La afición y la reivindicación vasca no faltó a su cita con los Pirineos
Los aficionados vascos fueron los únicos que dieron colorido a la etapa de ayer, cuando fueron fieles a su cita con los Pirineos. El puerto de Soudet fue elegido por la mayoría de ellos para acudir a animar a sus corredores y a reivindicar a Euskal Herria como nación y su derecho a participar con selecciones nacionales.
Si la primera etapa de los Pirineos resultó decepcionante por su desarrollo, la afición y las reivindicaciones vascas fueron fieles a su cita y, a pesar de los obstáculos en el intento de reducir el numero de aficionados procedentes de Euskal Herria, lo único que consiguieron fue que el único color y espectáculo que se vio ayer fuera el de las camisetas naranjas de los aficionados del Euskaltel Euskadi y el de las ikurrinas, que evitaron que un puerto de la dureza del Soudet tuviera una presencia de aficionados ridícula en los 21 kilómetros de ascensión.Los aficionados extranjeros que se acercaron a Euskal Herria para ver a los ciclistas en el Soudet apenas se dejaron ver hasta los últimos kilómetros y ellos fueron destinatarios de los folletos informativos repartidos por ESAIT para reivindicar el derecho de los vascos a participar con selecciones nacionales en las diferentes competiciones oficiales.
Un exito de organizacion
Pese a las trabas que se han encontrado los organizadores de ESAIT, su sexta marcha cicloturista resultó exitosa por su importante participación para tratarse de un puerto de la dureza del Soudet, de la poca importancia que podía tener en el recorrido por su lejanía de meta y por el hecho de disputarse la etapa en día laborable. Al margen de la participación y del buen ambiente vivido durante la subida, lo más importante de la sexta edición de una marcha totalmente consolidada fue la positiva acogida a unos folletos en los que se explicaban en diferentes idiomas de forma concreta los objetivos de la manifestación ciclista. Hasta los gendarmes recogían los folletos y leían con interés los argumentos. Los aficionados que esperaban la llegada de la caravana ciclista para pedir sus regalos, también pedían el pequeño folleto informativo de ESAIT lo leían y conocían de esta manera la reivindicación de los vascos, respondiendo con ánimos y con una sonrisa a la deportiva forma de manifestar una reivindicación. La marcha ciclista de ESAIT se fundió en el alto del Soudet con cantidad de ikurrinas, camisetas naranjas y pancartas reivindicativas. Tras la marcha, los participantes tuvieron la oportunidad de recuperar los esfuerzos con una buena sidra y pintxos en las carpas situadas con la colaboración de GARAen el alto del Soudet, que sirvieron de encuentro a un buen número de aficionados. La subida a Soudet no ofreció gran espectáculo y sí el final de las opciones de Iban Mayo, la gran esperanza de la mayoría de los asistentes. Los ciclistas vascos y, en concreto Iñigo Landaluze, fueron los principales destinatarios de los ánimos de los aficionados. Más ambiente y emoción se puede esperar hoy en la segunda etapa con los Pirineos, en la que volverán a ser muchos los vascos que se dejen ver en la carretera, con la ascensión del Tourmalet demasiado lejos de la línea de meta, a 131. Además los que acudieron ayer al Soudet tendrán difícil poder acceder al mítico puerto pirenaico y tendrán otras opciones como las subidas al Aspin, Peyresourde, Portillon y Pla de Beret, por un recorrido en el que las ikurrinas volverán a dar el poco color que los organizadores le han querido dar este año a los Pirineos, según dicen ellos, para que la emoción por la carrera se mantenga hasta la última semana en los Alpes. Pues como todos esperen a entonces...-
El curioso criterio para abrir y cerrar el acceso al soudet
Si resultó sospechoso que la Gendarmerie cerrara el acceso al Soudet desde Iparralde a las cuatro de la tarde del martes, dos horas antes del inicio de la Euskal Jaia, más sorprendente resultó la decisión de abrirlo hasta la hora de salida de la marcha de ESAIT diez kilómetros más adelante. No es normal que el acceso a un puerto situado a noventa kilómetros de meta se produzca tan pronto. De hecho, fueron muy pocos los vehículos que accedieron al puerto antes de esa hora. En teoría, la decisión de la Gendarmerie, como se puede comprobar abajo, consistía en cerrar el puerto durante toda la jornada de ayer, pero, sin embargo, los participantes en la marcha de ESAIT que bajaron desde el alto comprobaron cómo en su recorrido se encontraban con numerosos vehículos que subían.Preguntados por la inesperada circunstancia los gendarmes dijeron que era una decisión rara «que se habrá tomado por alguna razón». Sin embargo, un responsable del operativo que dijo desconocer la hora en la que se cerró el Marie Blanque manifestó que «esto es normal. Los puertos se cierran de víspera para la seguridad de los ciclistas para evitar que suban vehículos que aparquen en la carretera». Un argumento curioso porque mayor es el riesgo si se asciende el mismo día con cantidad de cicloturistas que suben y bajan. En teoría, los gendarmes tenían el criterio de dejar subir vehículos hasta las diez de la mañana en el cruce en el que empieza la subida a Soudet, se podía bajar y subir el puerto en bici, pero antes de esa hora no se permitió a un organizador de la marcha ciclista acceder en moto hasta Santa Grazi antes de las diez, pese a que esta localidad está situada a diez kilómetros del lugar en el que se cerraba el puerto. Decisiones contradictorias que invitan a pensar que el mayor objetivo de la Gendarmerie era dificultar desde Iparralde el acceso al puerto. Por contra, desde Isaba, los vascos que quisieron pudieron acercarse en coche hasta muy cerca del alto sin ningún problema porque con estas medidas sólo se logró que el número de extranjeros presente en la subida fuera menor. La pregunta es si al Tour y al ciclismo le interesa limitar tanto en los puertos la presencia de aficionados con cierres tempranos y recorridos que no son muy atractivos, tal como se comprobó en la etapa de ayer.
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