Monstruos y seres fantásticos,en Abellaneda
El Museo de Enkarterriak, sito en la antigua Casa de Juntas de Abellaneda, alberga una exposición sobre los animales y seres fantásticos representados en los edificios religiosos de la comarca, desde perros o águilas a grifos y dragones. Es la segunda parte de un proyecto que el museo puso en marcha el año pasado y un paso importante para completar el «bestiario» de Bizkaia.
SOPUERTA
Los animales y monstruos de todo tipo representados en los edificios religiosos constituyen los bestiarios, una iconografía cargada de simbolismo que, en otros lugares de Europa, ha sido y es motivo frecuente de estudio. No es ése el caso de Euskal Herria, donde, salvo en Nafarroa, apenas existen trabajos al respecto. El Museo de Enkarterriak se propuso empezar a cubrir ese vacío, para lo cual realizó un estudio de los animales y monstruos representados en 67 edificios religiosos de Bizkaia, escogidos de entre los varios cientos con que cuenta el herrialde. El resultado dado a conocer el año pasado a través de una primera exposición superó todas las previsiones: las columnas, muros, retablos y bóvedas de iglesias y conventos están poblados por una fauna real o fantástica asombrosa, tanto en cantidad como en variedad, desde arpías, unicornios y sirenas a cabras, perros, cerdos, águilas, leones o elefantes.Aquel primer trabajo del museo en torno al bestiario afectó a todas las comarcas de Bizkaia, a todas salvo, precisamente, a la de Enkarterriak (que, desde el punto de vista histórico, incluye también Meatzaldea y Ezkerraldea), para la que se reservaba un estudio más exhaustivo. De hecho, para llevarlo a cabo se han visitado 105 edificios religiosos, es decir, la práctica totalidad de los existentes. Y el resultado que se muestra ahora a través de una segunda exposición viene a ratificar la riqueza del bestiario del herrialde. En las iglesias y ermitas de Enkarterriak han aparecido gallos, ciervos, peces, pelícanos, palomas, corderos, cerdos, bueyes, asnos, garzas o leones, entre los animales, y, entre los monstruos, diablos, esfinges, grifos, una anfisbena, dragones de diversos tipos y hasta la boca del infierno. El director del museo, Javier Barrio, señala que las imágenes identificadas más antiguas son las medievales, especialmente góticas, entre las que destaca las de algunos capiteles de San Severino de Balmaseda y, sobre todo, una Santa Juliana de la ermita de Santa Agueda de Barakaldo. Son abundantes las imágenes romanistas de finales del siglo XVI, como San Miguel de Zaldu (con un demonio), San Bartolomé de Montellano (con otro), San Antón de la Calera del Prado (con el cerdo) o San Juan de Lejarza (con el cordero). Existen también representaciones renacentistas. Así, el retablo pintado de San Andrés de Biáñez muestra una gran variedad de dragones y serpientes. Del mismo modo, el del Santo Cristo de San Severino de Balmaseda presenta figuraciones fantásticas denominadas grutescos, muy habituales en esa época. Los periodos artísticos posteriores son menos ricos en iconografía, aunque también aportan al bestiario.
Santa Juliana de Santa Agueda Los edificios más importantes de Enkarterriak desde el punto de vista del bestiario son San Severino de Balmaseda, Santa María de Portugalete, San Andrés de Biáñez, San Juan Degollado de Gordexola y San Pedro de Romaña. La pieza más significativa es quizá la antedicha Santa Juliana (con dragón) del siglo XIV, hecha en alabastro inglés, que se encuentra en Santa Agueda de Barakaldo. «Es curiosa también dice Barrio porque los devotos creían que la figura representaba a Santa Agueda y, como ésta cura los males de pecho, se la colocaban sobre el pecho (pesa muchísimo) y daban con ella tres vueltas por el interior de la ermita, algo que dejó de hacerse hace dos o tres años, cuando se guardó la imagen en una vitrina para que no se deteriorase, porque tiene bastante valor».
En la exposición, cada animal o monstruo está representado por una fotografía principal, a la que acompañan textos que explican su significado. Diversas piezas procedentes de distintos edificios religiosos completan la muestra, que se podrá visitar hasta el 17 de setiembre.
Simbolos del bien y el mal, de premios y castigos
En la Edad Media todo parece girar en torno a Dios, «también los animales», hace notar Javier Barrio, a quienes se atribuyen simbologías en función de las creencias cristianas. Y no sólo a los reales, sino también a los imaginarios, heredados por el cristianismo de las culturas paganas. Esta iconografía tenía una función didáctica de cara a una feligresía analfabeta. El significado de animales y monstruos depende del contexto histórico e iconográfico en el que fueron representados. Barrio ofrece pistas.El pelícano - Aparece en los sagrarios. Su significado proviene de una creencia medieval, según la cual este ave alimentaba a sus polluelos con su propia sangre. De ahí el paralelismo con Jesucristo. El perro - Tiene significados diversos. Puede ser símbolo de la lascivia, la melancolía o la arrogancia, pero también de la fidelidad. En Enkarterriak está casi siempre asociado a santos, especialmente a San Roque, protector contra la peste. En ese caso es símbolo de fidelidad. San Roque se retiró a un bosque para no contagiar a nadie y, durante el tiempo que permaneció en él, fue alimentado por un perro que le llevaba el pan que robaba a su amo. La anfisbena - Monstruo de origen medieval, es una serpiente con dos cabezas que echa fuego por la boca. Se la considera representación del mal. En Enkarterriak únicamente ha sido hallada representada una vez, en San Pedro de Romaña. El grifo - Monstruo de origen mesopotámico, con cuerpo de león y cabeza de águila. A veces es considerado símbolo de Jesucristo, ya que, como él, posee una doble naturaleza: terrenal (cuerpo de león) y celestial (cabeza de águila). En otras ocasiones es considerado un monstruo raptor de almas. El águila - Tiene diversos significados. Es el atributo de San Juan Evangelista, pues fue el discípulo más cercano a Jesús, cuya morada está en los cielos, como ocurre con el águila. Siguiendo la misma idea, los facistoles donde se colocan los libros de canto son casi siempre águilas, para poder alcanzar la elevación. En un capitel de Santa María de Portugalete, un águila atrapa a un conejo, símbolo de la ascensión de las almas (conejo) al cielo guiado por el Todopoderoso (águila). El lobo, la garza o la grulla y la cabra
- Un capitel de San Severino de Balmaseda representa la siguiente escena: una garza o grulla atrapa con su pico la pata trasera de un lobo que, a su vez, atenaza a una cabra entre sus fauces. La imagen parece representar una fábula de Esopo, en la cual una garza salva de morir a un lobo que se había atragantado con un hueso de cabra. Introduce su pico por la boca del lobo y extrae el hueso. Después, solicita una recompensa, a lo cual el lobo responde que bastante ha hecho con no devorarla cuando tuvo su cabeza entre las fauces. El cristianismo adapta esta fábula como medio de aleccionar a los creyentes (garza o grulla) para que se mantengan vigilantes ante las traiciones del diablo (lobo).
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