Combinar carretera y alta velocidad es algo habitual, e incluso estimulante para algunas personas al volante, pero el exceso puede tener consecuencias nefastas. Las estadísticas confirman que el exceso de velocidad está presente en la mayoría de los accidentes de tráfico. Ante esta sangría de vidas humanas, en los últimos años se están reformando continuamente las normas de tráfico. En Euskal Herria, esos cambios llegan hasta los conductores a distinto ritmo debido a la división administrativa impuesta. Así, mientras en Ipar Euskal Herria ya tienen experiencia en el carné por puntos, al sur del Pirineo todavía es una novedad.

El carnet por puntos que entró en vigor el pasado 1 de julio en Hego Euskal Herria es especialmente estricto en lo referente a los límites de velocidad. Superarlos es una de las razones por la que los conductores perderán sus puntos más rápidamente. Sobrepasar en más de un 50% la velocidad máxima autorizada supone la pérdida de 6 puntos siempre que se supere al menos en 30 kilómetros el límite de velocidad. Superar el límite en 40 kilómetros por hora resta 4 puntos; en 30 kilómetros por hora, 3 puntos; y en 20 supone 2 puntos menos.

Nuevas tecnologias

Junto a las normas evoluciona la tecnología, en este caso la aplicada al control de velocidad. El mapa de Euskal Herria está salpicado de puntos de control de la velocidad ­como se observa en la infografía anexa­, generalmente instalados en las principales vías de comunicación ­a excepción de las autopistas de peaje­ o en aquellas que cuentan con los denominados «puntos negros», las zonas con mayor número de accidentes.

Las nuevas tecnologías digitales también permiten mejorar la calidad de las fotografías que hasta ahora se realizaban con dispositivos analógicos. Ya no sirve la excusa de que la fotografía es borrosa, está mal tomada o tiene escasa definición, para tratar de impedir que progrese la denuncia. Por ejemplo, con los nuevos radares digitales, desde el momento en que se toma la fotografía, la Policía comienza a tramitar la denuncia porque no hay que esperar al revelado como antes; el margen de error al calcular la velocidad a la que transita el vehículo «capturado» se reducirá del 18% al 5%, una cifra «apenas simbólica», según estiman en el Real Automóvil Club Vasco Navarro (RACVN).

Si antes dos de cada diez sanciones no prosperaban, ahora no va a quedar resquicio para esquivar estas multas. Ello es debido a la centralización de la gestión de las fotografías. En el caso del Centro de Gestión de Tráfico de la CAV, la agilización de los trámites implica que las notificaciones llegarán a los infractores en un plazo aproximado de quince días y se les informará tanto de la infracción que hayan cometido como de la cantidad de puntos perdidos.

Joaquín Arévalo, presidente del RACVN comenta con optimismo las nuevas medidas que se han decidido adoptar en la gestión del tráfico. «Los nuevos radares permiten que en zonas congestionadas, como la circunvalación de entrada a Donostia, la circulación sea más fluida y controlada, y la gente lleva, además, una velocidad razonable». Además, destaca que con este tipo de medidas se ha reducido la accidentalidad en un 40% en las dos semanas que llevan en marcha los nuevos radares instalados en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. «Pero estas cifras no son significativas ­matiza­, porque hasta pasado un año no se podrá hablar de veracidad de las cifras, ya que hay que compararlas con el año anterior». Aún así, en algunos estados de la Unión Europea, donde estas medidas entraron en vigor con anterioridad, la tasa de siniestralidad se ha reducido entre un 18% y 25%, dato nada despreciable.

Por su parte, la revista “Autopista” ha publicado un análisis sobre los 256 radares fijos que hay en el Estado español ­en el Estado francés esa información la hace pública la propia Administración­, en el que se afirma que cuatro de cada diez están situados en tramos no peligrosos tan sólo con un fin recaudatorio.

Responsabilidades

El presidente del RACVN advierte que son los propios conductores los que deben regular la velocidad, sin excederse cuando la circunstancia no lo requiera. «Sentido común» es la expresión en la que hace mayor hincapié. La carretera es una amenaza constante, y el conductor debe estar alerta ante lo que pueda venírsele encima.