“Nos pierde la fama” intenta recuperar un estilo que hace décadas funcionó: acercarse a la fama, sus moradores y sus circunstancias, con cierta ironía. Es un territorio siempre ambiguo, en donde los roces son de estilo y de condición. Hay reporteros y presentadores que lo tienen claro: están en otro lugar, juegan al contraataque; en cambio otras y otros, parecen hacer un doble juego, pertenecen al mundo de la fama, pero quieren escapar de él, aunque no lo hagan, sino que incidan, precisamente por estar en la televisión, en su pertenencia a ese mundo.

Retóricas. Si vas a la boda de Bustamante, por mucha coña que utilices, sirves al evento. Si estás entrevistando a Paris Hilton, por mucha supuesta provocación que hagas, terminas formando parte del acto propagandista por el que se había convocado a la prensa. No, no son “CQC”. Son otra cosa de perfil mucho más bajo, salvo la excepción de Coronas que siempre está en un mundo de absurdo corrosivo que ayuda a soportar este bello programita de color rosa de Cuatro, una cadena a la que si le quitas algunas de las series americanas que son entre buenas y muy buenas, su propuesta de tarde es francamente sorprendente, por sospechosamente ligera y sin fuste. Vi la otra noche un programa de La Sexta que me pareció se debía llamar juego de niños, pero no era así, y en el que de la mano del maestro de ceremonias, Emilio Aragón, iban apareciendo cómicos, tanto de la plantilla de la cadena como invitados, e iban realizando jueguecitos de campamento, de reuniones familiares, de club social o de horas extras de ikastola. Con mucho supuesto humor, y muy buena disposición de todos los convocados a este recreo. Hasta salió Paco León, que jugó bien, porque es un buen chaval y porque sabe que es posible que alguna vez le contraten en esa cadena. Digamos que en el fondo pretenden que estos cómicos improvisen, y hay momentos simpáticos, pero en general me pareció un espectáculo de esos que se clasifican como familiar, tirando a infantil. Bueno, las cosas de Aragón con las que se ha hecho multimillonario, y ha logrado la fama y hasta el reconocimiento profesional. Ofrece a sus seguidores lo que esperan. -