Félix Likiniano, inseparable de la inolvidable Casilda, ideó el anagrama que ETA luce en sus documentos y apariciones oficiales. El hacha y la serpiente, bordeadas de azul marino, presiden los actos públicos y la documentación timbrada de la organización que protagoniza la insurgencia vasca desde aquel ya lejano 1959, cuando los jelkides sesteaban el día de Aberri Eguna para acompañar la digestión de un corderito pascual bien asado.
Likiniano Liki entre los fugitivos del fascismo procedía de las filas del anarquismo vasco. No era nacionalista jelkide. Ni tampoco de ETA. Pero encontró en las nuevas generaciones de combatientes los elementos que también a él le habían llevado a empuñar las armas, a manejar la dinamita, a blindar camiones y llevarlos de su Arrasate del alma a Donostia. Para desalojar a falangistas, banqueros, lacayos de la Monarquía y militares sedicentes del Hotel María Cristina o del Casino Kursaal. A tiro limpio, si fuera preciso. Y fue preciso.
Likiniano dibujó el hacha de la contundencia, enroscada por la serpiente de la inteligencia. La bravura, acompañada por la sagacidad. Y ese es el logotipo que hoy vemos cuando de ETA se trata. Cuestiones morales, ideologías personales y criterios políticos al margen. El PP de María San Gil ha elevado el grito al cielo por una viñeta que, previa manipulación de su torpe aparato de propaganda, parecía mostrar a PSOE y ETA en connivente reunión o contubernio. Ni es cierto lo que dice María Pinocho mejor nos iría a todos si ya hubiera ese grado de entendimiento ni se puede atribuir a ETA o al PSOE esa extraña asociación.
La explicación es más sencilla. La ha dado el propio Tasio autor de alguna de las mejores viñetas periodísticas que se recuerdan pero la explicación resultaba innecesaria. Ha sido Acebes, el de la mandíbula batiente y la mentira en la boca, el que ha creado la situación cómica. El fue quien dijo que el proyecto de ETA es el del PSOE. Tal vez lo dijo porque no se le ocurría nada más original o inteligente (muy probable, hablando de quien hablamos) pero terminó dando en el clavo.
Quienes soñamos con la paz y no la añoramos porque nunca la conocimos quisiéramos que la inteligencia de ETA se sumara a la valentía del PSOE. Que, en definitiva, hubiera una organización resistente con la cintura política suficiente para llegar a acuerdos definitivos y un partido de gobierno español con la fuerza suficiente para hacerles frente y cumplir los compromisos a pesar de los pesares. Bien mirado, la de Tasio puede ser una viñeta premonitoria. Ojalá. -