mañana trabajaremos en la huerta y a mediodía, a Basalur, a tomar unos blancos.

­Bueno, bueno ­protestó Kontxi­ que Josefo ha venido a descansar y no a tomar txikitos. A ver si la que se va a terminar agobiando soy yo con dos mostrencos medio cocidos a la hora de comer...

Todos rieron la ocurrencia y se prestaron a dar buena cuenta de la merienda.

En Uriondo, Huesitos había dado la salida al txikiteo a las siete en punto, justo un minuto después de que diera por terminada la partida de mus con un órdago absurdo.

­Eres la pera limonera, Huesitos ­protestó Xuxú­ has sido capaz de echar un órdago con esa mierda de cartas con tal de empezar el poteo a las siete en punto.

­Las normas son las normas. Además, ¿no creerás que vaya a ser yo quien retrase el poteo por una partida de cartas, verdad?

­No, no. Ya me imaginaba que el Califa de La Rioja terminaría con puntualidad británica.

­Y con precisión suiza, además. Tuuu tuuuu.

Con la ausencia de Sergio, Simón y Josefo, la cuadrilla se limitaba a cinco miembros. Camino del K.O se les unió Juanjosito. El kiosquero madrugaba mucho y echaba luego una buena siesta, pero aquel día el calor le había animado a salir a dar una vuelta.

­Qué raro que salgas al poteo de la tarde, ¿no?

­Pues sí, pero con este calor no hay dios que eche una siesta en condiciones. Mejor unos potes y luego, medio anestesiado, ya dormiré. Además Arantzazu me ha llamado desde la conservera. Parece que también a ella le apetece tomar un par de potes antes de cenar. Vendrá ahora.

En el K.O. Eusebio también hizo una apreciación:

­Pero, ¿qué pasa hoy? No está el cura y aparece el kiosquero. ¿Le habéis expulsado a Simón y adoptado a Juanjosito o qué?

­Simón ha marchado con Josefo a Basalur, al caserío de la hermana. Parece que el chico que detuvieron el otro día era el compañero del muerto y andaba cerca de la casa de Josefo. El hombre las está pasando putas y se ha instalado en el caserío de la hermana de Simón.

­¿Y el pibe? Desde que llegó no ha faltado a ningún txikiteo.

­¿El pibe? ¿Quién? ¿Sergio? Ese también ha ido con ellos. No conocía a su tía Kontxi ni el caserío donde nació su padre. Esos dos volverán luego. A última hora seguro que nos encuentran.

Juanjosito había asistido en silencio a la conversación. Al salir del bar apartó un momento a Xuxú del grupo:

­¿Qué has dicho? ¿Que el chico que yo ví detener era el socio del morito aquel que mataron?

­Si, parece que andaba rondando la casa de Josefo y los ertzainas ya le tenían localizado.

­Pues yo creo que está en la calle. O, si no, hay otro parecido. Hoy a la mañana ha pasado un tipo parecido. No le pude ver bien la cara el otro día, pero juraría que iba vestido con la misma ropa.

­¿Hoy a la mañana? ¿Dónde le has visto?

­Pues venía de Beheko Kale y ha entrado en el cantón de Atzealde, de donde le trajeron esposado el otro día. Por eso me ha llamado la atención. Serían las seis menos diez o así...

­¡Qué raro! Simón ha dicho que sí, que el juez le había puesto en libertad, pero es muy raro que vuelva a rondar por aquí, ¿no crees?

­Pues si quieres saber más, ven de madrugada al kiosco y, si anda por el pueblo, le verás. Desde mi atalaya se ve todo lo que pasa a esas horas. Si yo contara todo lo que veo...

­Si eres como una portera: lo cuentas todo.

­No te creas. No cuento ni el uno por ciento de lo que veo. A esas horas pasa cada cosa...

­Bah, chismorreos de viejas. De todas formas, mañana por la mañana iré. Me has dejado un tanto escamado. ¡Ah! y de esto ni una palabra a nadie. No hay que enturbiar más las cosas.

Al llegar al Gureak, Huesitos los esperaba con la escopeta cargada:

­A ver, los de la cola del pelotón. ¿Qué pasa? ¿Os habéis olvidado de nosotros o qué? Ahí, parados en la mitad de la plaza, chismorreando y los demás aquí, esperando.

Arantzazu entró en el bar en ese momento:

­¿Ya estáis discutiendo? Es lo que más me gusta de esta cuadrilla, que os pasáis el día como los perros y los gatos

­Es que cada día hay menos fuste. Ahí estaban, tu marido y Xuxú parados como dos pasmarotes en el centro de la plaza y todos los demás esperándoles.

­Hablando de nuestras cosas, Huesitos, hablando de nuestras cosas...

­Ya sería alguna verdulería o algún chiste de esos machistas y xenófobos que tanto os gustan.

­Mira quien fue a hablar ­protestó Miren­ Yo a Xuxú, desde que empezamos de novios no le he oído contar un chiste verde.

­Ni verde ni marrón ni azul. A Xuxú no se le recuerda contando un chiste.

­Porque no me gustan. Y, además, para contar chistes hay que tener una gracia especial. Un chiste mal contado es como un dolor de muelas.

Gotzón aprovechó la ocasión:

­Por cierto, sabéis ese del...

­Ni se te ocurra ­advirtió Huesitos­ que este txikiteo iba bastante bien. No vayas a estropearlo con uno de esos chistes espeluznantes.

­Bueno, bueno. ya lo contaré más tarde, cuando unas dosis de Viña Arcada os hayan mejorado el humor.

(CONTINUARA)


 
Inprimatu
...Albiste gehiago
Kirolak
Mayo sufre un calvario camino de Pau
Euskal Herria
Garzón deja en libertad a Iruretagoiena, al que mantiene imputado por «colaboración»
Mundua
Indiako etnien arteko tirabirak sor daitezkeen beldur da lehen ministroa
Jendartea
Carrera fluida y sin sobresaltos de los «alcurrucén»
Jendartea
Consenso entre las instituciones para que el TAV entre en Donostia
Mundua
El Ejército de Israel ataca Líbano tras el secuestro de dos soldados
  CopyrightGara | Kontaktua | Norgara | Publizitatea |  rss